Cada año somos testigos del crecimiento, a todos los niveles, del soccer en Estados Unidos. Las grandes figuras del fútbol europeo escogen la MLS como destino para disputar sus últimas temporadas 'de corto'. El fantástico trabajo que las distintas franquicias están realizando con sus canteras es otra de las claves del éxito de la competición. Sin embargo, en este artículo nos vamos a detener en el tercer y último ingrediente de la receta: la respuesta que los aficionados norteamericanos dan cada fin de semana, abarrotando las gradas de la inmensa mayoría de estadios de la liga.
Hasta la bandera
En 2016 la afluencia de espectadores a los estadios ha pulverizado todos los registros. Un total de 7.3 millones de espectadores tuvieron la oportunidad de disfrutar de sus ídolos en directo a lo largo de la campaña regular, lo que supone una ocupación del 95.5%. Cada vez es más común que el cartel de “no hay billetes” se deje ver sobre las taquillas. Con un promedio de 21.692 seguidores por encuentro, la Major League Soccer ha logrado ascender hasta la sexta posición del ránking mundial. Ligas muy potentes y con amplia tradición futbolística como la Serie A italiana, la Ligue One francesa, la Eredivise de los Países Bajos o la Primeira Liga portuguesa miran con recelo el meteórico ascenso de un campeonato doméstico que tan solo cuenta con 21 campañas en su haber. Hablamos, sin duda, de cifras de récord para un país que, cada vez más, respira fútbol por sus cuatro costados.
Desde su primera edición en 1996 hasta diez han sido los equipos capaces de alzarse con la copa: DC United, Chicago Fire, Sporting Kansas City, San José Earthquakes, LA Galaxy, Houston Dynamo, Columbus Crew, Real Salt Lake, Portland Timbers y el más reciente, Seattle Sounders. Quizás esta sea la tecla que haya logrado enganchar a una masa social de tal magnitud. La normativa de la liga va encaminada a favorecer al máximo la competitividad y la emoción, con medidas poco comunes en el resto del planeta fútbol. Nos referimos al PlayOff para decidir al campeón, el Draft anual o el tope salarial impuesto a cada franquicia. Como aficionado al fútbol saber que, a pesar de no haber cuajado una buena temporada, tu equipo puede proclamarse campeón al año siguiente es una tentación que cuesta mucho rechazar.
Tifos, cánticos y mucho más
En los últimos tiempos hemos podido comprobar cómo los seguidores más fanáticos han comenzado a organizarse en forma de grupos de animación, o grupos “ultra”, para alentar a su equipo y darle un toque de alegría y color a los estadios. Un fenómeno fan muy característico de las gradas europeas y que, poco a poco, se va asentando también en Estados Unidos. Cánticos, tifos y toda una serie de coreografías y rituales que convierten cada partido en una fiesta a la que cada vez se unen más y más adeptos.
Todo este fenómeno, como no podía ser de otra manera, presenta una serie de particularidades que tan solo EEUU podía ofrecer. Las franquicias norteamericanas, a diferencia de lo que ocurre cada vez con mayor asiduidad en los estadios europeos, conceden todo tipo de facilidades a sus aficionados. De esta manera se promueve la animación y se consigue un gran ambiente cada fin de semana. Por si esto fuera poco, la Major League Soccer cuenta con las celebraciones más características de todo el panorama futbolístico, de la mano de las aficiones de Montreal Impact, New England Revolution y Portland Timbers.
Campana sobre campana
En uno de los fondos del Saputo Stadium es posible encontrar a los Ultras Montreal 2002, el grupo de animación de Montreal Impact. Este peculiar foco de animación, además de portar todo tipo de banderas y estandartes, hace sonar una enorme campana de cuatro toneladas de peso cada vez que su equipo anota un tanto como local. La campana recibe el nombre de North Star Bell y es considerada todo un amuleto de la suerte. Tal es la superstición de la hinchada canadiense que su equipo nunca disputa un partido en casa sin presencia de la famosa campana.
Salvas al cielo de Boston
Ándate con ojo si planeas practicar paracaidismo, o algún deporte similar, en las inmediaciones del Gillete Stadium de Boston. Este estadio, hogar de New England Revolution, se caracteriza por celebrar sus goles como si de una hazaña bélica se tratase. En uno de sus fondos se sitúan cuatro hombres ataviados con uniformes militares de la Guerra de Independencia Estadounidense, listos para disparar al aire con sus escopetas si los delanteros locales son capaces de superar al meta rival. Todo un espectáculo visual y auditivo para deleite de la parroquia de los Revs. Esperemos no tener que lamentar víctimas…
¡Más madera!
Los aficionados más ruidosos de los Portland Timbers reciben el nombre de Timbers Army. Providence Park es su feudo, conocido además por ser uno de los estadios con mejor ambiente de toda la liga. Timbers Army se declara culpable. En las filas de este particular grupo de animación encontramos al que quizá sea el aficionado más curioso de toda la MLS. Hablamos de Timber Joey. Joey actúa como maestro de ceremonias y, cada vez que los Timbers anotan o dejan su portería a cero, corta un tronco ayudado de su inseparable (y descomunal) motosierra. Puede parecer una locura, pero tranquilos, su casco protector le mantiene a salvo. ¡La seguridad ante todo!
La labor de esta curiosa mascota no se reduce exclusivamente al show durante los partidos. Timber Joey participa, conjuntamente con los jugadores de Portland Timbers, en todo tipo de actividades solidarias y de ayuda a la comunidad: visitas a niños hospitalizados, charlas para concienciar a los escolares acerca de la importancia de la vida sana, recaudaciones para organizaciones benéficas… ¡Lo que sea necesario con tal de dejar la bandera Green & Gold en lo más alto!
United & Strengthen
Esta pasión desatada por el soccer no se ciñe exclusivamente a los equipos de cada ciudad. La afición estadounidense se organiza también para animar a su selección nacional. Se hacen llamar American Outlaws y esta es su historia.
El origen de los American Outlaws se remonta a la ciudad de Lincoln, en el estado de Nebraska. Korey Danahoo, Justin Brunken y Ben Cohoon son tres amigos, y fanáticos del balompié, que deciden reunirse en un conocido pub local para ver los partidos de los USMNT, así como para viajar a tantos encuentros como les fuera posible. Con el paso del tiempo, este pequeño grupo de amigos fue creciendo hasta convertirse en una hinchada completamente organizada.
En 2010, con motivo de la Copa Mundial de la FIFA en Sudáfrica, realizaron su primer desplazamiento como grupo. Un viaje de 15.000 kilómetros con el único objetivo de alentar a su selección. Actualmente el grupo cuenta con miles de fans repartidos por todos los rincones del país, comercializa su propia marca y organiza todo tipo de eventos deportivos. Se trata de un éxito rotundo, teniendo en cuenta que no hace demasiado tiempo este deporte era completamente marginal en Estados Unidos.