El próximo sábado se vivirá un gran ambiente en las gradas del Ramón de Carranza. Y no sólo por el fútbol que se producirá en el terreno de juego, ya que ambos equipos poseen una gran plantilla. Si no por sus aficiones. Apoyan a diferentes equipos, pero en estos encuentros tan sólo reina la pasión por el fútbol.

Presencia rayista en Cádiz

Los madrileños han puesto a la venta para este partido 275 entradas para que acompañen a los suyos en esta aventura. Y como no, allí estará presente un gran número de rayistas para presenciar el encuentro. De igual forma, se espera que más aficionados del conjunto visitante estén presentes en el estadio, aunque no cuenten con entradas para ponerse en la zona destinada para ellos.

Hermanamiento

Su hermanamiento tiene una antigüedad superior a veinte años, que se dice pronto. Durante todo este tiempo, se han celebrado diversas reuniones entre los simpatizantes de ambos equipos, siendo siempre un acto de celebración. Sea cual sea el resultado del partido, nunca existen malas palabras de una parte hacia la otra. Todo un ejemplo para el fútbol.

El apoyo recíproco, fundamental

Es habitual, en ocasiones difíciles, como por ejemplo, el descenso a segunda división del Rayo Vallecano al final de la temporada 15/16, que los madrileños cuenten con el apoyo de los andaluces. Al igual que el conjunto de la Avenida de la Albufera salió en defensa de sus hermanos cuando fueron eliminados del play-off la temporada pasada.

El equipo dirigido por Álvaro Cervera necesita una victoria para reengancharse a los equipos que se encuentran en los puestos altos de la tabla. Mientras que el Rayo necesita ganar para poder aspirar con más fuerza al liderato, del que sólo le separa un punto.

El encuentro será un espectáculo, pero también se podrá disfrutar de un grupo de personas que animarán hasta dejarse la garganta por su equipo. Pero eso sí, cuando salgan del campo, se desearán la mayor de las suertes para el resto de la temporada. Y pedirán con toda la fuerza del mundo, encontrarse la próxima temporada en primera, y como no, disfrutando de esta gran unión surgida gracias al fútbol, a pesar de los más de seiscientos kilómetros que les separan.