El filial azulgrana saltaba al terreno de juego del Miniestadi consciente de que si conseguía los tres puntos, se alejarían más de la zona de descenso. A cuatro puntos de la salvación en el pitido inicial, los de Gerard López se enfrentaban a la Cultural Leonesa en una lucha por la permanencia.
La concentración era máxima a pie de campo. Después de perder contra el Sevilla Atlético en la Ciudad Deportiva José Ramón Cisneros Palacios, a los azulgranas les interesaba sumar, fuera de la forma que fuera, para evitar quedar tocados.
Con las bajas de Arnáiz, Galarreta, Hongla y Oriol Busquets, Gerard López volvía a tirar de juveniles en una convocatoria en la que tanto Monchu como Riqui Puig entraban después de completar la última sesión preparatoria de la semana.
El técnico de Granollers volvía a rotar en su once inicial. Con los cambios por bandera, el filial azulgrana salía con un 4-3-3 al Miniestadi. Sergi Palencia, David Costas, Jorge Cuenca y Cucurella integraban una defensa que en todo momento hizo presión en la salida de balón de los de Rubén de la Barrera. Con Aleñá como pivote en el centro del campo, acompañado de Nahuel y Rivera en la medular, la novedad del partido la protagonizaba Monchu, que era elegido por el staff para componer el ataque junto a Abel Ruiz y Marc Cardona.
La lucha por la permanencia comenzaba con un reparto de posesión que poco a poco se fue afianzando para los de Rubén de la Barrera. Los leoneses, que tenían que arriesgar para coger de una vez por todas la confianza que necesitaban en la categoría, conseguían sorprender a Ortolá, que era batido en el minuto 5 de forma precipitada.
Buendía, que recibía un balón vertical desde campo propio de Mario Ortiz, remataba un esférico de vaselina que entraba botando bajo los palos del guardameta alicantino para hacer el 0-1 en el marcador.
A los azulgranas les tocaba reaccionar y más a sabiendas de que a la Cultural Leonesa le faltaba un jugador después de que su capitán, Martínez, fuera expulsado por tener doble amarilla después de derribar a Sergi Palencia con una dura entrada.
El filial azulgrana lo seguía intentando a pesar de tener a la adversidad personificada en el terreno de juego. Con potencia en el ataque, los de Gerard López confiaron hasta el final ante una Cultural Leonesa crecida por momentos de la mano de Buendía, que perdonaba el segundo.
Pero el filial azulgrana seguía confiando con un revulsivo especial: Aleñá. El pivote ofensivo tuvo en sus botas el empate en el marcador con lanzamientos que siempre terminaban desviándose por el palo izquierdo de la portería de Palatsí o que pasaban por encima de la cruceta.
Los azulgranas se unían en el centro del campo para calentar sin descanso antes del pitido inicial de la segunda mitad. Los de Gerard López se preparaban para afrontar los últimos minutos de un partido en el que las opciones de remontada se vieron anuladas por la falta de efectividad.
Palatsí, el guardameta de la Cultural, pasaba a ser una pieza clave en el esquema táctico de Rubén de la Barrera. En una segunda mitad en la que el filial azulgrana acechó hasta el final con oportunidades lideradas por Aleñá y Cardona, el de Salsadella fue providencial para su equipo porque detuvo más de una vez el esférico que parecía anotar el empate a favor para los de Gerard López.
Gerard López probaba sacando a Riqui Puig. El de Matadepera, que en todo momento pidió balones en el centro del campo para maquinar grandes asistencias en cobertura con Aleñá, jugó unos minutos merecidos que sirvieron para que el juvenil demostrara su desparpajo.
Con un revulsivo que no fue suficiente, los azulgranas encadenaban la segunda derrota a domicilio y quedaban a un punto de la zona de salvación, marcada por el conjunto leonés, antes de viajar a Huesca para disputar el partido correspondiente a la jornada 35 de LaLiga 1|2|3 contra el tercer clasificado.