El Barça ha conseguido una importante victoria en la décima jornada de la fase de grupos de la EHF Champions League, al derrotar en Veszprém al todopoderoso subcampeón de Europa, equipo que dirige el español Xavi Sabaté. Los hombres de Xavi Pascual demostraron una vez más su elevado potencial al remontar un resultado adverso en el segundo periodo gracias al potente lanzamiento exterior de su primera línea de ataque, a una elevada intensidad defensiva y especialmente al acierto de su guardameta Ristovic. De esta manera, el FC Barcelona Lassa sigue encabezando el grupo A de la competición, ahora con 16 puntos, y queda a la espera un fallo de su máximo competidor por el liderato, el Paris Saint-Germain, que se enfrenta hoy al Silkeborg.

Los equipos ponen sus cartas sobre la mesa

Ambos conjuntos salieron a la pista muy concentrados, encerrándose en compactas defensas 6:0 para no dejar huecos y evitar el contraataque del rival. Por ello, marcador tardó prácticamente cinco minutos en inaugurarse. Sin embargo, el Veszprém acabó tomando la primacía en le tanteador amasando una ventaja de tres goles, precisamente gracias a dos fallos culés que se tradujeron en sendos contraataques.

Los culés aprovecharon la exclusión de Nagy, que contaba con un marcado protagonismo en el ataque de su equipo ante la ausencia del central islandés Palmarsson, para volver a equilibrar las tornas con un rápido parcial de 0 a 2.

Gajic y Nagy brillaban en el lanzamiento exterior por el conjunto húngaro, mientras que Jallouz y Víctor Tomás hacían lo propio en el lado español. El Barcelona volvió a firmar el empate con un contraataque transformado por Dika Mem, pero el Veszprém se fue un gol arriba al descanso aprovechando la doble inferioridad numérica sufrida por los pupilos de Xavi Pascual en los minutos finales del primer periodo, con un nuevo tanto de Laszlo Nagy (14-13, minuto 30).

El Barça da la vuelta al partido

El conjunto húngaro mantuvo su superioridad en los primeros minutos de la reanudación, liderado por Chema Rodríguez en el centro del ataque y con el seguro de vida de Roland Mikler en la portería. Este empezó a flaquear ante la potencia del brazo de N'Guessan, que se revolvía en el uno contra uno ante la defensa para lograr una posición de disparo óptima. El internacional francés también forzó un lanzamiento de siete metros, que transformó Valero Rivera para poner el empate cuando aún no habían pasado diez minutos de la reanudación (16-16, minuto 39).

Lazarov tomó entonces el testigo de N'Guessan y se hizo fuerte en el lanzamiento exterior, aprovechando los huecos en la defensa que provocaban las acertadas acciones de su compañero. Para tratar de apagar el incendio que había creado la reacción del equipo barcelonés, que se encontraba en plena ebullición, aparecieron los misiles de un Laszlo Nagy que se mostró intermitente durante los sesenta minutos, lo que no le impidió ser el máximo goleador del encuentro junto a Gajic.

El empate dejó de campar en el marcador en el ecuador de la segunda mitad, momento en que el Barça aprovechó los fallos cometidos por su rival en el lanzamiento exterior para amasar la máxima ventaja obtenida hasta el momento, los tres goles de distancia (18-21, minuto 46), con lo que tomaba la iniciativa en el tanteador y encaraba la recta final del encuentro con claras opciones de hacerse con la victoria.

Xavi Sabaté decidió entonces solicitar dos tiempos muertos prácticamente consecutivos, buscando frenar la remontada de los visitantes. Los jugadores húngaros reaccionaron de inmediato, pero se toparon con la figura de Ristovski. El macedonio había salido al terreno de juego en la segunda mitad para sustituir a un poco acertado Gonzalo Pérez de Vargas, y se convirtió en la figura clave del partido al frenar las embestidas del subcampeón de Europa. Ristovski realizó cinco paradas meritorias de manera consecutiva, frustrando dos contraataques y un par de lanzamientos desde los seis metros. De esta manera, evitó que el Veszprem se recompusiera y volviera a meterse en el partido. El Barça estuvo a merced del acierto de su portero durante unos minutos, que también contó con la valiosa colaboración de una defensa muy enchufada.

Estas intervenciones eran acompañadas por goles puntuales de artilleros como Lasse Anderson, lo que llevó a Sabaté a dar entrada en portería a un viejo conocido de la afición española, el croata Mirko Alilovic. Poco antes, Syprzak había recibido un fuerte golpe en la cara que, pese a la dureza de la acción y a la acalorada protesta de la bancada catalana, acabó quedando impune.

El veterano Chema Rodríguez apareció entonces para romper la sequía de su equipo, que se había quedado estancado en los dieciocho goles, para anotar dos tantos consecutivos marca de la casa, batendo a Ristovski tras cruzar el campo culé en carrera, superando a varios defensores. Quedaban cinco minutos para la conclusión, y las intervenciones de Rodríguez había dado esperanza a los húngaros, lo que provocó un nuevo tiempo muerto, en el que Sabaté pidió forzar una exclusión rival e implementó la defensa 5:1, mientras que "Pasqui" pidió calma a los suyos para apuntillar la victoria.

Pese a ello, los barceloneses se sobrepusieron a la inferioridad numérica con la que tuvieron que jugar los minutos finales, y Ristovski volvió a aparecer en portería frustrando las esperanzas locales. Raúl Entrerríos cerró la victoria con un tanto que ya era prácticamente intrascendente (22-25, minuto 60).