El New England Revolution continúa invicto como local después de conseguir un empate sin goles. El partido estuvo marcado en los primeros minutos por el respeto de ambos equipos al rival, y apenas se pudieron ver acciones de peligro. Poco a poco se soltaron y pudieron generar algunas en las que los californianos estuvieron a punto de hacer gol. En la segunda parte los californianos comenzaron imponiendo su juego, pero poco a poco los locales, haciendo valer su condición de local, trataron de hacerse con los tres puntos, pero no lo consiguieron.
El respeto se antepone al juego
Buen inicio de partido en donde los dos equipos se alternaron la posesión del balón, provocando de esta manera constantes acercamientos a ambas áreas. Aunque le miedo a cometer un error que provocara una contra del rival, hizo que prefiriesen asegurar la jugada que arriesgar con algún pase vertical que pusiese en problemas a las defensas.
Poco a poco, el conjunto californiano fue haciéndose más protagonista con el balón, dejando a su rival con la única posibilidad de llegar a puerta, buscando ataques con transiciones rápidas y balones a la espalda de la defensa. Pero la atenta defensa de los Quakes apenas les dio la oportunidad de que generasen espacios. A pesar de ello, el primer disparo a puerta llegó cerca del minuto 20 cuando Agudelo controló un balón en el interior del área, y su disparo se marchó al lateral de la red.
Esta acción del delantero de los ‘Revs’ pareció abrir la caja de los truenos, y a partir de este momento se dieron ocasiones para ambos equipos de manera casi continua. La más peligrosa fue un remate de los californianos que golpeó en el palo. En la siguiente acción los locales también estrellaron otro balón en el larguero, pero el colegiado señaló fuera de juego.
Cerca del minuto 30, los New England gozaron de la ocasión más clara para ellos cuando Fagundez realizó una dejada en el segundo palo, tras una falta lateral, pero un defensor de los Quakes sacó el balón de la línea cuando Nguyen cerca para sólo tener que empujar el balón a gol.
En los minutos finales, la calma volvió al partido, lo que hizo que los visitantes volviesen hacerse con el balón, dejando que los minutos pasaran, y que su rival no les sorprendiese si cometiesen algún fallo.
Sin la recompensa del gol
Buen inicio para los visitantes que en la primera jugada del partido, pusieron en aviso a su rival con un balón que Hyka se internó en el área e intentó sorprender al portero. Pero su disparo al palo más cercano fue repelido de manera solvente por el mismo.
Con los californianos llevando la iniciativa total del equipo, el entrenador de los locales dio entrada al terreno de juego a Kei Kamara con la clara idea de ter mayor presencia en el ataque, y que la sola presencia del goleador, hiciese que su rival no tuviese tantas libertadas en el campo.
Sorprendentemente este cambio dio el resultado que Heaps quería, y el equipo local comenzó a tener mayor presencia en el área de su rival, aunque apenas consiguieron convertir este dominio en ocasiones claras de gol.
Sin embargo, la ocasión más clara llegó pasada la hora de partido cuando Cato consiguió superar a dos defensores en velocidad dentro del área, y puso un centro en el punto de penalti que Alashe remató a puerta, pero el guardameta reaccionó de manera espectacular sacando el balón a córner. Esta acción dio alas a los visitantes que realizaron varios cambios claramente ofensivos, con intención de conseguir tres puntos a domicilio.
Se acercaban los minutos finales, y los locales fueron poco a poco haciéndose con la manija del juego, haciendo valer la condición de local, que les ’obligaba’ a buscar los tres puntos para recompensar a los aficionados que allí estaban. Aunque por más que lo intentaban, la defensa de los visitantes, con un Jungwirth completamente magistral, dejó todas las acciones en nada.
En los minutos previos al tiempo reglamentario los californianos volvieron a tener una oportunidad para haber dado la sorpresa, pero un disparo fue detenido de nuevo por Cropper. Tras Esta acción el partido llegó a su final, ante la imposibilidad de los equipos por desequilibrar la balanza a su favor.