Una de las virtudes del ciclismo es lo vibrante e inesperado de las carreras. Los Juegos Olímpicos de Rio de Janeiro depararon carreras emocionantes con varias alternativas, pero destacó por encima de todas la prueba femenina en ruta.
A falta de veinte kilómetros para la finalización de la prueba y en plena ascensión a Joá, Canoas y Vista Chinesa, solo quedaban las mejores: las holandesas Anna van der Breggen, Annemiek Van Vleuten, la transalpina Elisa Longo Borghini, la sueca Emma Johansson y la americana Mara Abbott. Ellas se jugarían las medallas.
El sexteto se cortó rápidamente pues Abbott y Van Vleuten tenían un ritmo superior al resto en la subida bajo una intensa lluvia. El dúo cabecero, encabezado por la americana, hizo hueco con facilidad y al coronar Vista Chinesa contaban con un minuto de ventaja. Solo quedaba el descenso y los seis kilómetros en el paseo de Copacabana.
Descenso caótico
La tremenda caída de Van Vleuten puso en bandeja el 'triunfo' de Abbott
Van Vleuten tomo más riesgos que su compañera de viaje en el descenso y se marchó en solitario. Sin embargo, tomó demasiados y en una curva a derechas la holandesa salio disparada de la bicicleta para dar con su espalda sobre el bordillo. La espectacularidad y violencia de la caída hizo que se temiera por la integridad de la holandesa pero, por suerte, solo perdió la oportunidad de llevarse el oro al estar consciente pero en estado de schock.
La caída de Van Vleuten dejaba en cabeza a Abbott con una diferencia de 45 segundos sobre el trío formado por Van der Breggen, Johansson y Longo a falta de diez kilómetros. El descenso mojado había desdibujado totalmente la fisonomía de la carrera y la falta de referencias hacia que la carrera estuviera loca. Al final, no hubo mas sobresaltos en el descenso y Abbott tenía serias opciones de proclamarse campeona olímpica con 33 segundos de diferencia sobre el trío perseguidor que se ponía de acuerdo para alcanzar a la americana a falta de seis kilómetros.
Sin premio final
Fue alcanzada y superada a 150 metros de meta
Una persecución de poder a poder, Abbott veía como su diferencia iba menguando pero la distancia a meta también. Arropada por el publico que dejó la arena de la playa de Copacabana la americana volaba pero la determinación mostrada por Longo, Johansson y Van der Breggen hacia que la estadounidense no pudiera relajarse ni un segundo.
La medalla de oro estaba en el aire, Abbott entraba en el último kilómetro sintiendo el aliento de las tres ciclistas. Destino cruel para la sonriente estadounidense que veía como era alcanzada cuando se lanzaba el sprint y fue superada quedándose sin medalla.
De la desilusión de Abbott se pasó a la alegría de Van der Breggen que fue la más rápida del grupo, relegando a Emma Johansson y Elisa Longo a la plata y bronce, respectivamente.