Era un partido vital, era un partido del todo o nada para el Levante UD. La mala racha de resultados se alargaba semana tras semana y la soga cada vez apretaba más. El domingo el conjunto levantinista recibía a un RCD Espanyol que no está realizando una gran temporada ni tampoco realizó un partido brillante, pero acabó rascando algo del Ciutat de Valencia

En un partido disputado y con alguna que otra llegada con peligro del conjunto dirigido ayer por Muñiz, la parroquia levantinista era optimista y creían en el triunfo de los suyos. Una parroquia levantinista a la que, junto a todo aficionado perico y al fútbol en general, se le encogió el corazón alrededor del minuto 40 de la primera mitad. En un intento de remate de Sadiku, el delantero albanés chocaba fuertemente con Diego López, quedando el portero gallego aturdido en el terreno de juego y colocado rápidamente por sus compañeros en posición de defensa. Los servicios médicos de ambos conjuntos saltaron rápidamente y los signos de preocupación tanto en el terreno de juego como en la grada eran evidentes, hasta que Esteban Granero hizo un gesto tranquilizador. El guardameta visitante era trasladado al hospital más cercano y el delantero granota tenía que ser sustituido en el descanso. 

Un descanso que sirvió para que el conjunto de Muñiz cargara las pilas y se lanzara al ataque buscando una victoria que era más que necesaria, siendo Morales su mayor baluarte. Un José Luis Morales que no iba a desaprovechar un regalo por parte del árbitro en forma de penalti. En una acción en la que Cabaco partía en clara posición de fuera de juego, el colegiado no iba a decretarlo para, posteriormente, señalar un agarrón de Marc Navarro sobre el propio central uruguayo. El comandante, pese a adivinarle las intenciones Pau López, anotaba desde los once metros y acercaba al Levante a una victoria casi cinco meses después. 

Con el paso de los minutos, los locales querían proteger el resultado como si fuera un tesoro y los visitantes querían buscar el tanto del empate, dando entrada Quique Sánchez Flores a Melendo y a Jurado. Precisamente este último iba a poner un centro en el minuto 91 que Baptistao no iba a desaprovechar tras un clamoroso error en la marca de la zaga levantinista para anotar el empate. Los minutos finales y, de nuevo, los marcajes en defensa, ajusticiaban al Levante y le privaban de una victoria que ya saboreaba el Ciutat

Y si vital era el encuentro para el futuro del Levante UD en su lucha por la salvación, también lo era para su técnico y su futuro como entrenador de la entidad granota. Muñiz era consciente que estaba pendiendo de un hilo ya varias jornadas y que el partido podía ser definitivo. Y así fue. El gol de Baptistao certificaba el empate y la dirección deportiva del conjunto granota comunicó esa misma tarde la destitución del asturiano como máximo responsable del banquillo local del Ciutat. Su equipo no gana desde noviembre y podría verse en puestos de descenso si Las Palmas logra vencer en su encuentro frente al Celta de Vigo

El fútbol es muy cambiante y, de la perfecta campaña realizada la pasada temporada en Segunda División se ha pasado a la demanda por parte de la grada de la destitución del asturiano. Y así lo hizo oficial la directiva por la tarde. De aquí a final de temporada, el técnico del filial levantinista, ex jugador y socio del Levante, Paco López, será el encargado de dirigir al conjunto valenciano con el objetivo de lograr la permanencia. Sin duda, un gran reto, el de mayor dificultad en su carrera deportiva. Esta dificultad genera motivación, y desde primera hora ha mostrado su compromiso para lograr el objetivo final. 

Su primer encuentro como técnico de la primera plantilla será el próximo sábado a las 18:30 horas, cuando el Levante visite el Coliseum Alfonso Pérez para enfrentarse al Getafe. El margen de error cada vez es menor, por lo que la ilusión, el compromiso y las ganas del nuevo técnico y de los jugadores tendrán que transformarse en resultados para revertir la situación. 

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