Cuando el Athletic alcanzó la gloria en el viejo San Mamés

El conjunto rojiblanco sería capaz de remontar el partido perdido en Lisboa, frente al Sporting CP, mediante un 3-1 que le daba pase directo a la final de la Europa League, celebrada ese año en Bucarest.

Cuando el Athletic alcanzó la gloria en el viejo San Mamés
Ibai Gómez celebra el gol que daba el pase a la final. | Foto: UEFA
nacho-ortiz-escobar
Por Nacho Ortiz Escobar

El Athletic había estado jugando de forma espectacular a lo largo de toda aquella temporada 2011/12, en la que Bielsa exprimió el máximo de cada jugador para llegar a la final del segundo máximo trofeo continental. A pesar de este fútbol 'de quilates' que había estado haciendo el Athletic durante toda la temporada, solo hace falta ver la superioridad de los leones exhibida en el partido en Manchester, en las últimas semanas parecía que el equipo había ido perdiendo fuelle respecto a los meses anteriores de competición.

Este fuelle perdido se debía a la plantilla tan corta del conjunto bilbaíno aquel año, en el que el XI inicial estaba claro y solo había un par de cambios de garantía. Este estado mencionado se vió reflejado en el partido de ida frente a los lisboetas, un partido en el que, estos últimos, acapararían la mayoría de ocasiones y de juego, además de jugadores del Athletic que no estuvieron muy precisos como Susaeta, pieza fundamental en aquel equipo. El Sporting de Portugal se acabaría imponiendo por 2-1 al conjunto vasco, con goles de Capel e Insua, un partido en el que el Athletic salvó la eliminatoria con un cabezazo de Aurtenetxe. El ánimo de remontada en San Mamés estaba por las nubes.

Insúa celebra el gol para los suyos en el partido de ida | Foto: UEFA
Insúa celebra el gol para los suyos en el partido de ida | Foto: UEFA

Esta pérdida de juego preocupaba a la parroquia de San Mamés que veían como se podía desvanecer sus ilusiones de la noche a la mañana. Por ello, estuvieron 7 días animando al equipo de todas las formas posibles para conseguir que estos se sintieran motivados frente a uno de los desafíos de sus carreras deportivas. Una semana después se disputaría el partido de vuelta, el que dictaría sentencia. El Athletic saldría con un XI muy similar al de la ida, en el que Ibai Gómez sustituiría al sancionado Óscar de Marcos y Javi Martínez sustituyó a Borja Ekiza. Comenzaría uno de los partidos más importantes de la historia reciente del Athletic.

El partido comenzaría con asedio bilbaíno en el que crearon ocasiones desde el primer minuto, y no dejaron de acosar la portería defendida por Rui Patrício. Hasta el minuto 14, en el que Susaeta marcaría el gol que le daría el pase momentáneo a la final, precisamente el que peor había jugado en tierras portuguesas, todo parecía un monólogo del Athletic. Hasta que el conjunto lisboeta botaría un saque de esquina en el que Van Wolfswinkel aprovecharía para poner el empate en el marcador, en directo, pareció un gol que acababa con las esperanzas rojiblancas, sobre todo por haberse marcado justo antes del fin de la primera parte (minuto 44), justamente en el siguiente minuto, Ibai Gómez pondría el 2-1, en el marcador que significaba la prórroga. 

La segunda parte se desarrollaría de un modo similar al de la primera en la que el Athletic impondría su autoridad en el juego, pero sin finalizar en gol. Hasta que llegó una jugada en la que Ibai se internó en el área buscando el tiro, que era la opción mas viable en aquella jugada, hasta que vió un pase directo a Llorente, este remataría e insertaría el balón en la portería. En ese momento, todo era felicidad en San Mamés y todo Bilbao que veía como 35 años después volvía a meterse en una final de UEFA.