La temporada se ha acabado para los Utah Jazz y ya toca pensar en la siguiente. Tras caer por 4-0 en las Semifinales de la Conferencia Oeste ante los Golden State Warriors, la franquicia de Salt Lake City empieza a planear el futuro más inmediato.
Sin embargo, la incógnita más importante no depende exclusivamente de ellos. Y es que Gordon Hayward podría rechazar la opción de jugador en su último año de contrato y optar por ser agente libre. Una duda que otea en la cabeza del jugador de 27 años.
Él es la referencia del equipo, la gran estrella. En Utah se han dado pasos de gigante en las últimas temporadas y, ahora mismo, cuentan con una de las plantillas más prometedoras. Quin Snyder ha dado con la tecla, pero todo puede venirse abajo si el natural de Indiana decide no continuar.
Junto a George Hill es el único caso que preocupa. El resto de integrantes con un papel clave tiene contrato en vigor. Renovó en julio de 2014 por cuatro años y un montante total de 63 millones de dólares. Una cuantía de la que le quedan por cobrar 16'7 'kilos' que podría rechazar en busca de un contrato mejor y/u otra franquicia.
Hayward siempre se ha mostrado a favor de quedarse en Utah. No obstante, puede que la contundente eliminación en playoffs le haya hecho cambiar de opinión, o al menos planteárselo. Por dinero no será, porque de salirse a la agencia libre y firmar de nuevo con los Jazz, aspiraría a un contrato por el máximo en un verano donde volverá a subir el margen salarial.
Fácilmente podría irse por encima de los 30 millones por campaña. Aun así, algún que otro equipo está intentando convencerlo. Es uno de los jugadores más cotizados y la lista de interesados es largo, pero no todos pueden ofrecerle un proyecto a la altura del de Salt Lake City.
Por posición no encajaría en ningún grande para formar otro superequipo. Sin embargo, en Boston pulula un viejo conocido en los banquillos. Y es que Brad Stevens y Gordon Hayward coincidieron en la etapa universitaria del jugador en Butler, donde firmó 14'4 puntos y 7'4 rebotes en dos años.
Unos números que han ido a más en la NBA y que en la presente temporada son de 21'9 puntos, 5'4 rebotes y 3'5 asistencias. Unos promedios que bien le han valido su primer All-Star Game y que, como no, le han consagrado como la estrella que tanto anhelan los Celtics para que acompañe a Isaiah Thomas.
Otro proyecto que va para arriba pero que, por el momento, parece lejos de poder derrocar la tiranía que comanda King James en el Este. Aparte, también han salido otras novias como los Thunder, aunque parece que se centrarán en Blake Griffin; los Raptors, que van camino de perder a Lowry; y así un largo etcétera.
Pero Utah es su familia y eso siempre cuesta dejarlo atrás. Las dudas rondan la cabeza de Hayward puesto que no hay un destino claro que garantice mejorar lo que tienen los Jazz pero, por contra, tampoco se sabe hasta dónde puede llegar el proyecto del que todavía es su equipo.
Su decisión marcará de manera definitiva el futuro de la franquicia. Aun así, siempre hay que tener presente que el acudir a la agencia libre no significaría su marcha, ya que podría estar buscando un contrato mayor. El mercado está loco y cualquiera firma por 20 millones al año, así que Hayward tal vez quiera una nueva firma acorde a su estatus.