Tras quedar encuadrado definitivamente el grupo H del Mundial de Brasil, muchos notaron rápidamente que dicha clasificación ya se había dado en condiciones muy parecidas no hace muchos años atrás. Concretamente 12, en el Mundial disputado en Corea y Japón. El grupo octavo por aquel entonces estaba compuesto por Bélgica, Rusia, Túnez y Japón. En el de Brasil, Argelia y Corea del Sur reemplazarán a Túnez y Japón como selecciones del mismo continente. Por aquel entonces, los japoneses dominaron holgadamente un grupo del que los africanos salieron muy perjudicados mientras que rusos y belgas se jugaron todo a una carta en el último encuentro de la fase de grupos.
Este verano, se podría ver el mismo resultado, pero dada la igualdad del grupo cualquier cosa podría pasar. Además, hay que tener en cuenta ciertas circunstancias que podrían afectar notoriamente el devenir de tal grupo. Cabe destacar que Corea no juega en casa como entonces lo hizo Japón, que Argelia tiene muchos más argumentos futbolísticos que Túnez por aquel entonces y que Rusia y Bélgica han evolucionado su juego y estilo sustancialmente. Sobre todo en el caso de los belgas.
Corea, a seguir la senda japonesa
Los surcoreanos buscarán a bien seguro repetir la actuación de sus vecinos asiáticos que dominaron el grupo H en 2002 tan solo cediendo un empate ante Bélgica, que finalmente fue segunda. Bien es cierto que al igual que los hombres de Myung-Bo, 2002 fue el año en el que ambas selecciones jugaban en casa por lo que su rendimiento estuvo por encima de lo esperado.
Sin embargo, el fútbol de sendos países ha evolucionado favorablemente desde entonces. La igualdad del grupo H en el 2002 era máxima al igual que lo es el del mismo grupo en Brasil. Aunque es cierto que en 2002 no había ninguna selección que destacara notoriamente por encima de las otras, mientras que este año parece que Bélgica está llamada a ser la que lidere la clasificación.
En 2002, los japoneses lograron la primera plaza del grupo con siete puntos (dos victorias y un empate) logrando así el pase a octavos como líderes de grupo. Curiosamente, Corea del Sur realizó la misma actuación en el grupo D de aquel Mundial. Siete puntos y primeros de grupo, dejando incluso fuera a Portugal con una victoria ante ellos en la última cita. Los jugadores del país del Sol Naciente fueron finalmente apeados en octavos por, a la postre semifinalista, Turquía.
A pesar del favoritismo del que puede gozar Bélgica, tanto Corea del Sur como Rusia como Argelia son conscientes de que la segunda plaza no tiene un claro dueño y que, incluso, podrían aspirar al liderato, ya que la fase de grupos de un Mundial es un lugar en la que cualquier despiste se paga muy caro. Además, la segunda plaza del grupo H será probablemente cruzada con Alemania en octavos, por lo que un primer puesto podría dar muchas más opciones a cualquier selección de tener opciones de estar en cuartos.
Sumar al principio es vital
A Corea del Sur no le valdrá comenzar el Mundial mínimamente relajada, ya que jugarán su último encuentro ante Bélgica por lo que deberán sumar el máximo número de puntos posibles antes de tal cita. El partido ante Rusia es una incertidumbre porque los hombres de Capello suelen ser bastante impredecibles.
En condiciones normales, los surcoreanos deberían imponerse a los argelinos. Sin embargo, los africanos han realizado una gran fase de clasificación para esta Copa del Mundo y además llegan con un hombre en un gran estado de forma como es Feghouli, que podría desequilibrar cualquier encuentro en la fase de grupos. Todo esto, unido a las dudas que ha dejado el conjunto asiático en la fase de clasificación, hace que sea muy complicado predecir ningún resultado más allá del a priori favoritismo belga.
Los surcoreanos llegan a Brasil sin un estilo de juego definido y con la sensación de haber obtenido la clasificación más por suerte que por merecimiento. No obstante, los hombres de Myung-Bo son capaces de desplegar un buen fútbol en cualquier momento y su verticalidad y disparo desde larga distancia los hará realmente peligrosos.
A pesar de que la falta de un juego asentado puede pasar factura a los asiáticos en una fase de grupos tan nivelada y en la que cualquier fallo se paga muy caro, descartar a los sur coreanos sería una temeridad y cualquier cosa puede pasar.