El equipo femenino regresaba al trabajo para empezar a preparar la temporada que arrancará el próximo mes de septiembre y Natalia Pablos entrenaba junto con sus compañeras a las órdenes de la nueva entrenadora Irene Ferreras.
Aún pendiente de su futuro
Aunque la futbolista se presentó en el entrenamiento, se entrenó al margen pendiente aún de qué va a pasar con su futuro ya que la temporada pasada anunció que sería la última que se dedicaría al fútbol de manera profesional -pese a tener firmado con el club un contrato hasta el año 2020-.
Posturas alejadas entre club y jugadora
El club ya ha manifestado en varias ocasiones y en distintos medios de comunicación que su deseo es que Natalia cumpla las dos temporadas más que le quedan de contrato, ya que según declaró un dirigente del conjunto rayista al diario El País: "Hay un contrato firmado y nadie le puso una pistola en la cabeza", "Su marcha hace mucho daño a la sección femenina".
Cláusula de 250.000 euros
Si la jugadora quiere comenzar su vida alejada de los terrenos de juego y dedicarse al profesorado -como ella misma declaró en rueda de prensa el día que explicó el porqué quería retirarse allá por el mes de mayo, antes de finalizar la liga- deberá abonar al club su cláusula de rescisión íntegra, que asciende a 250.000 euros.
La jugadora aún no se ha pronunciado al respecto sobre su futuro, pero sí lo han hecho otros estamentos del club como la plataforma ADRV, la Federación de peñas y la parte minoritaria de accionistas del club, han emitido un comunicado en el que condenan la actitud del club y "exigen" que se le permita la retirada a uno de los emblemas del club rayista, ya que ha militado en las filas del femenino 15 temporadas y ha batido todos los récords -como alcanzar los 350 goles con la camiseta franjirroja-.