El Newcastle golea y silencia Old Trafford
El Newcastle celebra en Old Trafford - Newcastle United FC

Lo han vuelto a hacer. El Newcastle de Eddie Howe deja en el camino al Manchester United y, de esta forma, se convierte en el verdugo de los dos grandes de la ciudad de Manchester en esta edición de la Carabao Cup. Las Urracas propinaron un golpe durísimo a Old Trafford, tomándose revancha de la final copera de la campaña anterior, y vuelve a los cuartos de final de la Carabao Cup como un serio candidato a levantar el título.

Por su parte, el Manchester United se sumerge en una crisis cada vez más grave. Esta humillación recibida en casa puede ser la gota colme el vaso, o al menos será una noche que oscurezca -y mucho- la figura de Erik ten Hag en el club.

Primer tiempo

Los primeros minutos del encuentro fueron de bajo ritmo, con ambos equipos intentando encontrar su lugar para incomodar al rival. El Newcastle salió desde el inicio a imponer su innegociable presión alta y le complicaba la salida al Manchester United, que intentó distribuir por bandas; a pesar de sufrir la baja de Matt Targett al 5', los Magpies empezaban a lucir mejor que los Red Devils con el balón en sus pies, aunque sin generar peligro en el primer cuarto de hora.

El reloj avanzaba y las ocasiones de peligro brillaban por su ausencia... hasta que apareció Tino Livramento. El joven lateral arrancó una carrera desde su propio campo por la banda derecho y empezó a superar rivales hasta plantarse cerca del área contraria, casi sin resistencia por parte de los locales; Anthony Gordon, que fijaba a los centrales como '9', marcó un desmarque hacia la derecha para dejarle un pasillo a Livramento por el medio y éste, con mucho espacio y tiempo para decidir, vio a Miguel Almirón -que había ingresado en lugar de Targett- desmarcándose desde la izquierda hacia el medio; para él fue el balón  y el paraguayo definió a la perfección para darle la ventaja al cuadro visitante.

Almirón y Bruno celebran el 0-1 - Newcastle United FC
Almirón y Bruno celebran el 0-1 - Newcastle United FC

Tras una nula respuesta del United, el Newcastle no tardaría en hundir aún más los ánimos en Old Trafford. Al 36', ocho minutos después del primer tanto, Miguel Almirón manejaba el balón por banda izquierda y filtró un balón que desnudó a la zaga mancuniana y le permitió a Joe Willock colarse en el área; el inglés, con la marca encima, metió un centro que fue despejado y Lewis Hall, en las puertas del área, recibió el rechace y sacó un maravilloso remate, lo suficientemente ajustado para que André Onana no tuviera ninguna chance de evitar el 0-2.

El Manchester United ni hizo el amago de reaccionar. Las caras en las gradas eran el reflejo de lo que transmitía el equipo en cancha: un grupo sin alma, sin soluciones, incapaz de dominar o reponerse ante la adversidad. En la banda, Erik Ten Hag, sin respuestas, mostraba su nerviosismo ante una momentánea derrota que empeoraba la situación actual que viven sus dirigidos.

Segundo tiempo

Ten Hag quiso agitar el tablero y metió a Amrabat y Wan-Bissaka, en lugar de Casemiro y Diogo Dalot. Los Diablos Rojos tomaron la iniciativa en la segunda parte -más por necesidad y por el planteamiento del Newcastle que por virtudes propias- y se plantaron en campo contrario; empezaban a acercarse al área blanquinegra, aunque las ideas todavía eran escasas y el peligro prácticamente nulo. El Newcastle seguía cómodo.

La estocada final llegó cuando se cumplió la hora de juego: tras un balón dividido en el mediocampo, la pelota cayó en los pies de Joe Willock; el '28' se giró y detectó un pasillo por todo el carril central para llegar hasta la frontal de área y, una vez ahí, gracias a la pasividad del United tuvo el suficiente espacio para acomodarse, rematar y anotar un golazo que sentenciaba el pase de los suyos a la siguiente ronda.

A partir de ahí, el partido fue un trámite. Ten Hag dio ingreso a Rashford, Hojlund y Bruno Fernandes como medida desesperada, pero el juego fue tan plano como lo ha sido toda la temporada. Los visitantes tuvieron el encuentro siempre bajo control y su zaga no tuvo ninguna preocupación hasta el final del partido.

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