"En los momentos cruciales del partido, no te líes, y pasa el balón a los líderes". Esta frase, aplicable a otros deportes y a la vida en general, la tienen interiorizada la gran mayoría de jóvenes que empiezan a jugar al baloncesto. De hecho, esta filosofía llega hasta la NBA. Y no es para menos, ya que una de las reglas de oro del basket habla de la importancia que debe tener el jugador franquicia para el buen devenir de esta, y los éxitos o fracasos del equipo suelen venir de la mano con los aciertos o fallos de ese jugador.
El súmmum de estas palabras se está llevando a cabo en Cleveland, ciudad que está viviendo en primera persona como un proyecto que ya ha dado títulos se sigue consolidando en torno a la figura del rey de la NBA. Acostumbrados a llamar 'escuderos de la corte' a hombres como Kyrie Irving o Kevin Love, lo cierto es que una comparación que se ajusta más a la realidad sería la de 'Triple Alianza'. Anoche se volvió a demostrar: Cleveland jugaba en el Staples la segunda noche consecutiva. esta vez contra unos Lakers más preocupados de desarrollar a sus futuras estrellas que de llevarse el partido. Y los Cavs consiguieron un total de 101 puntos repartidos entre las tres grandes perlas de su equipo.
Irving volvió a demostrar otra noche mas porque debe estar a la misma altura que LeBron, y firmó una actuación de 46 puntos con más de un 70% en TC. LeBron James, con el acelerador a medio pisar, se fue hasta los 34 puntos (con seis rebotes y siete asistencias). Por último, Kevin Love (el tercero en discordia desde que fichó por Cavs) aportó 21 puntos y 15 rebotes despejando las dudas que se planteaban sobre el jugador por culpa de la lesión que le ha dejado apartado de las chanchas durante más de un mes.
Anoche el Big Three se bastó para ganar a los Lakers. El trío metió el 80% de los puntos de su equipo. El siguiente anotador del equipo fue Richard Jefferson (siete puntos). Y esto no acaba aquí: si sumamos los tiros realizados por el resto del equipo, no llega ni a la mitad de los balones lanzados por Irving-James-Love. Un autentico modelo jerárquico en el que los tres grandes jugadores de la franquicia deben tirar del carro noche tras noche.
Esta va a ser una actuación que no pasará desapercibida para los rivales de los Cavs de cara a los Playoffs. El equipo sin Love, James o Irving es un equipo débil y propenso a sufrir durante los partidos, pero con la Triple Alianza rindiendo al mejor nivel la franquicia está capacitada para volver a ganar otro anillo, y para establecer un legado que quede en el recuerdo.