Casi seis años hacen ya desde que el Athletic Club de Marcelo Bielsa conquistara Old Trafford en la noche del 8 de marzo de 2012. Aquel Athletic, que a la postre llegaría a la final de la Europa League, sorprendió a propios y extraños practicando un fútbol de combinaciones y verticalidad que le llevó a vencer por 2-3 a un gigante del fútbol como el Manchester United.
La eliminatoria ante los 'red devils' descubrió al mundo el potencial de aquel equipo dirigido por un loco que respiraba fútbol por los cuatro costados. El Athletic, a priori el conjunto más débil de la eliminatoria, se plantó en el Teatro de los Sueños decidido a escribir una de las páginas más brillantes de su dilatada historia.
El Manchester United, entonces dirigido por el incombustible Sir Alex Ferguson, contaba con una plantilla repleta de estrellas. De Gea, Rooney, Giggs, Evra, Nani, Chicharito... todos ellos frente a una cuadrilla de futbolistas vascos que ya no solo destacaban por su coraje sino también por su calidad.
Un partido para el recuerdo
El partido siguió el guión esperado durante los primeros minutos, con un gol de Rooney que puso a los locales en ventaja. Sin embargo, el otrora rey león Fernando Llorente igualó el marcador al filo del descanso y dotó de moral a un conjunto bilbaíno que se marchó al descanso sabedor de que había sido mejor sobre el terreno de juego.
En la segunda parte el Athletic de Bielsa terminó de desatarse y obró 45 minutos de fútbol total que difícilmente olvidarán en Bilbao. De Marcos, que fue el autor del segundo gol rojiblanco, realizó el partido de su vida y con el '10' a la espalda comandó el espectáculo.
Muniain también se sumó a la fiesta y puso el 1-3 en el marcador para alegría de los 8.000 athleticzales desplazados a Old Trafford. Incapaz de frenar el torrente de juego de los leones, el Manchester parecía hincar la rodilla cuando el árbitro señaló un polémico penalti en el descuento. Rooney se encargó de transformarlo y conseguir el 2-3 final pero el marcador no fue lo que acabó copando las portadas al día siguiente.
Baño. Esa fue la palabra más utilizada por todos los medios deportivos para resumir la imponente victoria del Athletic en la casa de todo un Manchester United. El resultado, que no dejaba de ser excelente, pasaba a un segundo plano mientras que era el planteamiento de Marcelo Bielsa el que se llevaba todos los elogios.
Velocidad, intensidad, presión y definición fueron las señas de identidad de un Athletic que puso Old Trafford patas arriba y levantó la admiración del planeta fútbol.