El Vancouver Whitecaps sacó su tercera victoria consecutiva como visitante con un partido en el que aprovechó una de las escasas ocasiones que tuvo para llevarse los tres puntos. En la primera mitad, se vio mucho juego en el centro del campo y apenas aparecieron acciones de peligro. En la segunda mitad el partido se abrió ligeramente y las llegadas comenzaron a aparecer, y fue a falta de unos minutos cuando los canadienses declinaron el partido a su favor.

Mucha táctica, pocas llegadas

Los primeros minutos del partido fueron de tanteo entre ambos equipos, en donde apenas se pudo ver llegadas a algunas de las porterías. Le juego se desarrolló casi en su totalidad en el centro del campo, ya que el miedo a arriesgar y permitir una contra del rival, hacía que apenas se buscase profundidad sus  acciones.

Con el paso de los minutos, fue el conjunto de Colorado Rapids el que comenzó a tener mayor presencia en el ataque, cogiendo más responsabilidades y teniendo mayor control del balón. Buscó la circulación de balón con la clara intención de provocar espacios en la defensa canadiense pero estos no permitieron que su rival sacase beneficio.

No fue hasta pasada la primera media hora de partido cuando el Whitecaps comenzó a tener también mayor cuota de protagonismo, y aunque sus acciones apenas llegaban al área de su rival, el solo acercamiento de sus jugadores a las inmediaciones ponía en alerta a la defensa local.

Seha y Mezquida tratan de recuperar un balón (Imagen: usatoday.com)

Conforme el descanso se acercaba el final de la primera mitad, el juego entre ambos equipos volvió a igualarse, y esto hizo que de nuevo se viese un partido muy táctico y sin apenas llegadas a ninguna de las áreas. Estaba siendo una primera mitad en la que ninguno de los dos entrenadores quería arriesgar, y parecían conformes con el empate.

Con esta circunstancia se llegó al final de los primeros 45 minutos, con todo por decidir, y con dos equipos que tendrían que dar algo más si querían conseguir los tres puntos.

Pocas ganas de victoria

Desde el inicio de la segunda mitad, se pudo ver claramente a los dos equipos más involucrados en el ataque, lo que se vio representados en una ocasión clara para cada uno de los equipos en los diez primeros minutos. La más clara de ellas fue un remate de Gordon que a portería vacía, golpeó el balón en el palo, pero cuando este parecía introducirse al fondo de la red, Ousted sacó una mano espectacular para impedir el gol.

Esta acción abrió claramente el partido, convirtiéndolo en una sucesión de llegadas en ambas porterías, aunque apenas conseguían que estas finalizasen con una ocasión clara de gol. Para cambiar esta dinámica errática en el ataque, los dos entrenadores dieron entrada a jugadores ofensivos, con una clara intención de poder ser el primero en superar al rival.

Ousted salvó a su equipo de encajar un gol (Imagen: @WhitecapsFC)

Los minutos pasaban, y la insistencia de los dos equipos con llegar a la portería de su rival estaba siendo menos, lo que provocaba que las ocasiones de peligro fuesen poco a poco desapareciendo.

Pero a menos de cinco minutos para el final del partido, una contra a favor del conjunto canadiense declinó el partido a su favor. Un balón a la espalda de la defensa en donde apareció Shea para aprovechar su velocidad y encarar portería, batiendo finalmente al portero rival.

A partir de ese momento las acciones de los locales comenzaron a ser muy precipitadas, y las prisas por sacar un resultado positivo comenzaron a aparecer. Esto generó que sus acciones careciesen de peligro, aunque lo que si provocó es que se quedasen con un jugador menos a falta de dos minutos por la expulsión del lateral derecho.