Houston Dynamo, aplastante

Houston Dynamo derrotó, por un contundente 4-0, al que hasta entonces era el líder de la Conferencia Este, Orlando City SC. Con esta victoria, los hombres de Wilmer Cabrera borraron de un plumazo las dudas que se cernían sobre el equipo y vuelven a optar a todo en la Major League Soccer.

Houston Dynamo, aplastante
Houston Dynamo, aplastante // Imagen: Houston Dynamo
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Por Fer Rodríguez Martínez

¡Saltó la sorpresa en el BBVA Compass Stadium! Golpe de efecto de Houston Dynamo que, en la madrugada del sábado al domingo, se impuso por cuatro goles a cero ante el hasta entonces líder de la Conferencia Este, Orlando City SC. Los texanos fueron una auténtica apisonadora durante los 90 minutos y, gracias a la inspiración de su tridente ofensivo y las facilidades concedidas por la zaga visitante, acabaron protagonizando la mayor goleada de la décima jornada en la Major League Soccer 2017. El castigo pudo ser aún peor para los lions, pero Mauro Manotas erró desde los 11 metros en los primeros compases del encuentro.

Con esta victoria, los pupilos de Wilmer Cabrera mantienen la cuarta plaza en el oeste, mientras que la derrota sufrida por los de Florida, segunda de la semana y tercera desde que arrancase el campeonato liguero, supone perder el bastón de mando de la Conferencia Este, que en estos momentos se encuentra en poder de Toronto FC.

Hacer daño desde el principio

Desde los primeros instantes, Houston Dynamo dejó claro que iba a por el partido. En el minuto 12, Mauro Manotas pudo abrir la lata para los locales, sin embargo su lanzamiento desde el punto de penalti ni siquiera encontró portería. Una pequeña alegría para los aficionados de la franquicia púrpura, prácticamente la única de todo el partido.

La velocidad y el desparpajo del joven Alberth Elis por el carril diestro fue un auténtico dolor de muelas para la defensa de Orlando y precisamente en una de sus cabalgadas por banda llegaría el primer tanto del partido. El hondureño superó a su marcador por velocidad y desde la frontal del área, aunque en una posición un tanto escorada, probó fortuna con un potente derechazo. Joe Bendik reaccionó tarde y el esférico acabó entrando por el primer palo. Error garrafal del meta neoyorkino que unos días antes había sido galardonado con el premio al mejor futbolista del mes de abril. Caprichos del destino…

Elis celebra el primero del partido (Imagen: Houston Dynamo)

¡Dale alegría a mi corazón!

Tras el descanso, Manotas se redimió de su fallo desde el punto fatídico anotando el segundo para su equipo. Después de una buena internada de Alex por la derecha y el tradicional pase de la muerte, el ariete colombiano lograría, con un poco de fortuna, superar a Bendik por debajo de las piernas. Definitivamente, no era el día del cancerbero visitante.

Con el 2-0 campando en el luminoso, Orlando City se fue al ataque a la desesperada en busca de un gol que le diera esperanzas, al menos, de empatar el partido. Daría entonces comienzo el recital de Romell Quito al contragolpe. Con espacio para correr, el extremo hondureño encontró una autopista por banda izquierda y acabó con las esperanzas de remontada de los hombres de Jason Kreis. Primero, en el mano a mano ante Bendik, trató de definir por su cuenta, pero el cuero se le marchó ligeramente desviado, muy cerca del poste derecho. Un minuto más tarde y en una situación muy similar, Quioto optó por ceder para Manotas y que este anotara el tercero a placer. El duelo quedaba ya visto para sentencia.

Manotas celebra el gol con sus compañeros // Imagen: Houston Dynamo
Manotas celebra el gol con sus compañeros (Imagen: Houston Dynamo)

A pesar de la amplia diferencia, Orlando no tiró la toalla y, en el minuto 70, gozó de una buena oportunidad, en botas de Larin, para maquillar el resultado. Después de superar por potencia a su par, el canadiense trató de definir con el interior pero Joe Willis le leyó muy bien las intenciones y despejó el peligro con una buena estirada.

La traca final

A falta de un cuarto de hora para el final, Quioto anotó el cuarto y definitivo tanto con un exquisito golpeo de interior que se coló por toda la escuadra. Un broche de oro a un partido de diez.