El Feyenoord cayó estrepitosamente en su visita a Old Trafford. “En los primeros cuarenta y cinco minutos estuvimos muy bien organizados demostrando lo que habíamos trabajado, e incluso, pudimos hacer algún gol en las oportunidades que tuvimos”, dijo el entrenador holandés. Sin embargo, sí fue crítico con la pérdida de intensidad y concentración que se produjo conforme pasaban los minutos, algo que contra equipos del nivel del United se suele pagar: “cuando te enfrentas a equipos como el Manchester United, no vale con hacer 60-70' buenos porque el partido dura 90', y ellos no descansan. Debemos ser capaces de aguantar todo el encuentro a su misma intensidad”.
Por otro lado, intentó pasar página rápido poniendo el foco en el partido decisivo contra el Fenerbahçe turco el próximo 8 de diciembre en casa. “Estoy deseando que llegue. Es un gran desafío y una suerte que podamos disputarlo en nuestra casa. De Kuip será una olla a presión”, comentó Giovanni van Bronckhorst. El conjunto de Rotterdam, ahora tercero en la clasificación del grupo A, tiene la obligación de ganar el sexto y último partido de la fase de grupos por una ventaja de dos o más goles si quiere verse en la siguiente ronda de la Europa League, ya que una victoria por la mínima le haría empatar a puntos con los turcos, pero perdería en la diferencia de goles y en el gol average. “Sabemos lo que tenemos que hacer y tenemos la confianza de no haber perdido aún en casa”, apuntó de forma optimista.
Por último, destacó la labor del veterano y siempre cumplidor Dirk Kuyt, y del joven defensa central Wessel Dammers, que en la noche de ayer ocupó el puesto del brasileño Eric Botteghin sin arrugarse, a pesar de estar en un escenario como Old Trafford y de tener enfrente a jugadores de la talla de Zlatan Ibrahimovic o Wayne Rooney.