La primera piedra que se colocó en el Circuit de Barcelona-Catalunya fue el 24 de febrero de 1989, gracias al impulso del Consorcio formado por la Generalitat de Catalunya, el Real Automóvil Club de Catalunya y el Ayuntamiento de Montmeló, según se puede conocer en la propia web del circuito.
Anteriormente, el 3 de octubre de 1986, el Parlament de Catalunya aprobó por unanimidad una proposición no de ley, que instaba al Consejo Ejecutivo a coordinar organismos pertinentes con el fin de estudiar y unir esfuerzos para crear un nuevo circuito permanente de velocidad.
Y, efectivamente, así fue. Cinco días después de su inauguración oficial, el 10 de septiembre de 1991, el Circuit celebró su primera carrera oficial, el Campeonato de España de Turismos. El 29 de septiembre de 1991 se disputó el 35º GP España de F1, después de 16 años de ausencia en Cataluña, mientras que el Mundial de Motociclismo llegaría un año más tarde con motivo de la celebración del GP de Europa.
Un cuarto de siglo después, el Circuit se ha consolidado como un referente tanto a escala nacional como internacional. Se ha convertido en uno de los clásicos de la gira europea del Gran Circo, así como en un destino obligatorio en pretemporada por su ubicación geográfica estratégica y su naturaleza aerodinámica, que permitirá evaluar con mayor precisión la efectividad de los nuevos monoplazas que veremos a partir de la próxima temporada.
Sin ir más lejos, durante esta semana Pirelli, proveedor oficial de neumáticos de la F1, ha seleccionado este trazado para probar sus gomas de 2017 con los pilotos de la Scuderia Ferrari, Sebastian Vettel y Kimi Räikkönen. A día de hoy, se opta por realizar pruebas en esta pista y en pretemporada siempre se dice que los coches que van bien aquí, irán bien durante toda la temporada.