En una tarde calurosa por la Ciudad de Buenos Aires, el Estadio Alberto José Armando (La Bombonera), empezaba a abrir sus portones para que el público local empiece a colmar toda la tribuna.
La hinchada empezaba a cantar y a tocar los bombos para alentar a su equipo, explicando la pasión que tienen hacia a ellos cuando juegan todos los 90 minutos en cada partido.
Boca tuvo un mal momento de haber perdido la final contra River, pero tiene todo para ganar, con una gente fiel que vino para que salgan a la cancha y den lo mejor que tienen.
Las personas comenzaban a cantar la famosa frase “Boca, mi buen amigo”, eso significaba que los jugadores ingresaban al campo de juego, mientras que los megáfonos decía los nombres de los integrantes del equipo.
El Xeneize tiene la ventaja, que si gana este partido se aleja más de los equipos que están cerca de la punta, mientras que el equipo cordobés está con la mente activa para ganar en La Boca pero para eso tiene que poner todo el esfuerzo para obtener la victoria, sabiendo que se puede acercar a la punta de la famosa Súper Liga Argentina y para eso tiene que presionar y atacar.
Primera parte muy ajustada
El árbitro argentino, Francisco Beligoy, agarró la pelota y la trasladó hacia el centro de la cancha, en ese momento alza su silbato para dar la señal del encuentro. El balón comenzó a girar y el manejo del juego lo tenía el conjunto cordobés, fue así que tuvieron la primera jugada de la tarde, a los nueve minutos, cuando Ramírez tuvo su ocasión de gol, después Boca tendría su chance de gol, pero cuando el delantero argentino Cristian Pavón, iba solo para ejecutar el tiro, el juez de línea marcaba el offside, sacándole la chances del local de abrir el marcador.
El encuentro era una ida y vuelta, en el cual la gente estaba muy preocupada por el resultado del partido, pero esto no iba a terminar así, fue cuando el reloj marcaba los 27 minutos del primer tiempo, Pavón agarró el balón fue gambeteado de a uno, en ese instante manda un pase corto por abajo, y el delantero Walter Bou estira su pierna como si fuera una final y marca el gol para Boca, ahí se vino toda la hinchada para festejar el gol.
Pero esto no iba a terminar así casi terminando por causa de un centro, el defensor argentino Carlos Gustavo David Quintana, pone su imponente cabeza y manda la pelota a la red ocasionando el empate, así se fue el primer tiempo con una bronca del local por no mantener el resultado.
Un gol agónico
Tras un descanso de 15 minutos, para refrescar las ideas, y salir al campo de juego con un mente inspiradora para llegar al triunfo, los jugadores ingresaban a la cancha para terminar los 45 minutos restante.
El réferi agarra su silbato y da su última señal para que empiece a rodar el balón, en un partido muy parejo y ajustado, la hinchada gritaba más fuerte para conseguir esta victoria que es necesaria para acariciar la copa. Fue así que al inicio de la segunda parte, Boca empezaba adueñarse de la esfera hecha de un cuero especial que hace vibrar la tierra cuando toca el césped verde.
Ya en la primera jugada del partido era para el local, cuando el delantero, Pavón tenía otra chance para sellar su buen rendimiento, pero el interceptado por el portero, salvándole la vida al conjunto cordobés. Después Araujo complicaría la vida al local con jugadas muy peligrosas para el arquero argentino Agustín Rossi, luego Reynoso y Pavón le ponían un punto a Talleres, diciendo ¡aquí está el puntero!
Pero no encontraba la puerta de la victoria, hasta que entre Wanchope Abila, y cambia las cosas, fue así que para el balón da una media vuelta e intercepta un gran pase para que la rodilla de Pablo Pérez de la segunda anotación para el conjunto de Guillermo que pedía a gritos un gol, en ese momento el mito se volvió real, La Bombonera vibró por toda la ciudad.
Llegando a la finalización, Beligoy pide la pelota y culmina este partido agónico para el Xeneize, con este resultado Boca sigue puntero del campeonato.