Adrián prolonga las vidas del Dépor

Dos tantos del asturiano sirvieron para contrarrestar sendos mazazos de un Málaga siempre a remolque y brindarle la primera victoria del año a la afición herculina. El Deportivo duerme a cinco puntos de la salvación y toma asiento con los deberes de la jornada 31 hechos para presenciar el duelo directo entre Las Palmas y Levante por el mismo objetivo.

Adrián prolonga las vidas del Dépor
Adrián celebra uno de sus goles frente al Málaga | Imagen vía LaLiga
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Por Dani Plaza

La noche del viernes ha servido para que el Deportivo de La Coruña rompiera ante el Málaga el maleficio que venía arrastrando durante casi cuatro meses (3-2). Penúltimo y último clasificado de LaLiga se citaron en Riazor en un encuentro que podía adquirir tintes dramáticos en caso de no ganar, pero fue el conjunto local quien se libró de la quema en los compases finales gracias al doblete de Adrián López.

La jornada 31 dio, sobre todo, esperanzas a un equipo en caída libre que al fin dio razones para creer en una permanencia heroica. El cuadro gallego recordó el sabor del triunfo después de 15 encuentros y rompió del tirón numerosas rachas negativas que se habían acrecentado incluso con el cambio de entrenador. Pero no fue hasta el minuto 85 cuando Adrián marcó el gol que puso el punto final a un calvario que se había adelantado hasta al pitido inicial con la protesta prevista por la mala temporada del conjunto blanquiazul.

Coruñeses y malacitanos se citaron con el único objetivo en mente de hacerse con los tres puntos o, de lo contrario, sus posibilidades de mantenerse en Primera División podrían esfumarse por completo. Sobre esta tesitura, el tembleque de piernas podía jugar muy en contra y Rolan despertó el ‘run run’ en la grada disparando a la portería de Rubén Martínez en la primera acción.

Sin embargo, Lucas respondió con gol dejando en evidencia a Luis Hernández. El delantero, que en esta fecha cumplía una vuelta entera sin ver puerta, aprovechó un error clamoroso de su par para enfilar portería tras un envío en largo y, segundos más tarde, fue derribado por el defensor en un claro penalti que él mismo transformó. Raso, fuerte y sin apenas carrerilla, Lucas anotaba y celebraba de nuevo a la vez que se disculpaba por su rendimiento, pero ni mucho menos la ventaja fue decisiva.

Por vez primera desde la llegada de Clarence Seedorf, el Dépor se vio por delante en el marcador, pero la incertidumbre no quiso faltar a la cita, fiel durante todo el curso. Los locales se agazaparon demasiado atrás, dándole la iniciativa del balón al Málaga, y el colista tuvo la fe suficiente para enmudecer el estadio antes del descanso sin haber inquietado con anterioridad la meta herculina. En un intento de despeje ‘in extremis’, Guilherme firmaba un autogol a la salida de un córner que planteaba un choque de cero para la segunda mitad.

Fue el Deportivo quien puso las ganas y la intención de hacer daño en la reanudación, queriendo derribar su gafe por lo civil o por lo criminal. Primero Lucas, luego Adrián y a continuación Guilherme levantaron de sus asientos a un graderío con ansias de empujar y que, por un momento, llevó a su mente sus peores presagios con el despilfarro de ocasiones claras.

Entrando en los 20 minutos finales, los coruñeses sufrieron un nuevo revés en su salud cardiaca. Adrián rompía su sequía para poner el 2-1 e inmediatamente después Rolan devolvía la igualada en la primera internada malagueña en los segundos 45 minutos. Destino cruel para el Deportivo si sus opciones de salvación hubieran quedado fuera de alcance por un futbolista que pasará a formar parte de su propia plantilla este verano, pero la suerte acompañó al fin.

De manera inversa, En-Nesiry estrelló un cabezazo a la madera que pudo hundir a toda la ‘mariñeiria’, unos centímetros que agradecieron los jugadores locales para, a la tercera, asestar el que sería el golpe con mayúsculas. Borja Valle, entrado de refresco para agitar el ataque, se desmarcó con acierto ante una de las continuas asistencias al espacio de Çolak y terminó sirviendo en bandeja el 3-2 definitivo a Adrián.

Sin más tiempo para sustos, la bocanada de aire fresco fue brutal para un equipo que venció a sus miedos y dejó por el camino a una víctima colateral en la zona de descenso. Con los tres puntos en el bolsillo, 23 en el global, el Deportivo sueña con una meta que en la noche del viernes se vislumbra a una distancia de cinco. El Levante-Las Palmas del domingo adquiere ahora un especial interés para unos blanquiazules que aún no han dicho su última palabra en esta liga.