Sonny Colbrelli (Bahrain-Merida) ha sido el vencedor de una etapa en la cual el viento y la lluvia han vuelto a ser los grandes protagonistas, provocando una gran cantidad de abanicos que han desmenuzado el pelotón, tal y como pasó en la primera etapa. Los ciclistas llevan dos jornadas de máximo esfuerzo, debido a ser etapas caóticas. Arnaud Démare ha entrado en tercera posición por detrás de John Degenkolb y ha podido mantener el liderato otra jornada.
Una etapa para un sprint, pero con el viento y la lluvia como aliciente
La segunda etapa de la París-Niza no contemplaba desniveles importantes, por lo tanto se debía esperar un sprint masivo, aunque viendo el tiempo y lo sucedido en la primera etapa se esperaba que no fuese así. Por lo tanto, la lluvia y el viento se esperaban como protagonistas, facilitando los abanicos.
Tensión desde el inicio
A los diez kilómetros de carrera, nueve ciclistas intentaron buscar la fuga del día, pero el viento dificultó que se pudieran escapar, ya que el pelotón se rompió en muchas partes debido a los abanicos. Cuando se llevaban 28 kilómetros de carrera el primer grupo neutralizó a los nueve escapados, provocando que un grupo de una treintena de corredores pasase a ser cabeza de carrera. Parecía que los ciclistas de la general que el día anterior habían perdido tiempo, habían conseguido coger el grupo cabecero, aunque con 50 kilómetros de carrera, el segundo grupo neutralizó entre otros a Porte y Contador. El ritmo endiablado que llevaban los grupos causaba estragos en muchos ciclistas.
El viento, la lluvia y la nieve animan la carrera
El grupo cabecero se iba reduciendo, en el cual se podían encontrar Henao, Zakarin, Démare, Kittel, Gallopin, Alaphilippe… mantenían un margen de 1’35” sobre el segundo grupo. Por detrás Richie Porte perdía contacto con el segundo grupo y empezaba a perder terreno, reduciendo sus opciones a la victoria final. Restaban 75 kilómetros y el segundo grupo empezaba a reducir diferencia, ya que contaban con un gran número de ciclistas. Se acercaban a gran velocidad, provocando que salieran ciclistas al ataque a los que se juntó Philippe Gilbert cuando llegó al primer grupo desde el segundo. Los seis hombres en cabeza eran Bystrom, Wynants, Sarreau, Gallopin, Siskevicius y el nombrado Gilbert. La diferencia se acercaba al minuto, cuando perdieron a Sarreau debido a un pinchazo.
Gilbert intenta evitar la neutralización
Los fugados empezaban a ver como el pelotón se acercaba, pero Gilbert, a veinte de meta, decidió probarlo en solitario. Wynants intentó seguir su rueda, pero fue neutralizado por el pelotón unos segundos después que al resto de los fugados. El belga mantenía su empeño por delante, aumentando su diferencia hasta los 45”. Restaban diez kilómetros y Gilbert estaba manteniendo un gran pulso con un pequeño pelotón. La ventaja se mantenía en los 42”. Pero el belga dudaba porque veía el pelotón muy cerca. El empuje del pelotón y su agotamiento pudieron con él, neutralizado poco después.
La desorganización facilita los ataques
En el pelotón no había un equipo que llevará las riendas claramente, provocando que muchos ciclistas vieran opciones en atacar. Alexey Lutsenko fue el primer encargado pero su falta de fuerzas provocó una rápida neutralización, pero aún no habían terminado, ya que salió Kristijan Koren con más fuerza, pero también fue neutralizado antes del arco del último kilómetro, donde lo probó un Orica-Scott, sin éxito también. El grupo estaba muy estirado. Sonny Colbrelli decidió que era el momento de lanzar el sprint para evitar un posible ataque desde lejos. Parecía que por detrás venían más lanzados y que lo adelantarían, pero no fue así. Consiguió entrar el primero en meta y llevarse la victoria. El italiano no se podía creer que hubiera vencido en el sprint. Lloraba de alegría. En segunda posición entraría el alemán John Degenkolb y en tercera el líder Arnaud Démare.
Clasificaciones
Tercera etapa, sin un perfil claro
La tercera etapa de la París-Niza contiene dos puertos puntuables, el segundo de los cuales es de segunda categoría y se corona a 25km. de meta. Este puerto puede seleccionar un pelotón, pero se espera que no sea lo suficiente duro como para eliminar a los sprinters. La incógnita de la jornada será si el viento y la lluvia hacen acto de presencia y seleccionan el grupo antes de los puertos. Se espera otra apasionante jornada.