Buscando precedentes para ser optimistas

El Deportivo de la Coruña recibe el próximo domingo al Espanyol de Sergio González. Las visitas del conjunto catalán suelen ser plácidas para los gallegos.

Buscando precedentes para ser optimistas
(Foto: LFP,es)
danimilan
Por Daniel Espejo Díaz

De la testa de Donato al dedo índice de Nelson Oliveira posado en sus labios. Dos gestos de rabia, de éxtasis, de furor que enmarcan algo más de una década de enfrentamientos entre Deportivo de la Coruña y Espanyol con Riazor como telón de fondo. Algunos recuerdos son y serán meras anécdotas, otros, en cambio, son tan cruciales que bien podrían ser la imagen de la historia reciente del conjunto gallego. Este fin de semana, el equipo catalán vuelve a visitar A Coruña para añadir nuevas historias a las páginas del libro blanquiazul.

Un Campeón de Liga que ahora busca la permanencia

Una tarde noche de mayo en Riazor. El cuero sale suavemente impulsado por la bota derecha de Víctor Sánchez desde la esquina; el destinatario no es otro que la cabeza de Donato que impulsa el balón al fondo de las mallas. Más tarde, Makaay llega lanzado al primer palo para anotar el segundo y definitivo gol. La puntilla. Mientras tanto, la Torre de Hércules espera expectante el pitido final para celebrar la -hasta la fecha-, única Liga del Deportivo de la Coruña. Este encuentro, digno de ser recordado hasta la saciedad, es idóneo para despertar el optimismo en afición y plantilla deportivista de cara a la inminente visita de los pericos. Y es que el Espanyol se le da bien al Dépor cuando juega en su estadio.

Desde aquella victoria que supuso el título liguero, el Espanyol apenas ha logrado dos victorias y un empate sin goles en todas sus visitas al coliseo blanquiazul -en competición doméstica-. El resto, todo victorias de los locales y holgadas en más de una ocasión. Esta vez, el equipo dirigido por Víctor Fernández, necesita sumar de tres con cierta premura. No está en juego una liga, ni el acceso a competiciones europeas pero la necesidad del cuadro gallego impera ante cualquier objetivo foráneo. La última victoria en Riazor del conjunto catalán data de la temporada 2009/10 donde de la mano de Joan Verdú y Jose Callejón, el equipo de Mauricio Pochettino se impuso por 2-3.

Victorias que acabaron de forma amarga

Hace dos temporadas la situación que atravesaba el Dépor tenía ciertas similitudes con la actual. En aquella ocasión también recibía al Espanyol con el agua al cuello y la imperiosa necesidad de sumar. Aquel encuentro se saldó con un 2-0 a favor de los locales. Bruno Gama anotó el primer tanto pero el más recordado, el de la supuesta tranquilidad, lo marcó Nelson Oliveira. Tras una sutil vaselina que superó a Cristián Álvarez en el minuto 90, el ariete portugués se dirigió al fondo más cercano y llevándose el dedo a los labios mandó callar a la propia afición deportivista. Alegría agridulce pero alegría al fin y al cabo.

Dos años antes, el Dépor, entonces entrenado por Miguel Ángel Lotina, también se impuso a los catalanes. En esta ocasión fue por 3-0. Otra victoria ante los periquitos en Riazor en otra temporada con el mismo desenlace que la 2012/13: descenso a Segunda División. El domingo, el conjunto herculino tiene una nueva oportunidad para asociar una victoria ante el Espanyol a un final de temporada feliz.

Esta temporada, esta vez en el Power8 Stadium, el enfrentamiento entre ambos conjuntos también dejó una anécdota para el glosario. Tras la fulminante irrupción de Lucas Pérez en escena ante el Valencia, el coruñés cayó lesionado cuando apenas se había jugado un cuarto de hora de partido en el antiguo Sarriá. Una lesión que le tuvo apartado de los terrenos de juego casi tres meses y que lastró en demasía el rendimiento del Dépor en la competición.

La llamada al optimismo es clara desde todos los estamentos del club y la afición. La visita del Espanyol es un punto de inflexión en una temporada llena de altibajos pero por suerte, evoca tiempos pasados que sin duda fueron más placenteros. Sea como fuere, las anécdotas, como las estadísticas, son un mero aliciente cuando el balón echa a rodar. El domingo no será distinto pero aun así será inevitable para los nostálgicos recordar a Donato o una célebre invasión de campo cuando la elástica del conjunto catalán aparezca sobre el terreno de juego.