Fría despedida en el Coliseum

El Deportivo no pasó del empate sin goles en el Alfonso Pérez, terminando el año igual que como abrió la temporada. Lucas no consiguió batir el récord de Bebeto y los de Víctor lo acusaron, sin ideas claras, dejando al Getafe las ocasiones más claras del encuentro.

Fría despedida en el Coliseum
El guardameta argentino salvó al Deportivo de la derrota. Foto: R.C. Deportivo.
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Por Gonzalo Blanco

Una floja despedida de año tuvo el Deportivo esta noche en el Coliseum. Continúa en la buena senda, sin conceder derrotas, pero sin mayor alarde de superioridad en un partido gris que ninguno mereció ganar. Si acaso el Getafe, que mostró sus cartas, con solidez defensiva y argumentos de peso en la tres cuartos, para gustar a su afición en el último partido del año. Equipo que solo sabe prevalecer como local y que vió en buena parte del encuentro la oportunidad de mojarle la oreja a un Deportivo frío y sin ideas. E igual de frío se quedó el marcador, inmóvil durante los 90 minutos, que el Getafe no consiguió abrir ante la soberbia actuación bajo palos del Poroto Lux.

Sacó su equipo de gala, con escasas bajas y las piernas frescas; pero el Deportivo no se encontró en el Alfonso Pérez, de ambiente gélido y gris, que supuso a la postre el escenario de una de las peores actuaciones de los herculinos. Los de Víctor Sánchez, con el aliento fresco que les brinda la clasificación, se plantaron en el césped con la misma idea de siempre: sacar el máximo número de puntos posibles y, sobre todo, no perder. Y no lo hicieron, su solidez como bloque jamás se vió comprometida; pero una tres cuartos muy por debajo de su nivel no supo conectar con un Lucas aislado en medio de la zaga azulona. Tenía el récord de Bebeto a tiro de piedra, pudiendo superar a una leyenda viva del Deportivo, pero no fue la noche de Lucas que, sin picardía, se quedo en blanco después de siete jornadas anotando.

Los locales mordieron, poniendo contra las cuerdas al Deportivo en gran parte de la primera mitad

Eran conscientes en el municipio madrileño de la hoja de ruta de Fran Escribá, entrenador versado en el arte de la táctica como principal argumento para formar un equipo sólido, y esa fue la virtud que los azulones mostraron en el campo, sin contemplaciones atrás y con ideas frescas en la tres cuartos que se hicieron carne en las botas de Álvaro y Víctor Rodríguez. En especial este último, joven de gran talento, que enseñó más de una vez los dientes a la defensa blanquiazul. Porque los locales mordieron, poniendo contra las cuerdas al Deportivo en gran parte de la primera mitad, especialmente a balón parado, en donde Lafita encontró un remate, al borde del área pequeña y a placer, que Lux desbarató en un derroche de reflejos, y no sería la única vez en que el portero argentino se vería obligado a lucirse, poniendo cara a la pobre presencia de los de Víctor en los primeros 45 minutos. Pero se guardaban la posibilidad del balón largo a Lucas, siempre a tener en cuenta, y frisando el descanso, el coruñés tuvo la oportunidad de la noche, solo ante Guaita y escorado un tanto a la derecha, pero el zurdazo fue demasiado abierto.

Hipotermia en el Alfonso Pérez

Consiguió desentumecerse el Dépor, poco a poco, con el paso de los minutos, confiscando la pelota a los de Fran Escribá. Quizá acusando los excesos de la primera parte, pero al Getafe terminó faltándole fuelle, fatiga que sufrió especialmente en medio campo, donde Lacen dejó de ser determinante. Tomaron la batuta Bergantiños y Mosquera, con las piernas más ligeras; aunque siguió faltando chispa en la tres cuartos, sin garra ni convencimiento, y arrojando a Lucas a la suerte del fallo humano. Porque consiguió penetrar alguna vez más, exigiendo el máximo a Cala y Vergini, como en cada partido, como en cada jugada; pero nadie acudió a su lucha. No llegó tal error, tampoco el gol del Deportivo. Tampoco el gol de Lucas.