El Tour de Francia volvió a hablar inglés en la edición número 100 de la ronda gala. 99 ediciones tuvieron que pasar para que un británico llegase de amarillo a París, pero solo un año, entre la victoria de Bradley Wiggins y la de un compatriota suyo, Chris Froome. El ciclista del Sky era el segundo ciclista de las islas en ganar un Tour y el primero nacido en el continente africano. "Este viaje comenzó con una mountain bike por las sendas de Kenia", declaraba un orgulloso Froome al ganar el Tour. El ciclista nacido en Nairobi nunca quiso olvidar cuáles fueron sus orígenes hasta llegar al podio de los Campos Elíseos de París, que albergaron una celebración especial bajo la noche parisina el 21 de julio de 2013.

El británico del Sky hacía cumplir los pronósticos que le consideraban máximo favorito a ganar este Tour 2013, después de un año completo en el que no había tenido rival ni en Omán, ni en Romandia ni en el Dauphiné y tras un 2012 en el que seguramente habría ganado el Tour de no ser por las órdenes de equipo. Se hizo con el amarillo durante las primeras dos semanas con victorias incontestables en la montaña y en la última semana se limitó a controlar y a evitar sustos.

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Si Froome fue la cara, la cruz fue la de un Alberto Contador que tampoco sorpendió a nadie con sus malos resultados. Su 2013 no había sido nada bueno y en Francia las piernas no le respondieron como quería. En su reencuentro con La Grande Boucle tras su sanción en 2012, firmó la peor actuación de su carrera en el Tour con el cuarto puesto, al verse superado por Quintana y Joaquim en la última semana. El colombiano debutaba en la ronda gala con un brillante segundo puesto, mientras que el catalán hacía historia con su podio en el Tour, única grande que le faltaba. También decepción para un Alejandro Valverde que perdió todas sus opciones en la primera semana por culpa de un pinchazo y de un corte mal resuelto por parte del Movistar.

Inicio accidentado

El Tour volvió a prescindir del prólogo en el Tour 2013 y apostó por tres etapas en línea en la isla de Córcega. La primera etapa iba a tener un protagonista inesperado aparte de Kittel, vencedor en Bastia y primer líder del Tour. El autobús del Orica se quedaba atascado bajo el arco de la línea de meta provocando el caos, aunque afortunadamente, era retirado antes que llegase el pelotón.

Además de este incidente, múltiples caídas y abandonos en esta primera semana, como las de algunos favoritos como Van den Broeck.

La carrera continuó con otras dos jornadas en la isla y con los primeros puertos en el recorrido. Los sprinters dejaron paso a otros "cazadores" de etapa como Jan Bakelants, que sorprendía a todo un Peter Sagan en la exigente llegada a Ajaccio y era el nuevo líder de la carrera. El eslovaco del Cannondale, ganador de tres etapas en 2012, volvía a verse sorpendido en la llegada a Calvi, otra jornada con puertos de segunda y tercera que impedían a los velocistas luchar por la etapa. Al final, victoria de Gerrans antes de una nueva gran jornada para el Orica.

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El equipo australiano, protagonista en lo negativo el día de Bastia, sería protagonista esta vez por llevarse la crono por equipos ya en el continente, en Niza, con solo un segundo de ventaja sobre el Omega Pharma. Gerrans, ganador el día anterior, era nuevo líder del Tour. La carrera afrontó otras etapas "de transición" antes de los Pirineos, como las de Marsella, Montpellier y Albi, con diferentes vencedores al sprint como Cavendish, Greipel y Sagan. Al mismo tiempo, el sudafricano Daryl Impey le arrebataba el maillot de líder a su compañero Gerrans.

Llega la esperada montaña

Se hizo esperar, pero la montaña llegó a los siete días de competición, con la etapa con final en Ax3-Domaines. Los pronósticos se cumpleron a la perfección, con victoria de etapa y liderato para Chris Froome, que daba el primer golpe encima de la mesa, dejando a sus rivales por encima del minuto. Quintana fue el primero en probarlo, pero tanto Froome como Porte fueron dejando atrás a todo ciclista que se encontraron en la ascensión. Valverde fue de menos a más y acabó tercero, mientras que Contador vivió su primer mal día y casi cedió dos minutos con el líder. Exhibición del Sky, seguramente nunca vista en la ronda gala desde los tiempos de Armstrong - Roberto Heras.

Al día siguiente, con final en el descenso a Bagneres de Bigorre, victoria de Daniel Martin, quien se impuso en la llegada a su compañero de escapada, Jakob Fuglsang. En la general, Porte acusó los esfuerzos del día anterior y dijo adiós a cualquier opción de ser podio en el Tour.

Valverde y su maldición

Arrancaba la segunda semana con un líder claro y con varios ciclistas en la general interesados en desbancarle. El primero de ellos, Valverde, segundo tras el descalabro de Porte. La otra sorpresa de la primera semana eran los holandeses del Belkin, Mollema y Ten Dam, cuarto y quinto, respectivamente, hacían soñar a los Países Bajos con un podio en el Tour 20 años después. Kittel repitió victoria al vencer en Saint-Malo antes de una crono en el Mont Saint-Michel que dejaba casi sentenciao el Tour.

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Froome fue el único en plantarle cara a Tony Martin, vencedor de etapa, mientras que el resto de favoritos se quedaban a más de tres minutos y medio del británico del Sky. Cualquier interés era ver qué dos corredores acompañarían a Froome en el podio de París. Kittel volvió a ganarle la partida a Cavendish en Tours antes de una de las mejores etapas de la edición número 100 del Tour.

