Philadelphia 76ers es el equipo que mejor en forma llega a playoff, junto con Utah Jazz. Una histórica racha de 16 victorias consecutivas ha culminado una regular season en la que por fin se ha podido ver a Joel Embiid y Ben Simmons juntos sobre la pista con Dario Saric, JJ Redick, Robert Covington e, incluso, a Markelle Fultz. Ninguna franquicia había conseguido encarar la postemporada sumando tantas victorias seguidas nunca antes. The Process ha empezado a dar sus frutos, ha ganado credibilidad, dejando a la NBA en evidencia por las formas en que han conseguido llegar hasta aquí.
Han cerrado la temporada regular con 52 victorias. Tal cifra no se veía en Philadelphia desde la época dorada de Allen Iverson, hace 17 años. Hay muchos motivos por los que ser optimista con este equipo.
La peor noticia para los Sixers ha sido la lesión de Joel Embiid, que podría perderse la primera ronda íntegra. Aún así, no deberían sufrir más de la cuenta para eliminar a Miami Heat. A partir de ahí, a soñar con el center camerunés.
Después de cinco años en el dique seco, los 76ers han vuelto a lo grande. Con una gran confección de plantilla. Brett Brown cuenta con Estrellas que lo son desde su primera temporada como Embiid y Simmons, rodeados de grandes jugadores como JJ Redick, Robert Covington, Dario Saric o TJ McConnell. Además de ser uno de los vencedores en el mercado de buyouts adquiriendo a Marco Belinelli e Ersan Ilyasova.
Han sido el equipo más reboteador de toda la liga con 47.4 por partido y el segundo que más asistencias ha repartido con 27,1 de media. Sin Embiid no será tan fácil llegar a esas cifras en la primera ronda de la Conferencia Este, pero no será imposible.
Y es que el center africano es el referente de los Sixers. Domina en ambos lados de la cancha. Lidera a su equipo en puntos y rebotes, a la par que se divierte en la pista. Sin embargo, será el rookie Ben Simmons el que tenga que guiar a los suyos en los primeros combates de playoff. Le toca tirar del carro más que nunca este año. Con un banquillo excelso, pueden dar quebraderos de cabeza a cualquier equipo de la liga.
Aspiraciones.
Hablar de aspiraciones es algo complicado en Philadelphia 76ers. Pasar de primera ronda ya sería remarcar su buen estado de forma y la continuación de The Process. El rival es asequible para ellos.
Estos Sixers, por el momento, jugarán con un arma de doble filo en los playoffs 2018. Y es que la base de los de Pensilvania está formada por jugadores jóvenes. Esto quiere decir que tendrán unas ganas infinitas de hacerlo bien y machacar a sus rivales. Pero también se le puede considerar un aspecto negativo, ya que podrían pagar la inexperiencia en este tipo de citas.
Llegar a las finales de conferencia no es algo disparatado para los de Philadelphia. Está a su alcance. Pero tampoco es una gesta fácil. Primero deberán sortear varios obstáculos, sentir la presión de la postemporada o superar el nivel de intensidad, muy diferente al de regular season y que tanto satisface al aficionado.
El rendimiento de los Sixers en playoff es una incógnita que se despejará en los próximos días. Pero los de Philadelphia juegan con la baza de no tener una gran exigencia, menos aún sin Embiid. Esta postemporada les sirve principalmente para coger experiencia de cara a retos mayores en el futuro. Hacer algo grande de aquí a final de temporada, como llegar a unas finales de conferencia, supondría el aviso definitivo. The Process es una realidad, Philadelphia ya está aquí con el rumbo puesto en dominar la NBA en los próximos años.