La Brimstone Cup vuelve una temporada después a Texas, después de que FC Dallas lograse conseguir una sencilla victoria ante un rival que apenas le mostró oposición. En la primera mitad los texanos fueron los dominadores del balón, dejando que su rival apenas se acercase a su portería y no realizase ningún disparo a puerta. Tras adelantarse en los primeros 45 minutos, llegaron otros dos tantos que mostraron la superioridad local ante un rival completamente desconocido.
Superioridad incontestable
Desde que comenzase a rodar la pelota en el Toyota Stadium, sólo se vio un equipo sobre el terreno de juego, FC Dallas. El conjunto local se convirtió en el dueño y señor de la pelota, encerrado a su rival en campo propio y asediándole con constantes acciones de peligro sobre su portería. Un par de disparos de Lamah y Barrios que se marcharon fuera de la portería fueron los primeros avisos que los texanos dieron a su rival.
Con la superioridad de los locales, el Chicago Fire tuvo que esperar varios minutos para tener su oportunidad de llegar con el control del balón sobre el campo rival. Consiguió deshacerse poco a poco del control al que estaba siendo sometido y sus acciones sobre la portería rival comenzaron a aparecer. Sin embargo, en ningún momento consiguieron plasmar esa oportunidad que tuvieron de llegar a portería en ocasiones manifiestas de gol.
Superado el ecuador de la primera mitad, FC Dallas logró aprovechar el enésimo error de la defensa rival para anotar un gol que ponía el partido muy de cara. Cannon llegó hasta las inmediaciones del lateral del área para poner un centro al punto del penal desde donde Gruezo empujó el balón al fondo de la red.
A partir de ese momento, Chicago Fire trató de sobreponerse al gol, buscando la portería de un rival que se sentía muy cómodo en defensa y sin apenas llegadas que pudiesen poner en peligro el resultado. Esclarecedor en este sentido fue la estadística en la que los visitantes no consiguieron hacer ningún disparo a puerta.
Pero conforme el encuentro se acercó al final de la primera mitad, los texanos volvieron a imponer su juego, buscando claramente que el partido no se les escapase en estos minutos tan importantes como son los previos al descanso.
Sin más historia
Con el inicio de la segunda parte, el equipo local dio un aviso con el que dejó claro que el resultado era corto y quería más. En la primera acción sobre la portería del Fire, un disparo de Mosquera se marchó cerca del palo.
Pero con lo corto del resultado y la posibilidad de los visitantes de recortar distancia estos se volvieron a lanzar al ataque en busca de un gol que les permitiese dar la sorpresa y afrontar la segunda parte con otra cara. Pero la imagen del equipo no estaba siendo la idónea. Muchos errores tanto en ataque como en defensa que estaban permitiendo a su rival tener uno de los partidos más plácidos de las últimas semanas.
Ante la inoperancia de su equipo en ataque, Paunovic realizó varias sustituciones con las que dar mayor intensidad al equipo en la faceta ofensiva. Estos cambios le dieron otra cara al juego del Fire ya que consiguió durante unos minutos su objetivo de generar peligro, sin embargo, el gol continuaba resistiéndose.
A falta de 20 minutos para la finalización del partido ocurrió un hecho que cambiaría por completo el mismo. En una entrada peligrosa de Conner sobre un rival, el lateral visitante vio la segunda tarjeta amarilla que dejaba a su equipo con un futbolista menos para lo que restaba de partido.
Desde ese momento comenzó un asedio sobre la portería visitante que culminó a los pocos minutos con un segundo gol que daba casi por cerrado un partido sin mucha historia. Kellyn Acosta, que había entrado en la segunda mitad, aprovechó un balón suelto en el borde del área para disparar a la cepa del palo izquierdo que aumentó así la distancia en el marcador.
Durante los siguientes minutos no se vio apenas respuesta por parte del conjunto visitante que se encontraba totalmente rendido ante un rival- Con dos goles de desventaja y un futbolista menos sobre el terreno de juego parecía imposible que una remontada fue se posible.
Y así fue que a pocos minutos para el final, los texanos consiguieron distanciarse aún más en el marcador. Un futbolista local fue derribado en el interior del área, llevando al colegiado a señalar la pena máxima. Reto Ziegler fue el encargado en transformar el penal.
Con el partido casi resuelto, Chicago consiguió anotar el gol de la honra, en una acción en la que Bronico peleó el balón en el interior del área y consiguió disparar a portería en la primera ocasión que tuvieron durante el partido.
Con ese gol de los visitantes en las postrimerías del partido finalizó un encuentro que los texanos tuvieron controlado de principio a fin, ante un rival que dio una cara muy parecida al del inicio de la temporada. Muchos fallos y errores para un equipo que está obligado a finalizar más arriba en al clasificación.