Llegan los equipos a Australia con la carne puesta en el asador; con unos test más que realizados en España y sobre todo, con las ganas de volver a sentir la emoción y ambición de competir en un Gran Premio. Aunque ya en los test hay algún lobo que se deja ver, es cierto que siempre en esta carrera muchas escuderías suelen dejar sorpresas en cuanto a rendimiento se refiere, ya que en las dos semanas de pruebas que se realizan en Barcelona durante febrero, muchos equipos no muestran todo su potencial, sino que se guardan algo para Australia. El motivo puede que sea para no crear falsas expectativas, o bien algunos equipos ven los test para lo que su propia palabra indica: probar el coche y ver sus puntos débiles, así como intentar mejorarlo hasta Melbourne.
Análisis del circuito
En primer lugar aclarar que el circuito de Albert Park, situado en la ciudad de Melbourne, es un circuito semiurbano. No es urbano del todo, pero tampoco es circuito puro como el de Italia o el de Barcelona. En cuanto a degradación de neumáticos, el desgaste es normal. Este año Pirelli también optará por poner gomas ultrablandas y quitar las medias, por lo que veremos una mayor actuación de superblandos, y en clasificación, se estima que los ultrablandos harán mejorar los cronos. La carga aerodinámica es media/alta debido a curvas medias y rápidas, al igual que en temas de frenos, cuyo desgaste es elevado. Hay frenadas fuertes y frenadas en curva, lo que exigen a los frenos un gran trabajo; de hecho son frecuentes las blocadas de frenos en la curvas 1,3 y 12. La longitud del mismo es 307 km, con un total de 58 vueltas.
En cuanto a temas de velocidad, la máxima velocidad alcanzada es de unos 325km/h con DRS.
Eventos memorables
Australia también nos deja algunos eventos felices y otros no tanto. El más reciente y del que más se ha hablado estos días antes de la carrera, es del fortísimo accidente que sufrió Fernando Alonso el año pasado en la carrera.
Dicho accidente es considerado uno de los más graves de la historia de la F1. El choque fue entre el español y el mexicano Esteban Gutiérrez. Salía Fernando de la curva 2 con bastante mejor tracción que el Haas del mexicano, y sumando que el asturiano contaba con la ayuda del DRS, el McLaren, tomando rebufo del Haas, se acercó de tal forma al difusor del monoplaza americano que cuando Gutiérrez frenó, Alonso no reaccionó a tiempo, estrellando su rueda derecha contra al difusor, perdiendo por completo el control del coche, chocándose contra las barreras laterales, y lo peor de todo: dando dos vueltas de campana en el aire, que, si no llega a ser por la grava y por la gran seguridad de la que están dotados los monoplazas de hoy en día, quizás Fernando no lo hubiera contado.
Otra anécdota llega por parte del mismo Fernando. Esta vez nos remontamos a 2010, cuando Australia era la segunda cita del calendario. Salía Fernando 3º por detrás de los Red Bull, hago típico durante esa temporada. Se apagaban las luces, llovía, y al acercarse a la primera curva, Fernando hacía un trompo mirando hacia detrás, echando a perder la estrategia y gran parte de la carrera. Sin embargo ya se sabe cómo se las trae el español en carrera, pues acabó 4º tras ir último.
En 1989, Satoru Nakajima estaba a una vuelta del vencedor, cuando hizo la vuelta rápida siendo 7 segundos más rápido que sus rivales hasta que alcanzó a Riccardo Patrese 23 vueltas después. Patrese estaba 3 vueltas antes a 25 segundos de Nakajima.
En resumen, quedan días para que se apaguen las luces, y para volver a sentir esa sensación de velocidad que "mantiene vivo" al seguidor del motor, tal y como dijo antaño Lewis Hamilton.