Este próximo martes en el Parque de los Príncipes dos ex-madridistas saldrán con el cuchillo entre los dientes para intentar eliminar al equipo donde hace años dieron el gran salto de calidad de sus carreras deportivas. Ángel Di María será titular casi sin ninguna duda tras la inoportuna lesión de la estrella parisina Neymar Jr y se postula como una de las grandes amenazas sobre la portería de Keylor Navas. Algo más complicada es la inclusión en el 11 del centrocampista francés Lassana Diarra, pero nada está claro. El prestigioso diario L'Equipe ha realizado una encuesta a sus internautas en las últimas horas donde se cuestiona si Lass debe jugar de inicio en detrimento de Thiago Motta. Una posición que en la ida ocupó Giovanni Lo Celso y que no le salió a Unai Emery como esperaba. A pesar de que ya han pasado varios años desde la marcha de Madrid de ambos jugadores, se guarda un gran recuerdo de ellos en la parroquia blanca. 

'El Fideo', una injusta despedida

Di María fichó por el Real Madrid en el año 2010 tras el Mundial conquistado por la selección española por 25 millones de euros. Una época convulsa la que le tocó vivir al argentino con más dificultades y obstaculos que títulos. El extremo del Benfica llegó para reforzar la banda derecha de un José Mourinho que también acababa de aterrizar en Madrid para competir contra el probablemente mejor equipo de todos los tiempos, el FC Barcelona de Josep Guardiola

Rapidamente el espigado y veloz jugador se hizo dueño de su carril, convirtiéndose en una pieza clave de una de las mejores delanteras al contragolpe que Europa recuerda. El mejor momento de su primer año como madridista fue su centro en Mestalla que acabó rematando Cristiano Ronaldo al fondo de la portería de Pinto para dar al Real Madrid de Mourinho su primer título, la Copa del Rey

En la siguiente temporada lograron romper la hegemonía culé en la competición doméstica con la ya famosa "Liga de los records". 100 puntos, 32 victorias y 121 goles. Cifras de escándalo para un equipo donde Di María se erguiría como uno de los máximos asistentes junto al alemán Mesut Özil. La constancia y el trabajo premiaron a un Real Madrid que, con su juego de repligue y contraataque, lograron algo que parecía muy complicado en las últimas campañas. Tumbar al FC Barcelona en su estadio. 

La última campaña de José Mourinho fue un desastre total en todos los sentidos. Tras ganar el primer título de la temporada, la Supercopa de España, el Real Madrid no dio la cara en ninguna de las tres competiciones. Tras la destitución del portugués, llegó Ancelotti. Y con él, la mejor temporada de Di María como madridista. 

Tras un inicio de año difícil con la llegada multimillonaria de Gareth Bale a la banda derecha y algún acomodo de zonas íntimas dirigido a la afición del Santiago Bernabéu, el maestro italiano encontró el sitio idóneo para él dentro del once titular del Real Madrid. El extremo argentino pasaría a ser el jugador más adelantado de la medular junto a Xabi Alonso y Modric. Una nueva demarcación donde se desató el mejor Ángel Di María. Se convirtió en fundamental. Indispensable. 

El Real Madrid conquistaría la Copa del Rey esa temporada. Una final contra el FC Barcelona que será recordada por la carrera de Bale con Bartra pero donde 'El Fideo' fue el mejor. Abrió la lata y además mareó y ahogó al centro del campo culé durante todo el partido. De diez. 

El broche de oro fue la Décima. Tras arrasar en las eliminatorias el Real Madrid ganó la final al Atlético de Madrid y Di María fue, una vez más, de los mejores. El segundo gol y de la victoria lo anotó Gareth Bale, pero el 90% del gol es del argentino. Una carrera titánica en la segunda parte de la prórroga donde se deshizo de la defensa atlética. Courtois evitó que anotase, pero el galés estaba ahí para rematar la faena. 

Tras este final de temporada, Di María pidió lo que se había ganado en el terreno de juego. Una renovación y una subida salarial que le colocase como uno de los mejores pagados del equipo sin llegar a los niveles de la BBC. Pero Florentino rechazó y prefirió vender al jugador que tanto le había dado sobre el verde esa temporada. La mala jugada de la dirección deportiva fue tapada, como no, con el estratosférico fichaje por 80 millones de euros de James Rodriguez, que acababa de explotar en el Mundial ante los ojos de todos. Años después podemos confirmar que el dinero colombiano no compensó ni mucho menos la aportación del rosarino al equipo. Una triste despedida para un jugador que lo dio todo por el escudo. 

Di María finalizó su etapa en el club blanco y puso rumbo a Manchester tras 190 partidos jugados, 36 goles y 87 asistencias. Números de crack

Lass, una solución en la tempestad

El centrocampista francés tampoco llegó en un buen momento para el Real Madrid. Peor incluso que el de su compañero argentino. Una operación de urgencia del  club blanco en el mercado invernal de la temporada 2008/09 acabó con Lassana Diarra abandonando el Porsmouth inglés por 20 millones de euros. Viviría en primera persona el 2-6 y el sextete del FC Barcelona en su primera temporada blanca. 

Lass no fue un jugador determinante como Di María, pero siempre daba la cara y cumplía su función defensiva, ya fuese como pivote o como lateral derecho, posición donde sorpresivamente agradó al respetable con buenas actuaciones. 

Permaneció en el club durante la época de Mourinho logrando los mismos títulos que Di María hasta ese momento. Al ser un jugador cumplidor y de corte defensivo, era perfecto para los esquemas del técnico luso, aunque ni mucho menos titular ni clave. 

Abandonó la disciplina blanca en 2013 por la falta de minutos tras haber completado 87 partidos como madridista.