Hay siempre un "gracias" que emana de la rasgada voz de Óscar Fernández en cada éxito, después de cada entrenamiento o de cada de partido, en cualquier momento que se detiene a pensar en lo que está viviendo en La Academia del Atlético de Madrid. No es más que la muestra de gratitud que mejor corresponde a la familia que ha conseguido formar, primero en un Juvenil que rompió todos los registros y después con un filial que está alcanzado cotas muy altas. Todo con la misma generación de futbolistas. El mismo día que el CD Toledo visita la Ciudad Deportiva Wanda, correspondiente a la vigesimosexta jornada del Grupo I de la Segunda División B, Óscar cumple 600 días como entrenador del Atlético de Madrid B.

El Atlético de Madrid hacía oficial el 28 de junio de 2016 el ascenso de Óscar Fernández en el organigrama de La Academia para convertirse en el nuevo técnico del filial rojiblanco. “El técnico valenciano ha conseguido hacer historia este año con los jugadores del Juvenil tras conseguir el doblete de Liga y Copa. Además, sus hombres de confianza le acompañarán en su nuevo proyecto deportivo”, explicaba la página web oficial de la entidad madrileña con un escueto comunicado en el que informaba, al mismo tiempo, que Manuel Cano asumía la dirección técnica del Juvenil División de Honor.

Óscar cumple 600 días como entrenador del Atlético B. Ha ganado el título doméstico en Tercera, fue el artífice del ascenso a Segunda B y está haciendo soñar al equipo en la categoría de bronce

El anuncio con carácter oficial llegó tan solo dos días después de que el Juvenil DH del Atlético conquistara la Copa del Rey contra el Real Madrid, lo que significó un doblete histórico para la cantera colchonera. "Óscar ha sabido sacar lo mejor de unos jugadores con un talento y un sentido del colectivo extraordinarios", afirmó Enrique Cerezo, un día después durante el homenaje que le brindaron a todo el equipo desde la Sala VIP del Vicente Calderón. Su nombramiento marcaba una nueva etapa en el filial madrileño después de que una semana antes el canario Víctor Afonso quedase desvinculado por no conseguir el ascenso a la Segunda División B tras quedar eliminados a las primeras de cambio por el Almagro en el playoff.

Óscar Fernández, con Agustín Vera como segundo entrenador y con Luis Piñedo como preparador físico, cogió las riendas con la intención de cumplir con los objetivos en el segundo asalto. Miguel Ángel Ruiz consideró oportuna esta elección de entrenador para afrontar un nuevo proyecto deportivo y para dar continuidad a la saga de futbolistas que había dirigido anteriormente en categoría Juvenil. Desde el principio hizo toda una declaración de principios que le ha acompañado durante estos 600 días al mando. "Mi equipo va a ir de frente a por los partidos, va a querer ganar siempre y el nivel de exigencia que van a tener los chicos va a hacer que el juego ilusione a la gente para que venga aquí. Queremos transmitir los valores que yo creo que el club nos transmite a todos", sentenció.

La obligación transformada en ilusión

Dicho y hecho. El camino del Atleti B por la Tercera División no fue, precisamente, de rosas. Pese a realizar una gran primera vuelta, que lo llevó a estar entre los cuatro primeros clasificados, el filial sufrió un pequeño bache nada más comenzar el nuevo año. Los dos primeros meses del calendario tan solo pudo ganar dos de los ocho encuentros ligueros que afrontó, un balance que no generó dudas en cuanto al vestuario se refiere y que reforzó aún más la sintonía entre los futbolistas que lo componen. Óscar supo canalizar toda esa obligación por el ascenso en ilusión y compromiso hasta que el equipo alcanzó un progreso que nadie pudo frenar.

Óscar consiguió transmitir al filial el buen ambiente que reinaba en el vestuario durante su etapa en el Juvenil DH

El pinchazo que sufrió a finales del mes de febrero contra el Getafe B (0-1) en la Ciudad Deportiva Wanda significó un antes y un después en el presente más inmediato. Alcanzado marzo, el filial no volvió a perder un solo partido hasta final de temporada. Sumar de tres en tres le llevó a escaparse de sus más inmediatos perseguidores hasta el punto de alcanzar el liderato y sentar una distancia que le llevó a proclamarse campeón de Grupo a falta de una jornada para la conclusión. Conseguido el primero de los dos objetivos marcados, Óscar tuvo tiempo para hacer una puesta a punto del equipo e insuflarles mentalmente de la energía que necesitarían para afrontar el playoff de ascenso.

Ser líder de Grupo ahorró al Atlético B de afrontar un sinfín de eliminatorias que mina tanto el aspecto moral como el físico. El sorteo del playoff para los campeones de grupos emparejó al equipo madrileño con la Gimnástica de Torrelavega, un histórico del fútbol español con una masa social que no le abandonó en la ida. Pese al gran ambiente, el filial hizo los deberes: dejó su portería a cero y un gol de Zaka encarriló una eliminatoria que hizo buena una semana después en Majadahonda. Los tantos de Keidi y de Juan Moreno certificaron, finalmente, el ansiado ascenso delante de toda la parroquia colchonera.

