Arrancan las Semifinales de la Conferencia Oeste. Debido a la rapidez con las que han resuelto sus respectivas eliminatorias, Golden State Warriors y New Orleans Pelicans abren esta nueva ronda en la madrugada del sábado al domingo, a las 04:30 horas. Un duelo, que medirá el potencial máximo de NOLA, que tratará de dar una sorpresa aún mayor derrotando al vigente campeón.
El 4-0 ante los Trail Blazers no dejó indiferente a nadie. Los de Portland eran favoritos tras su gran final de temporada regular, y más ante unos Pelicans sin Cousins, pero en dicha serie hubo muchos más factores que la simple ausencia del pívot.
Mientras, los de Oakland también terminaron fácil con los Spurs (4-1). Aldridge y Ginóbili apenas estorbaron al equipo a batir que, además, está cerca de recuperar a Stephen Curry. El base es duda para el Game 1 pero, si nada se tuerce, es seguro que volverá a lo largo de la eliminatoria. Los Warriors vuelven a ser puro Run&Gun.
Davis vs Durant, estrellas dominantes
Son los jugadores a seguir por las defensas rivales. No existe fórmula para pararles, pero Alvin Gentry y Steve Kerr tratarán de encontrar la manera de minimizar el impacto de su respectiva amenaza.
Anthony Davis tiene que hacer de la pintura su hogar. El talón de Aquiles de estos Warriors siempre ha sido la pareja interior. Pachulia y McGee no parecen tener, a priori, nivel suficiente para enfrentarse de tú a tú con The Brow. Mientras que Draymond Green, aunque es un excelente defensor, tiene un fuerte hándicap en las alturas: 2’01 metros vs 2’11.
Por su parte, Kevin Durant está siendo la principal referencia en ausencia de Curry. Sin nadie con quien compartir galones, va a estar más vigilado que nunca, especialmente en los primeros partidos que son susceptibles de que todavía no esté 'Steph'. Su emparejamiento, por posición, sería E’Twaun Moore, uno de los complementos más útiles de estos Pelicans que son mucho más que Davis.
‘Playoff’ Rondo
El base ha vuelto a su territorio. De nuevo en postemporada se ha visto la mejor versión de Rajon Rondo. Sus promedios en los cuatro partidos de primera ronda hablan por sí solos: 11’3 puntos, 7’5 rebotes y 13’3 asistencias. Exhibición tras exhibición ha ido orquestando el magnífico juego de su equipo, entendiendo a la perfección lo que le pide Gentry, que seguirá la temporada que viene en el banquillo de NOLA.
Su llegada, tal y como ocurrió previamente en Dallas, Sacramento y Chicago, era toda una incógnita. Pero la apuesta no era arriesgada: contrato de un año por 3’3 millones de dólares. Barato no, lo siguiente.
Además, su buen trabajo también se traslada al aspecto defensivo. Aunque con menor rendimiento que en temporadas atrás, estuvo muy bien encimando a CJ McCollum. Él y Holiday, que se encargó a las mil maravillas de Lillard, fueron un cerrojo inexpugnable que ahora deberá enfrentar a otra de las mejores parejas de guards de la liga: los Splash Brothers.
El factor Holiday
Cuestionado por firmar un contrato de cinco años por 126 millones de dólares, Jrue Holiday ha disipado cualquier duda acerca de su valía. Se ha consolidado como el gran escudero de Davis. Un base que, gracias a su fortaleza física, no ha tenido problemas en desplazarse al puesto de escolta.
Ahí, sin tanto balón que amasar, ha destapado su faceta más anotadora. Frente a los Trail Blazers ha promediado 27’8 puntos, 4’0 rebotes y 6’5 asistencias. Unos números que culminaron en un partido de 41 puntos en el cuarto y definitivo partido de la serie. Una amenaza muy seria de la que deberá hacerse cargo Klay Thompson.
Holiday es el pegamento de estos Pelicans. Un engranaje perfecto que en defensa se empareja con el exterior rival más peligroso y que, en ataque, crea y genera espacios para él y sus compañeros, amenazando con anotar desde el perímetro y desde la pintura con plena confianza.
‘Shaved’ Mirotic
Este ha sido el año de ‘Niko’. Aunque todo empezó fatídicamente con Portis y los Bulls, su traspaso a New Orleans ha redescubierto el talento del internacional español. Al igual que Emeka Okafor pero con un rol muy distinto, llegó con urgencia tras la lesión de Cousins. Sin embargo, su rendimiento ha ido mucho más allá de lo esperado, resultando ser la pareja ideal para Davis.
