Un grupo sin alma, sin ideas, sin producción en el campo. Un técnico serio, derruido, sin su sonrisa que tantas alegrías ha dado al madridismo. Adiós Liga, adiós Copa del Rey. No se dan cambios, algo diferente que invite al optimismo. Fracaso y decepción asolan el entorno blanco, ese que en 2017 vivía en la 'FeliZidane'.

Pero los éxitos del pasado no son los del mañana. Los jugadores, tampoco. Unos se van, otros llegan. Pero los nuevos son diferentes, novatos, tienen otras prestaciones y deben tener los minutos adecuados. De lo contrario, la progresión se frena, la calidad se ahoga y el equipo lo sufre. Innovar o morir, el sabio lema también aplicado al fútbol. Alguien debería haberle dicho a Zidane que todo equipo necesita renovarse, como hizo la selección española. Para eso se ficha, ¿no?

Un conjunto súper campeón con el ilustre 'Zizou'

17 de agosto de 2017. "El baile del verano" o "Baño y título" se pudo leer en la prensa deportiva tras la victoria global por 5-1 del Real Madrid al Barcelona en la Supercopa de España. Un Marco Asensio estelar, un fútbol de época. Otro trofeo más para unas vitrinas blancas que ya ansiaban guardar hueco para la temporada que estaba a punto de comenzar. 

Aficionados, jugadores y club predecían algo grande, para enmarcar en la historia madridista. Tras ganarlo casi todo (faltaba la Copa del Rey), Zidane se posicionaba como el entrenador ideal en un barco vikingo que navegaba a la deriva, pero acabó dos años después alcanzando los puertos más lujosos del mundo. 

Gracias a su política de rotaciones y a su sonrisa en un vestuario que le adoraba, el equipo logró triunfos de todo tipo que se terminaron convirtiendo en la Liga número 33, la duodécima o las dos Supercopas. Un Real Madrid invencible, con fortaleza, equilibrio, magia, efectividad y un hambre que devoraba estadios.

Once titular del Real Madrid en el último duelo de la 33 Liga conquistada I Foto: Daniel Nieto (VAVEL)
Once titular del Real Madrid en el último duelo de la 33 Liga conquistada I Foto: Daniel Nieto (VAVEL)

¿Qué fue de ese equipo?

De aquel grupo de futbolistas campeones a lo que el club tiene ahora hay bastante diferencia, marcada por los años, la experiencia y la adaptabilidad. Aunque pueda parecer un mero detalle o una anécdota, significa mucho. Porque el equipo logró tantos éxitos gracias a toda una plantilla, no solo al once más habitual.

Hasta ahí todo claro, obvio. Zidane supo gestionar a la perfección un conjunto de estrellas, titulares en cualquier otro equipo del mundo. Las circunstancias del fútbol (lesiones y recaídas, sanciones, descanso necesario) le ayudaron a que todos estuviesen contentos. Unos jugaban más, otros menos, pero cuando salían al campo apenas se les notaba esa falta de continuidad. 

¿Por qué? Pues muy sencillo: Morata, James y Pepe estaban muy asentados en el Real Madrid, conocían todo lo que les rodeaba, futbolísticamente hablando. Ellos aportaban ese plus al equipo. Esos goles, asistencias o contundencia defensiva cuando sus compañeros no estaban acertados.

Álvaro Morata en uno de sus últimos partidos con la camiseta blanca I Foto: Daniel Nieto (VAVEL)
Álvaro Morata en uno de sus últimos partidos con la camiseta blanca I Foto: Daniel Nieto (VAVEL)

Desde el banquillo, pero también desde el once inicial. Los tres futbolistas eran ideales para una máquina perfecta de golear y ganar los duelos que más se complicaban. El dato anotador de Morata confirma esa teoría. 15 goles y cinco asistencias en Liga. Por su parte, el centrocampista colombiano fue artífice de ocho tantos, más seis pases de gol. "Todos son importantes", decía el míster. Era cierto.

La dichosa comparación

Cuando el Real Madrid cayó contra el Tottenham en Champions en noviembre, su futbolista estandarte, Cristiano Ronaldo, soltó esta frase: "Pepe, James y Morata nos hacían más fuertes, ahora son más jóvenes". Aunque después fue el capitán Sergio Ramos quien afirmó no compartir la que consideraba una "opinión ventajista", el portugués llevaba su parte de razón. 

Los que llegaron a Valdebebas -comprados o de regreso tras cesión- eran jóvenes promesas, sin experiencia en el club y sin un sitio protagonista reservado para ellos. Por esa misma razón, buscar similitudes y comparar a los que se fueron con los nuevos es un también un error. No dan lo mismo.