Rendimiento de oro en la categoría de bronce

La sanción del TAS, la falta de experiencia en la Segunda División B y la juventud del equipo formaban parte de los inconvenientes que hacían presagiar las complicaciones que iba a pasar el Atlético de Madrid B en su regreso. Pese a todo, Óscar asumió desde el principio el reto e invitó a abrocharse el cinturón para disfrutar del camino. Su estreno contra la Gimnástica Segoviana fue el primer sello de lo que está siendo un curso liguero para quitarse el sombrero. El filial el sexto clasificado del Grupo I y tiene 19 puntos de ventaja con respecto a las posiciones de descenso. Con la salvación virtualmente garantizada, el equipo tiene al cuarto a tan solo tres puntos, un envite que no entra para nada dentro del objetivo real marcado a principio de temporada pero al que no harán ascos en caso de que se le presente una buena oportunidad.

El filial, con la salvación matemáticamente casi garantizada, está muy cerca de las posiciones de playoff de ascenso

Es, precisamente, este año cuando el grupo está llevando la palabra ‘equipo’ a su máxima expresión. La unidad es total entre los futbolistas, que han construido un ambiente familiar. Una de las máximas evidencias sobre esto es el reparto de goleadores. El ‘Pichichi’ es Alberto Ródenas con seis dianas pero el peso se distribuye hasta en 15 futbolistas más de la plantilla. En ninguna entidad de toda la Segunda División B hay tanta democracia en el gol como la hay en el Atlético de Madrid B.

El equipo, además, no sabe lo que es bajar más allá de la décima posición en la tabla de la clasificación durante esta temporada. Ha sumado 41 puntos de 75 posibles y es uno de los tres equipos del Grupo I que menos derrotas ha cosechado (4 en 25 jornadas) hasta la fecha. Aunque lo más destacable de este curso sea la apuesta por la juventud: Óscar ha dado la alternativa a dos miembros que la temporada pasada militaban en el Juvenil DH: Manny y Ródenas, superando cada uno las veinte apariciones en este curso.

Un formador empedernido

En este largo trayecto, de lo que puede presumir Óscar es de lograr, con el paso del tiempo, construir un equipo con todas sus letras. “Lo digo una semana tras otra, lo que hacen estos chicos es para quitarse el sombrero. Trabajan, se esfuerzan, juegan, se ayudan… El sentimiento de colectivo que hay en este vestuario se demuestra domingo tras domingo”, ha llegado a decir en más de una ocasión en rueda de prensa, donde aprovecha cada jornada como local para recalcar el notable esfuerzo del equipo para competir en cualquier contexto. “Llevo satisfecho desde hace tres años que encontré a este grupo de futbolistas, o a esta gran mayoría de futbolistas que encontré en mi camino”, estima.

Bajo esta filosofía se entiende con más facilidad que sea él el segundo entrenador del filial madrileño que más veces ha propiciado el debut de un canterano en el primer equipo durante la última década. Antonio Montoro, con su aparición en el partido de Copa contra el Lleida en el Wanda Metropolitano, se convirtió en el octavo futbolista del Atlético B que debutó a las órdenes de Diego Pablo Simeone en partido oficial desde la temporada 2016/17, curso en el que Óscar asumió el cargo como técnico. La nómina se completa con los minutos completados por Keidi Baré, Caio Henrique, Rober Núñez, Roberto Olabe, Sergi González, Toni Moya y Juan Moreno. Y es que su cifra de ocho pupilos tan solo se ve superada por los diez que aportó Antonio Rivas en distintas etapas en La Academia.

Hasta ocho futbolistas que él dirige han debutado con el primer equipo en partido oficial

Estos números son la traducción a lo que Óscar denomina como “proceso”, la palabra que emplea para calificar el camino que deben de seguir los chicos durante su fase de aprendizaje y de formación hasta llegar a la élite. Más allá de resultados y éxitos, el verdadero logro tanto para él como para su cuerpo técnico es la promoción de futbolistas que sean útiles a corto o medio plazo para Diego Pablo Simeone. “Estamos aquí por y para que estén preparados para jugar con el primer equipo. Lo demás es secundario. Para eso trabajamos toda la gente que estamos en La Academia, lo demás sería egoísta por mi parte", valora sobre su papel como formador.

No es, ni mucho menos, falsa modestia el orgullo que comparte Óscar con cada debut de un canterano ya sea en partido oficial o durante algún amistoso. Tiende a priorizar esos momentos por encima de éxitos como fue el ascenso a Segunda División B. Y lo sigue siendo a día de hoy cuando el filial está compitiendo por encima de las expectativas, acariciando los puestos de playoff de ascenso. "Nos quedan cinco puntos para marcar el segundo objetivo", recordaba hace escasas semanas sobre la obligación de lograr matemáticamente la permanencia, destacando que el primero de todos es que "los chicos jueguen en el primer equipo".

En números

Pese a que no sea muy amigo de las estadísticas ni simpatice en demasía con ellas, éstas demuestran ser un buen indicador para expresar la dimensión a la que ha elevado a un Atlético de Madrid B que parecía desahuciado antes de su llegada. Con el compromiso liguero contra el CD Toledo, sumará 66 partidos oficiales en la dirección técnica del filial, repartidos entre Segunda División B (26), playoff de ascenso (2) y Tercera División (38). Tiene un promedio de victorias superior al 50% y tan solo ha perdido en el 20% de las ocasiones.

En cuanto a la utilización de futbolistas, Óscar ha confiado hasta en 35 jugadores diferentes durante estos 600 días al mando del Atlético de Madrid. Es Arona Sané, cuyo contrato expiró el pasado verano y se acabó por renovar una vez empezada la pretemporada, el que más partidos ha disputado durante esta etapa (61), seguido por Keidi Baré (58), Sergi González (57), Antonio Montoro (54), Rafa Muñoz (52) y Roberto Olabe (51).

* En negrita, los jugadores que aún siguen en plantilla