Pero hay otro factor que parece haber influido últimamente. Desde que decidió afeitarse la barba, los Pelicans están con un balance de 9-0 y Mirotic con unos promedios de escándalo: 22’4 puntos y 10’9 rebotes con 56’6% de acierto en tiros de campo y 46’4% en triples. Unos números que tratará de mantener a pesar de que le toque bailar con la más fea de los Warriors.
Green, el alma mater de la ‘Dub Nation’
Podrá gustar o no, pero su importancia es incontestable. Se pega (a veces literal) con quien haga falta por dar la cara por su equipo. Es un líder, tanto dentro como fuera de la pista. Un jugador que da la cara por sus compañeros sin importar la situación y que, de vez en cuando, regala bonitos gestos como el que tuvo con Gregg Popovich por el fallecimiento de su mujer, Erin Popovich.
Mientras otros encienden el Oracle Arena con triples imposibles, él lo hace con garra, sudor y lucha. Su labor es fundamental tanto en ataque como en defensa. Muchas veces ejerce de termómetro del equipo y, cuando Green está cómodo, los Warriors arrasan. De nuevo, su rendimiento en playoffs está resultando envidiable: 11‘4 puntos, 11’2 rebotes, 8’0 asistencias, 1’4 robos y 1’0 tapones.
Viene de hacer todo lo posible para parar a LaMarcus Aldridge. Es un perro de presa. No dudará en buscar la manera de parar a Davis y, de paso, tratar de desquiciarle. Es agobiante e inestable, un dolor de cabeza para cualquier atacante que le encare. Sin embargo, su carácter, ese que le hace tan especial, también puede ser su perdición. Le van a necesitar y, por tanto, debería evitar técnicas y expulsiones tontas. Pero Draymond Green es Draymond Green.
La vuelta de Don Stephen
Si Green es la lucha, Curry es la magia. De momento es duda para el primer partido, pero su regreso en la serie es algo casi seguro. El hombre sobre el que se construyó un proyecto ganador que tocó el cielo por primera vez en 2015. Vuelve el mejor tirador de todos los tiempos, vuelven los triples imposibles, las diabluras que todos los niños quieren imitar, vuelve el que hace bailar a toda a su afición, vuelve el mejor Run&Gun. Vuelve, Stephen Curry.
Con él, los Warriors son todavía más imparables. En cambio, sin él presentan un balance de 21-15 en la presente campaña (incluidos los playoffs). Una baja de suma importancia que ha condicionado el devenir de los de Oakland en la clasificación final, donde no han podido conquistar el Oeste por cuarto año consecutivo.
El resumen es claro: de las 25 derrotas que han sumado esta temporada, 15 de ellas han llegado con Curry lesionado. Su presencia se torna fundamental y, junto a Kevin Durant, forma la pareja de superestrellas y MVP’s que convierte a los Warriors en claros favoritos para pasar a las Finales de la Conferencia Oeste.
Los precedentes
Warriors y Pelicans se han medido en cuatro ocasiones a lo largo de la liga regular. El balance favorece claramente a los de Oakland: 3-1. Sin embargo, el último duelo, que tuvo lugar el pasado 7 de abril, terminó cayendo del lado de NOLA (120-126). Un encuentro de alta anotación que demuestra que los de Gentry pueden seguir el ritmo anotador del campeón.
Por aquel entonces, Davis, Holiday y Mirotic se combinaron para un total de 87 puntos. Esto, sumado al 12+17 de Rondo y a los 15 puntos de Moore, dejaron en nada los 41 tantos de Kevin Durant, que estuvo muy solo ante la ausencia de Curry.
No obstante, en los otros tres precedentes, donde sí estuvo Curry, la victoria fue para los Warriors. 120-128, 110-95 y 115-125 fueron los resultados. En ninguno hubo prórroga y en ellos, Don Stephen promedió 28’7 puntos y 8’3 asistencias con unos porcentajes de tiro algo bajos: 41’7% en tiros de campo y 34’3% en triples. Por tanto, el regreso del base debería ser un factor determinante en una eliminatoria que, a pesar del gran nivel de los Pelicans, tiene en los Warriors a su favorito.