Los hombres de Luis Enrique han realizado el mejor partido desde que el asturiano es entrenador del Barça. Esto, sumado al pésimo encuentro del Real Madrid y su mal estado de forma, ha propiciado una exhibición de los culés en la casa del máximo rival.

Luis Enrique, el vencedor

El esperado duelo táctico entre Rafa Benítez y Luis Enrique ha tenido un claro ganador. El asturiano ha planteado mejor el partido que el entrenador blanco, y su análisis del partido ha sido superior y crucial en el devenir del encuentro.

Por parte azulgrana, la clave en cuanto a los once de inicio ha sido la suplencia de Messi, lo cual ha comportado el posicionamiento de Sergi Roberto como extremo derecho. El jugador de Reus ha sido capital en el devenir del encuentro, haciendo una pareja en la banda derecha que se ha mostrado intratable frente a los ataques de Marcelo y Cristiano Ronaldo. Además, el canterano catalán ha servido en bandeja el primer gol a Luis Suárez. 

En el bando local, Rafa Benítez ha ido en contra de sus principios dejando fuera del equipo titular a Casemiro. El brasileño estaba siendo uno de los mejores jugadores del Real Madrid y en el clásico no ha disputado ningún minuto. Para reemplazarlo, Benítez ha alineado a James en el centro del campo, y ha optado por devolver a la BBC la titularidad. Quizás el colombiano ha sido de lo más destacado del Madrid, con dos disparos desde la frontal del área que han hecho intervenir a Bravo, mientras la BBC ha rendido a un nivel muy por debajo de lo esperado.

Espacios entre líneas

Una de las mayores claves del encuentro han sido los espacios entre líneas. El centro del campo del Real Madrid ha pecado de ofensivo. Ni James, ni Modric, ni Kroos, aunque el alemán en menor medida, son jugadores que se caractericen por su faceta defensiva. Benítez ha apostado por alinear a los tres en un intento de agradar a presidente y afición, o de jugar de tú a tú al Barcelona.

Los de blanco han gestionado mal su posicionamiento, especialmente los hombres del centro del campo. Los tres mediocampistas dejaban demasiado espacio respecto a la defensa, y el Barça se ha aprovechado de ello. Tanto la delantera azulgrana como los centrocampistas han jugado en esos espacios, y ahí se han generado la mayoría de ocasiones visitantes.

Casemiro. El dejar en el banquillo al brasileño ha sido una decisión controvertida. El centrocampista ex del Oporto entraba en todas las quinielas para ser de la partida, pero Benítez ha decido dejarlo con los suplentes. En esos contraataques en los que el Barça se ha mostrado tan cómodo, ha faltado el equilibrio del brasileño para dotar de una mayor solidez defensiva a los suyos. El Real Madrid ha pecado de ofensivo, aunque parezca difícil en la era Benítez. Aún así, el planteamiento tan ofensivo no se ha reflejado en tantos en el marcador, también debido en parte a la inceíble actuación de Clauido Bravo. 

Tanto Iniesta como Neymar y Suárez han sido los jugadores que más se han aprovechado de estos desbarajustes. El de Fuentealbilla, que en la segunda parte sería sustituido y ovacionado por la grada del Bernabéu, ha cuajado un magnífico partido, basado en sus conducciones y asistencias entre los espacios. Además ha redondeado la actuación con un golazo. En la parcela más ofensiva, Neymar y Suárez han encarado a la expuesta defensa blanca, y con ello han logado anotar uno y dos goles respectivamente.

Presión tras pérdida

Esta era una de las máximas del equipo que Guardiola llevo a su máximo esplendor.  El conjunto de Luis Enrique ha realizado hoy una presión a todo el campo, con Iniesta y Rakitic avanzando sus posiciones para dificultar la salida del balón de los blancos. Además, el posicionamiento de Sergi Roberto formando un doble lateral con Alves ha acentuado aún más estos problemas para sacar el balón jugado. Si esto le incluimos el excelente partido de Sergio Busquets, encontramos uno de los porqués del resultado.

Desde la remontada por 4-0 en el Camp Nou ante el Milan no se veía al Barça jugando a un nivel tan excelso. Los aficionados culés se han frotado los ojos en numerosas ocasiones porque no creían lo que veían (y eso que se han quedado muy cerca de marcar el quinto gol). Las gargantas se han quedado afónicas en una tarde que quedará para la posteridad, al nivel de muchos títulos.

Por su parte, el Real Madrid deberá mejorar, y mucho, si quiere pelear por los títulos cuando llegue el mes de Mayo. Cristiano está pasando por su peor momento desde que llegó a la capital de España, Bale sigue sin aparecer y Benzema no acierta las ocasiones que tiene. En cambio, la delantera azulgrana está rindiendo en números que nunca antes había visto el mundo del fútbol, además de la aparición de Sergi Roberto, la recuperación de Iniesta, la omnipresencia de Busquets, y la vuelta de la solidez defensiva, que hacen del Barcelona un conjunto temible.

Ganar en el Bernabéu es como ganar un título. Quizás pueda parecer que este clásico no tenga una importancia capital en la Liga, pero tal y como están de apretadas en los últimos años las competiciones domésticas, una victoria en el campo de tu máximo rival puede ser un resultado trascendental. Los títulos ya llegaron la pasada temporada, pero ahora Luis Enrique también tiene su gran partido ante el Real Madrid: una exhibición orgásmica que ha acabado en 0-4.