Al fin Pep Guardiola podía contar con Agüero después de que el argentino superara una larga serie de lesiones en los últimos meses y se vio obligado a alinearlo desde el principio para suplir la baja de Gabriel Jesus. También perdía a Kevin de Bruyne por lesión. En la parte de atrás, debutaba Rubén Dias en una formación defensiva muy elástica en la que muchas veces Rodrigo se posicionaba como tercer central y Aké pasaba al lateral izquierdo.

Por su parte, Mikel Arteta volvía a optar por una defensa de cuatro, con David Luiz acompañando a Gabriel Magalhaes tras la lesión de Holding en el calentamiento. Arriba sorprendía que Willian actuaba como falso delantero centro. El fichaje estrella del deadline day, Thomas Partey, esperaba en el banquillo.

El cuadro local dominó absolutamente los primeros minutos a un Arsenal que parecía estar esperando a que le metieran un gol para intentar jugar al fútbol. Este gol llegó pasados los veinte minutos en un contraataque muy bien dirigido por Agüero, en el que Foden no conseguía batir a Leno, pero el rechace del guardamenta alemán le cayó a Sterling que definía con la izquierda a placer. A partir de entonces, los gunners trataron de proponer algo más ofensivamente, pero solo Saka parecía inspirado. Tuvieron un par de acercamientos peligrosos, pero el equipo de Arteta en ningún momento daba la sensación de estar cómodo sobre el terreno de juego.

La segunda parte siguió más o menos el mismo camino, el Manchester City tenía la posesión del balón la mayor parte del tiempo, pero ya no le hacía falta arriesgar llevando demasiados jugadores a posiciones ofensivas, mientras que las pocas veces que el Arsenal tenía el balón en juego estático, no sabía lo que hacer con él. Los cambios de ambos entrenadores apenas se notaron en cuanto al ritmo del encuentro, Arteta metió arriba a Lacazette, que todavía no sabe ni de qué color era el balón con el que se jugaba, mientras que Guardiola quitó a Agüero por Gündogan para protegerse un poco más. Bukayo Saka seguía siendo el único jugador que intentaba algo distinto, pero los citizens estaban muy bien posicionados y no cometían ningún error que les pudiese costar un gol, ni siquiera Rodrigo, que había visto la tarjeta amarilla en los primeros minutos del partido.

Con estos tres puntos, el Manchester City deja atrás un mal comienzo de temporada y coge un poco de carrerilla para no quedarse demasiado alejado de los puestos de arriba.

Por su parte el Arsenal aún se encuentra en una situación cómoda en la clasificación, pero tiene la espinita de no haber ni siquiera podido competir con los dos rivales más fuertes de la Premier League.