El nombre del Stoke City siempre ha sido el de un club que, si bien no es de aquellos que luchan por el título a final de temporada, podía ser encontrado entre los que aspiran por ocupar los puestos altos de la clasificación, incluso lograr una plaza en Europa.
Pero eso ha cambiado en los últimos años, como resultado de una mala política de fichajes y la presencia de un entrenador que no ha logrado sacar el máximo rendimiento de una plantilla que podría aspirar a más cosas. Hoy, el Stoke City se encuentra en la zona roja de la tabla, a pocos puntos de distancia de los puestos de descenso, un retroceso para un club que iba en franca levantada.
Es sencillamente extraño pensar en que un equipo que cuenta con jugadores de gran experiencia como Xherdan Shaqiri y Peter Crouch, más grandes apariciones de los últimos años, por ejemplo Jack Butland, guardameta de la Selección Nacional de Inglaterra y seguramente titular en Rusia 2018, Kurt Zouma, que si bien está a préstamo es un jugador muy valioso, y otros más, el Stoke no sea capaz de conseguir una regularidad ni ser un poco más efectivo a la hora de sumar.
Stoke comenzó el 2017 con una derrota que vaticinaba lo que sería el pésimo a lo que atravesaron los Potters, ya que cayeron eliminados de la FA Cup en 3ª ronda ante Wolverhampton, por 2-0. Si bien en Premier League lograron algunos buenos resultados, como una victoria por 3-1 ante Sunderland, dos empates por 1-1, ante Manchester United y Everton, el equipo comenzó a flaquear en otros encuentros importantes, como frente al Tottenham, con el cual perdió por 4-0, además de una muy mala racha consecutiva de cuatro derrotas, ante Chelsea, Leicester City, Burnley y Liverpool, las cuales lo terminaron hundiendo en la mitad inferior de la tabla de posiciones.
Tal era la desesperación de Mark Hughes por cambiar la suerte del equipo, que acudió a colocar un 5-4-1 contra un Hull City que luego descendería, cuando había enfrentado con dibujos tácticos más atrevidos a equipos como los Manchester o Liverpool. El Stoke triunfó por 3-1 ante el Hull y al siguiente partido regresó a su clásico 4-4-2, con el cual cayó ante el Swansea. Con otra caída ante el Arsenal, por 4-1, y un triunfo por la mínima ante el Southampton, el equipo de Stoke-On-Trent despidió su temporada 2016/17 en el 14º puesto de la Premier League, habiendo sido eliminado en la 3ª ronda de la FA Cup y en la misma instancia de la EFL Cup.
Una nueva oportunidad de cambiar el rumbo
Para la presente temporada, Stoke City fue en busca de refuerzos que le dieran un salto de calidad al equipo. Kevin Wimmer arribó proveniente de Tottenham, a cambio de casi 20 millones de euros, mientras que Bruno Martins Indi selló su pase definitivo al Stoke. Eric Maxim Choupo-Moting, Josh Tymon y Darren Fletcher llegaron libres, mientras que Kurt Zouma y Jesé Rodríguez arribaron a préstamo. Pero además regresaban jugadores como Juanlu y Bojan Krkic, que le podían aportar mucho al equipo.
Fue allí donde comenzó la mala política por parte de directivos y entrenador, ya que Juanlu había logrado marcar en los partidos amistosos que disputó y fue vendido al Newcastle cuando el Stoke pudo haberle sacado más provecho. Lo mismo ocurrió con Bojan, de quien se esperaba mucho que esta fuera su temporada y terminó emigrando a préstamo al Alavés. Todo eso, sumado a la ida de Marko Arnautovic al West Ham en busca de luchar por cosas más serias de lo que le ofrecía el Stoke, fue un vaticinio perfecto de lo que ocurriría.
Si bien la temporada no comenzó nada mal para los Potters, ya que cayó por 1-0 ante Everton pero derrotó por el mismo marcador ni más ni menos que al Arsenal, con una tarde espléndida de Jack Butland, eso se terminó diluyendo hasta llegar a lo que es hoy. La debacle comenzó con la derrota por 2-1 ante Newcastle, a la cual sucedieron otras caídas, ante Bristol City, por EFL Cup, y Chelsea, esta última sumamente contundente, por 4-0.
El 3-4-2-1 que planteaba Mark Hughes en busca de más agresividad no daba resultados y la gente pedía imperiosamente un cambio, el cual llegó ante Manchester City, donde el Stoke saltó al campo de juego con un 4-4-2. Fue derrota por 7-2, uno de los resultados más aplastantes que se hayan dado en esta temporada, lo que sumado a los cuatro goles en contra que ya había sufrido ante Chelsea, daban muestras de que el Stoke no está para luchar contra los grandes clubes.
Peligra la categoría
La caída ante el City lo empujó a la 17ª ubicación de la tabla, con siete partidos luego de ese encuentro, de los cuales sólo ganó dos, igualó otros dos y perdió en tres, hasta llegar a una nueva y estrepitosa caída con el Tottenham, por 5-1. Con ese resultado y el hartazgo de la gente, las gradas de cada estadio en el que jugaba el Stoke City se comenzaron a llenar de pancartas que rezan 'Hughes Out', en un claro reclamo pidiendo por alguien que sea capaz de sacar al equipo de esta racha tan negativa.
Hoy el objetivo parece ser claro para la escuadra de Stoke-On-Trent, que tiene que sumar la mayor cantidad posible de puntos para no volver a atravesar la desesperación de hace sólo una semanas cuando pudo haber caído a puestos de descenso si no derrotaba al West Bromwich Albion. Tras el Boxing Day, donde igualó 1-1 con Huddersfield Town, se acerca una seguidilla de partidos complicados para un equipo que espera poder levantar la cabeza y volver a ser lo que fue.