Sonó la hora y como uno de esos pistoleros que, zarandeados y continuamente condenados a acabar besando el suelo de la taberna, el Athletic salió casa por casa y aporreando puerta por puerta con el rostro desencajado de furia hasta encontrar al enemigo. Fue en San Mamés, en una noche de alborozo, donde los rojiblancos pudieron por fin ajustar cuentas y le descerrajaron hasta cuatro tiros que dejan al Barça desangrándose junto a la barra, en medio de ese silencio que acompaña a las venganzas largamente tramadas y a ese temor de quien una vez fue el que imponía la ley en el salvaje oeste.

Muy cerca de volver a alzar un trofeo

Sin embargo, el objetivo aún no se ha consumado. Quedan 90 minutos que pueden ser muy largos en un escenario no apto para pusilánimes y donde la duda puede suponer tener ya la primera palada de tierra. Los leones deben hacer buena la holgada renta de cuatro goles conseguidas en Bilbao en el estreno anotador de San José y Aduriz pese que en el bando blaugrana Luis Enrique, Mascherano o Piqué confíen en que todavía el Barça tiene opciones. No encajar de manera temprana y anotar al menos un gol supondría poner un clavo en el ataúd de los azulgranas.

Experiencia y buenos precedentes

Un botín el logrado en la ida que invita al optimismo a los vascos en pos de reverdecer laureles 31 años después de conseguir su último título oficial, precisamente la primera y última Supercopa de su historia y también ante el FC Barcelona. Difícil tarea pero no improbable, tan solo guardar diferencias y mantenerse a salvo de las presumbiles embestidas culés. Preservar un resultado muy favorable, tarea que últimamente el Athletic ha conseguido sin ir más lejos este verano ante el Inter Baku, aunque la naturaleza del contrincante esté en las antípodas de los caucásicos.

Los resultados cosechados en las últimas temporadas en el Camp Nou, pese a que el Athletic no gana en el feudo culé desde 2001, invitan a un optimismo moderado y con argumentos, ya que habría que remontarse hasta el curso 1999/2000 para encontrar un marcador que dejase a los leones sin la ansiada Supercopa. No se trata del único precedente positivo para el conjunto vasco, que generalmente ha sabido administrar los botines logrados en los primeros partidos de eliminatorias. Tal es el caso de los octavos de final de la última edición de Copa, donde los de Valverde vencieron 2-4 en Vigo al Celta aunque terminaron pasando las de Caín en San Mamés al perder 0-2. Finalmente los leones serían subcampeones ante el propio Barça.

Manchester United y Schalke 04, derrotados en la ida

Durante la etapa de Bielsa los vizcaínos se enfrentaron a tesituras semejantes, tanto en Europa League como en Copa. En la primera defendieron grandes resultados no solo a favor, sino también a domicilio ante rivales de alta alcurnia como el Manchester United o el Schalke 04, mientras que en el torneo del KO doméstico hizo lo propio ante Mallorca o Mirandés para alcanzar la final del Vicente Calderón. El Atlético de Madrid en Bucarest y el FC Barcelona a orillas del río Manzanares serían los verdugos de los leones. En la convulsa campaña 2012/2013 los bilbaínos accedieron de nuevo a la competición continental tras derrotar en la ida al Slaven croata y posteriormente aplastar al HJK Helsinki finlandés.

Predilección por la Copa

Pese a alcanzar la final en 2012 o eliminar brillantemente al Nápoles de Rafa Benítez para disputar la última Champions League, las competiciones europeas no son aún terreno abonado para el Athletic, donde eso sí, supo gestionar ventajas ante el Tromsø noruego en la ronda previa de 2009/2010 o en la temporada 1997/1998, donde fue capaz de vencer a la Sampdoria italiana a domicilio en la ida por 1-2 y posteriormente sellar el pase a dieciseisvos gracias a los goles de Larrazabal y Ziganda en La Catedral.

Mayor pedrigrí tienen los de Valverde en su torneo fetiche por excelencia, la Copa del Rey. Con Joaquín Caparrós en 2010/2011 cosechó una victoria por la mínima ante el Alcorcón que luego refrendó en Bilbao y en 2008/2009 también en dieciseisavos frente al Recreativo de Huelva logró un casi definitivo 2-0 en San Mamés. Sin embargo, el Athletic se volvió a topar con la misma piedra en el camino, que sería el Barça en la final, en este caso disputada en Mestalla. Durante la segunda temporada de Ernesto Valverde como entrenador rojiblanco, el Athletic consiguió eliminar al Valladolid en cuartos de final después de ganar 3-2 en la ida para posteriormente estrellarse con Toni Doblas y el Betis en semifinales después de una dramática tanda de penaltis.

Todos los augurios son buenos para los leones, que esta vez sí tienen en la mano la posibilidad de romper de una vez por todas un maleficio que dura demasiado hasta para los más ancianos del lugar, aquellos que una vez contemplaron las dos márgenes de la ría teñidas de rojo y blanco.