13º etapa entre Tours y Saint-Amand-Montrond, ejemplo de que una etapa en el Tour, nunca es una "jornada de transición". Valverde pinchó en un avituallamiento, aunque era una situación que parecía controlada por el Movistar. Sin embargo, tanto Omega como el Belkin se pusieron de acuerdo para trabajar por delante, en un corte en el que entró Contador y no Froome. El Sky, hasta ahora invencible, dio sus primeros síntomas de flaqueza, al ser incapaz de contactar con el grupo de delante, en el que Cavendish se acabó llevando la etapa. Contador y Mollema eran podio de forma provisional tras recortar más de un minuto al británico, mientras que Valverde dijo adiós al Tour.

Froome sentencia en Ventoux

Antes de una etapa antológica como la del Mont Ventoux, llegó una jornada para que llegase la primera escapada del Tour. Trentin acabó resolviendo una larga fuga en Lyon por delante de ciclistas de la talla de Rojas, Talansky o Vichot.

Y el 14 de julio, día grande en Francia, llegó el Ventoux. Para muchos, la subida más dura del Tour por el viento que puede llegar a soplar en la cima. Contador tenía una gran oportunidad de recortar distancias con el británico, que sin embargo, ofreció una de las mayores exhibiciones de los últimos años. Lanzó un ataque sentado después que el de Pinto fuera el único capaz de aguantar su ritmo.

El de Saxo Bank rebentó y cedió en meta casi dos minutos. Quintana, que iba por delante, intentó seguir sin éxito el ritmo de un Froome que ganaba de amarillo en solitario en el Ventoux, dejando ahora sí visto para sentencia el Tour, con más de cuatro minutos en la general sobre Mollema, Contador, Kreuziger y Joaquim. En el caso del catalán, tras una discreta primera semana, mejorando sensaciones en la segunda semana y colocándose octavo en la general, aún a tres minutos del podio.

Tras el Ventoux, llegada a Gap, en una jornada en la que el descenso de La Rochette podía ser juez como en 2003 con Armstrong y Beloki. Todos salvaron la etapa que se terminaría llevando Rui Costa en solitario. Al día siguiente, contrarreloj para escaladores. Dos puertos entre Embrun y Chorges convertían la jornada como una nueva etapa decisiva en la lucha por el podium. Fue una día de nuevo con mucha lluvia, en el que era fundamental el segundo descenso de la etapa. Muchos optaban por subir con bicicleta de montaña y bajar con bicicleta de contrarreloj. Joaquim marcó un tiempazo en meta, antes que fuese superado por Contador, quien parecía que podía volver a ganar en el Tour por primera vez en tres años.

Pero de nuevo, Froome fue el mejor. Cambió de bici en lo alto del puerto, con varios segundos perdidos respecto al madrileño y le acabó venciendo en meta por nueve segundos. Mala jornada sin embargo para los holandeses, que se alejaban del podio en beneficio de 'Purito' y Nairo.

Alpe d'Huez y Semnoz deciden el podium

Y el día 18 llegó la cita más esperada del Tour, con una etapa espectacular en la que los ciclistas debían subir hasta en dos ocasiones l'Alpe d'Huez. La mayor dificultad del día, el descenso del coloso en una jornada que volvía a estar pasada por agua. Contador lo intentó a la desesperada en el descenso, aprovechando que tenía corredores por delante. Su ventaja fue mínima y al final se resignó a volver al pelotón. Por delante, Van Garderen tenía renta para ganar en solitario, pero se le hizo larga la subida y Riblon tiró de experiencia para vencer en la cima más mítica de la ronda gala.

Al día siguiente, final en Le Grand Bornand y nueva exhibición de Rui Costa en solitario. Sin embargo, el interés estuvo por detrás, con Alberto Contador poniendo a prueba a un Froome que prácticamente corría solo sin equipo desde mediados de carrera. El britántico se defendió bien y llegó a meta con el resto de favoritos.

El Tour había preparado para esta edición número 100 una llegada inédita a Semnoz para poner punto y final a la carrera antes del "paseo" por los Campos Elíseos. Una jornada que confirmó los peores presagios para un Alberto Contador que no pudo seguir el ritmo de los mejores y dijo adiós al podium. Por delante, Froome, Quintana y Joaquim, los tres mejores del Tour, y un Valverde que trabajó como nunca para el colombiano.

Froome pecó de avaricioso en busca de su cuarta etapa y lo acabó pagando, pues en los últimos kilómetros cedió ante el empuje de Nairo, quien certificaba su primera victoria en el Tour, el maillot blanco de mejor joven, y el blanco a puntos rojos de la montaña. Por su parte, 'Purito' se hacía con el tercer puesto de la general para estar en el podio de París, un éxito teniendo en cuenta su segundo puesto del Giro 2012 y tercero en la Vuelta 2012, tres podios en las tres grandes en poco más de un año.

París, 100 ediciones del Tour

La organización, para conmemorar las 100 ediciones de la ronda gala, preparó una etapa especial por las calles de París a altas horas de la tarde. Aprovechando que casi era de noche, se preparó un espectáculo de luces en el arco del triunfo para homenajear a todos los ciclistas del Tour que habían llegado a Paris, tanto los de la edición número 100 como los de las 99 anteriores.

Cavendish no pudo repetir triunfo en los Campos Elíseos como en los años anteriores y fue esta vez Kittel el mejor velocista en la capital de Francia y durante todo el Tour 2013 con sus tres victorias de etapa.