Pero entonces, ¿son peores que esos tres futbolistas que abandonaron el club? No, la culpa es de Zinedine Zidane, que no deja de repetir que confía en toda su plantilla pero, en realidad, apuesta por los mismos de siempre. No innova ni prueba novedades y así, el equipo muere con las mismas armas de antaño.

Lucas, Vallejo, Achraf, Mayoral y compañía en el partido contra el Numancia I Foto: Daniel Nieto (VAVEL)
Lucas, Vallejo, Achraf, Mayoral y compañía en el partido contra el Numancia I Foto: Daniel Nieto (VAVEL)

El técnico francés quiere que unos jugadores totalmente diferentes ofrezcan las mismas prestaciones que los hombres de antes, pero eso es imposible. La adaptación, los minutos y las oportunidades son claves en unos jóvenes que solamente han jugado en Copa del Rey.

Vallejo, Theo, Llorente, Ceballos y Mayoral: sin presente no hay futuro

La pasada temporada fueron de los mejores en sus respectivos equipos, de ahí la incorporación a las filas madridistas. Se cerraba la cartera para ingresar los millones que dejaban Morata o James y se escogía talento nacional. Comenzaron bien la pretemporada, enchufados, jugando a buen nivel e intentando adaptarse al enorme cambio que suponía jugar en el club madrileño. 

Sin embargo, llegó el inicio de Liga. Con él, perdieron todo el protagonismo, los minutos. Obviamente, debían ganarse un hueco en el once porque otros jugadores estaban por delante de ellos. Pero cuando las opciones de jugar se iban al limbo -aun sin tener delantero (caso de Benzema lesionado)- nada se podía hacer en la tenacidad de Zizou.

Del perfecto gestor al error capital

Allá van unos datos significativos: Ceballos solo ha jugado un partido liguero de titular y se ganó en Mendizorroza con su doblete; Mayoral ha jugado dos encuentros en el once, también se ha logrado el triunfo, en Anoeta y último duelo ante el Deportivo. Esa savia, esa sangre fresca que aportan al equipo se nota mucho. Eso sí, las innovaciones hay que efectuarlas con cuidado, a dosis adecuadas.

Borja Mayoral en uno de sus últimos de Copa del Rey I Foto: Daniel Nieto (VAVEL)
Borja Mayoral en uno de sus últimos de Copa del Rey I Foto: Daniel Nieto (VAVEL)

No se trata de un cambio general, sino de gestionar la plantilla mejor. Porque el error capital de Zidane ha sido diferenciar un equipo 'A' (veteranos, teóricos titulares) de uno 'B' (los jóvenes inexpertos). El curso pasado todos estaban en el mismo grupo, los minutos se repartían en todas las competiciones y existía una sana competencia. 

Una competencia siempre necesaria

Otro síntoma muy preocupante en el Real Madrid ha sido el bajo nivel o estado de forma de futbolistas como Marcelo, Varane, Kroos, Modric, Cristiano Ronaldo o Benzema. Los 18 tantos encajados en lo que va de Liga y el estrepitoso papel en Copa, sobre todo en el Santiago Bernabéu, prueba una fragilidad atrás que ha costado puntos, también una eliminación.

Si el lateral brasileño ya tenía lagunas defensivas antes, ahora han pasado a ser mares por los que navegan buques sin oposición. Si los centrocampistas eran los más precisos y elegantes en el pase, visión de juego más un largo etcétera, ahora ni por asomo.

Si Benzema era de anotar pocos goles estando bien, ahora no marca pero es que tampoco los genera como antaño. El Bicho, el goleador más voraz del planeta, apenas suma seis goles en 15 partidos ligueros... ¿Qué ha sido de Cristiano?

El '9' galo continúa su tranquila rutina cada partido, sabiendo que es intocable por el técnico francés contra un Mayoral con mucha más hambre, actitud, juego y goles. De igual manera, muchos futbolistas etiquetados como indiscutibles no sienten la presión de los jóvenes, una brutal bajada de competencia.

Cristiano Ronaldo mirando hacia el césped tras otra derrota del equipo en casa I Foto: Daniel Nieto (VAVEL)
Cristiano Ronaldo mirando hacia el césped tras otra derrota del equipo en casa I Foto: Daniel Nieto (VAVEL)

'Zizou' ha sido el culpable de una relajación en el puesto que afecta demasiado, tanto que el Real Madrid ya ha tirado la Liga y la Copa cuando todavía es febrero. Muchos aficionados acuden al "más vale estar mal ahora y no en mayo". Sí, cierto.

Pero para llegar al mes de los títulos primero hay un camino para recorrer, ese por el que se están quedando a fecha de hoy y siguen sin verse cambios, novedades, algo que saque al madridismo de la oscuridad. Innovar o morir: el error de Zidane.