Dicen que hay veces que uno tiene la sensación de ue esa historia ya la ha viviendo o que se encuentra en un callejón sin salida o en una espiral en la que no ve la forma de salir. Puede que al Athletic Femenino le ocurriera eso en este 2014, ya que ha acabado el año al igual que lo empezó: a remolque de un Barcelona que parece que no tiene puntos de endeblez.

Un comienzo difícil

La tarea que se avecinaba a principios de año no era sencilla, ya que había que recortar puntos con el Barcelona, pero había tiempo siuficiente, jornadas más que de sobra para poder enmendar esa concatenación de derrotas. Ya no se podía volver a fallar y las de Juan Luis Fuentes no erraron. Dejando de lado los dos empates que cosecharon contra el Rayo Vallecano y el Oviedo Moderno, todos los demás encuentros los solventaron con victoria, pero no fue suficiente.

El Barcelona, su mayor rival, no daba síntomas de flaqueza y seguía a lo suyo. Su presencia en la Champions y el posible cansancio que ello podía suponer no se trasladaba a la competición doméstica y en muy pocas jornadas dejaba escapar algunos puntos. Era dueño y señor, y el Athletic no podía ir más que a rebufo, un rebufo que vio cómo no tenía vuelta atrás cuando catalanas y vizcaínas se vieron las caras en Barcelona. Las catalanas vencieron 1-0 y prácticamente saludaron al título.

Terminar con la miel en los labios

La Copa de la Reina, la competición que acarreaba un halo de maleficio en los cuartos de final para el Athletic, comenzó el 18 de mayo. Su primer rival fue el Valencia, del que después de empatar a uno en Lasesarre, el equipo se conjuró para ganar a domicilio (1-4) y avanzar a semifinales. Allí se topó con el Levante, y volvió a producirse la misma situación. Tras empatar a cero como local, esta vez en Sarriena, las rojiblancas tuvieron que hacer frente al factor campo de las granotas para vencer 0-2, y repetir, por segundo año en su corta historia, una final de la Copa de la Reina.

Los penaltis alejaron al Athletic del título

Una final en la que esperaba el Barcelona, aquel club que se había mostrado intratable durante todo el año, pero al que el Athletic lo supo atar en corto. Fue una final de toma y daca, con minutos para los dos equipos, y una final que se tuvo que decidir en los penaltis. Tras el 0-0 de los 90 minutos complementarios, y el empate a uno en la prórroga gracias a los goles deAlexia y Nekane, el punto fatíico marcó el devenir de ambos clubes. El único penalti errado por Irene Paredes o acertado por Laura Rafols hizo que eltítulo viajara a Barcelona, y que el Athletic perdiera la Copa de la Reina en el último instante.

Empezar de cero

Casi sin pensar en lo que se había dejado escapar, las rojiblancas debían prepararse para afrontar una nueva temporada, y lo hicieron con algunas bajas y altas en el equipo. El conjunto rojiblanco mantuvo la columna vertebral que el año pasado le hizo quedarse en segunda posición. No obstante, no contará con las jugadoras Joana Flaviano, Leire Landa, Manu Lareo, Silvia Ruiz y Jone Guarrotxena, que causarán baja en el nuevo curso. El Athletic tapó esas bajas con los fichajes de Maite Lizaso, proveniente de la Real Sociedad, y con el de Yulema Corres, procedente del Aurrera de Vitoria. Asimismo, Juan Luis Fuentes tendrá a su disposición a las futbolistas Arene Altonaga, Izaskun Leoz y Ane Otxoa, que suben del segundo equipo.

Con estos cambios comenzó un Athletic con brío, con ganas de hacer bien las cosas y que ganaba con suma facilidad los primeros partidos de la Liga. Gracias al tropiezo del Barcelona contra el Valencia, las rojiblancas adquirieron tres puntos de ventaja, pero esos puntos poco a poco se fueron diluyendo. Las chicas de Juan Luis Fuentes se dejaron puntos en salidas como Barcelona y Albacete y se veía que su juego se oscurecía poco a poco, que ya no era tan pleno y bello como lo fue en el inicio de esta temporada.

Esa oscuridad se hizo patente en el complicado mes de noviembre. Una vez más, el Athletic Femenino no fue capaz de superar ese Tourmalet que supuso jugar contra los euipos de la zona alota de la clasificación. Se vivió un dèjá vu y sólo se consiguieron cuatro tantos de 12 posibles. Esa muestra de flaqueza hizo que el Barcelona le adelantara por la derecha en la clasificación y se situara con seis puntos de ventaja y con un partido menos. 2014 termina como empezó: a remolque de un Barcelona que se muestra intratable. Eso sí, ahora el Athletic le tiene que sumar un factor más; la lesión de gravedad de Irune Murua.