Si hay una selección nacional que está disfrutando del material joven que está surgiendo de sus canteras, sin duda alguna es Inglaterra. El fútbol inglés se ha nutrido de grandes jugadores en este cambio generacional que se ha vuelto imperioso en los últimos años, especialmente con el reciente adiós de Wayne Rooney. Anterior a él, grandes símbolos como Frank Lampard, Steve Gerrard o Rio Ferdinand también debieron separar sus caminos respecto a representar a su selección nacional, dejando a Inglaterra con la gran complejidad de reemplazar a jugadores de talla mundial.
Pero todo parece ir llegando hacia un buen puerto para los ingleses. Las cartas de navegación fueron marcadas, el rumbo fue el correcto y la tierra firme cada vez parece más cercana en el horizonte. Interesantes apariciones entre las que se pueden mencionar a Marcus Rashford, Dele Alli o Harry Kane, son algunas de las que hacen que cualquier aficionado del fútbol inglés se ilusione con que los 'hree Lions puedan volver a sus épocas de gloria.
Esto es una clara muestra del trabajo que ha realizado Inglaterra desde sus mismas fuentes, para poder tener a mano jugadores que sean capaces de darle un salto de calidad a un equipo cuyo nivel ha mermado en los últimos años. La estructura de selecciones en Inglaterra está pensado de abajo hacia arriba y hay un enfoque especial en equipos como el sub21, pieza clave de la cual surgen aquellos que vestirán la camiseta absoluta.
La FA ha puesto especial atención en cada detalle, especialmente ante la posibilidad que se mencionó en los últimos días, donde se señalaba que Inglaterra podía sufrir la pérdida de varios jugadores que han estado en la mente de aquellos que habitualmente siguen a los equipos juveniles. Tammy Abraham, delantero del Chelsea, al igual que Sheyi Ojo, hombre del Liverpool, fueron tentados por Nigeria para representar al equipo africano en el próximo Mundial de Rusia 2018.
Algo similar ocurre con Jack Harrison, quien es elegible también para jugar con los Estados Unidos, habiendo vivido allí por muchos años. Desde la FA saben que el primer equipo de Inglaterra está armado y hay nombres que son inamovibles, pero no quieren que ello sea motivo para perder a jugadores que pueden ser un buen recambio en el futuro inmediato, o una apuesta a largo plazo.
Para llenar a cada uno de ellos con el amor por Inglaterra, fueron convocados para representar a los Young Lions en las eliminatorias sub21. La cita era frente a Escocia, partido más que atractivo en los papeles previos. El escenario designado era el ya conocido Riverside Stadium, estadio del Middlesbrough, equipo que actualmente milita en la Championship, dirigido por Garry Monk.
Justamente, Dael Fry, defensor central del Boro que está en la órbita del Manchester United, tuvo su noche especial al representar a su país en un estadio que conoce como la palma de su mano. Con varios futbolistas que han ganado popularidad en este inicio de temporada, como Alexander-Arnold, Inglaterra saltó al campo de juego de Riverside para disputar la tercera jornada de esta etapa clasificatoria, la cual llegaba liderando con cuatro unidades.
Con solo unos pocos minutos de juego, Inglaterra se hacía fuerte en el juego, golpeando rápidamente a su rival con el gol de Joshua Onomah, con un balón que cayó para el hombre del Aston Villa, luego de un rechazo de córner, ubicado en el borde del área para conectarlo con destino a la red. Un remate alucinante que le daba a los ingleses la posibilidad de abrir el marcador y hacía delirar a todos los fanáticos.
Pasaron las páginas y el primer capítulo del partido terminó, con un dominio inglés que no se trasladaba al marcador y le daba posibilidades de esperanza a los escoceses. Ya en la segunda mitad, volvió a pisar fuerte Inglaterra pero esta vez con Tammy Abraham, quien fabricó el penalti y luego lo cambió por gol, definiendo sutilmente a la izquierda del guardameta. Los Three Lions ya triunfaban con un margen más amplio y la victoria era absolutamente merecida.
Pero apareció Chris Cadden para el visitante, marcando el descuento a los 78' y poniendo en suspenso a un Riverside que era todo delirio con la victoria de su país. Aún así, ese silencio sólo duró segundos, ya que Dominic Solanke se encargó de volver a encender las gargantas del público luego de la asistencia de Tammy Abraham, quien quedó mano a mano con el guardameta rival y prefirió cederle el gol a su compañero en un gesto que demuestra la hombría de un grupo de jugadores que no dejan de ser juveniles, pero con mucha madurez.
Con los tres puntos ya en el bolsillo, Inglaterra festejó y apunta ahora al próximo martes, cuando visite a su par de Andorra por la cuarta jornada de eliminatorias. Por su parte, los escoceses, que marchan cuartos con una victoria y una derrota, volverán a ser visitantes el martes, frente a Letonia.