Comandados por el ex técnico sevillista Jorge Sampaoli, Argentina saltó la pasada madrugada (1:30 hora española) al césped del Estadio Monumental de River con la clara intención de calmar su situación cuanto a la clasificación del próximo Mundial se refiere. Situados en la cuerda floja de la tabla, necesitaban los 3 puntos como si de agua se tratara, y es por ello que Sampaoli presentó un 11 muy ofensivo ante la Cenicienta del grupo, Venezuela.

El papel de los jugadores de Nervión pasó por la difícil tarea de poseer la batuta del juego interior albiceleste, formando con el doble pivote un enganche que consiguiera sanar la presión ejercida por los hombres de La Vinotinto. Más adelantado, Leo Messi lideraba un equipo que formaba arriba con Dybala e Icardi, sin duda una formación aparentemente de garantías ante un débil rival como se postulaba ser la Venezuela liderada por Tomás Rincón.

Imprecisos en múltiples acciones, ambos jugadores de la entidad nervionense no fueron capaces de tomar las riendas de un partido que por momentos se volvió loco, carente de toda conciencia táctica. Una inquebrantable Venezuela aguantó el tirón de una poco compacta selección Argentina, que se vio incapaz de superar el muro que formaron los hombres de Rafael Dudamel. 

Así pues, a falta de un par de partidos para que termine la Fase de Clasificación Sudamericana para el Mundial de 2018, los hombres de Sampaoli deberán ganar las 2 verdaderas finales que les esperan, si es que quieren evitar lo que sería un ridículo histórico. La primera de ellas ya tiene fecha y escenario, pues en ella se enfrentaran a su rival directo Perú, también en el templo de River. A expensas queda como rondará su suerte, la que esperemos acompañe, en particular, a la dupla sevillista que anoche intentó liderar la albiceleste.