Los romanos naufragan en su visita a Llerena

Un nuevo pinchazo, esta vez fuera de casa, aleja al Mérida de la parte más alta la clasificación, la cual la lidera en solitario el CP Cacereño.

Los romanos naufragan en su visita a Llerena
Los jugadores del Mérida calentando antes del inicio del encuentro. (Foto: Mérida A.D.)
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Por Jose Antonio Pérez Flores

Se suele decir que lo que mal empieza bien acaba, este no fue el caso del Mérida que vio como sus intentos de remontar un partido que se le ponía cuesta arriba desde la primera parte, se quedaba solo en eso, en intentos. El fútbol, por muy divertido que sea, no es un deporte donde se regalen las cosas o donde se hagan concesiones, y mucho menos en una liga tan exigente y competitiva como es la tercera división, y el Mérida está aprendiendo esta lección por la peor vía, puesto que sus últimos dos encuentros se han saldado con un empate, alejando al conjunto de la capital extremeña del liderato que actualmente lo posee un rival directo como es el Cacereño y arrebatándole poco a poco su condición de favorito a terminar en lo más alto de la clasificación al final de temporada.

El encuentro disputado en esta última tarde de domingo se saldó con un empate a dos entre el AD Llerenense y Mérida AD, un empate que no deja contentos a ninguno de los dos equipos, puesto que por su parte el conjunto local ve cómo se le escapó un partido en el que se llegaron a poner incluso dos goles por delante en el marcador, mientras que el Mérida ve cómo se aleja del liderato colocándose a cuatro puntos de la primera plaza y observando cómo le adelanta en la clasificación el Emd Aceuchal, obteniendo así la cuarta posición y manteniéndose en puestos de play-off de ascenso.

El encuentro comenzó con dos novedades en el once del conjunto visitante respecto a la jornada anterior, el defensa Juan José Chavales entraba en la alineación titular en detrimento de Adrián, que tuvo que observar todo el partido desde el banquillo, mientras que la otra novedad la protagonizaba el delantero Javi Martín, que sorprendía a todos ocupando la posición de delantero titular, con lo que Joel Sanabria, que fue titular en el partido contra el Diocesano, se quedaba en el banco. El partido tuvo un inicio bastante intenso, ya que en el minuto uno la novedad en el once Javi Martín, realizaría la primera ocasión del encuentro, un disparo que se le marcharía desviado y que por centímetros no perturbó la portería de Rubiales Iniesta, portero del conjunto local. El Mérida quiso seguir desde el inicio ese guion que le lleva caracterizando desde que comenzó la temporada, intentando dominar el juego desde el principio y teniendo en todo momento la posesión del balón, hecho que sin duda, ya contaba con ello los locales, demostrando atrás una defensa férrea y delante un ataque que no iba a desaprovechar sus ocasiones por muy escasas que fueran, y así lo harían cuando en el minuto 14 el delantero Sergio Cebada inauguraba el encuentro colocaba el 1-0 en el marcador a favor de los locales, sorprendiendo así al Mérida que vio como su juego estaba siendo contrarrestado por un Llerenense que en ningún momento tuvo miedo de jugarle de tú a tú al conjunto romano.

 A pesar del varapalo, el Mérida intentó en todo momento desequilibrar el juego tan firme que estaba mostrando su rival, jugando con transiciones más cortas e intentando en todo momento que el contrario no tuviera el esférico, pero de nuevo, el Llerenense volvió a frustrar las intenciones del conjunto visitante, no dejando al Mérida acercarse a la portería de su cancerbero y cerrando sus líneas para frustrar cualquier intento de empate. El planteamiento de los locales volvió a resultarles efectivo, pues volvieron a aprovechar su oportunidad nuevamente, cuando el jugador recién entrado, Zuri, marcaba el segundo gol en el minuto 33, en la cuenta de los locales, vertiendo un jarro de agua fría para los romanos, alegrando a todos los aficionados locales que se desplazaron al Fernando Robina y situando un sorprendente, pero real 2-0 en el electrónico. Santiago Amaro (entrenador del Mérida) fue consciente de que algo tenía que cambiar si quería revertir la situación en la que se encontraba su equipo, fruto de este pensamiento, el míster romano decidió realizar en el minuto 37 un doble cambio dando entrada a los jugadores Héctor y Heo, sentando de esta manera a Javi Martín y a Calatrava respectivamente. Estos cambios le dieron un aire de tranquilidad al Mérida y le permitió jugar de una forma más fluida y organizada, no tardaría en verse el cambio que experimentó el conjunto visitante, puesto que en el minuto 24 y a punto de finalizar la primera parte, el guardameta local haría gala de unos fantásticos reflejos al repeler el gran tiro de Joaqui Flores. finalizó así la primera mitad con un encuentro que se decantaba a favor del Llerenense.

Segunda parte, cambio de guion

Se podría decir que la charla llevada a cabo por Santiago Amaro mentalizó y motivó a sus jugadores, pues salieron nuevamente al césped, pero esta vez, con un planteamiento totalmente distinto. Los jugadores romanos eran conscientes de que tal y como estaba el marcador, y en el punto en el que estaba situado el encuentro, no tenían nada que perder, así que mostraron desde el inicio de la segunda parte un juego más agresivo, prueba de ello se da en el minuto 47 cuando Joaqui Flores dispararía un chut que se fue desviado por poco de la meta local. Los frutos de este planteamiento no tardarían en recogerse, cuando en el minuto 52, el delantero romano Cristo, marcaría el primer gol de los visitantes en el encuentro y acercando a su equipo hacía la remontada.

A penas tuvo tiempo el Llerenense de reponerse al gol de los visitantes, cuando en el minuto 58 y por partida doble, Cristo batiría nuevamente al arquero local, empatando el encuentro, resurgiendo de nuevo las esperanzas romanas y hundiendo la moral de los jugadores del Llerenense que vieron como en menos de diez minutos, su rival les empataba el encuentro. Este hecho no hizo más que motivar al Mérida que vio como un partido que tenía prácticamente perdido, se igualaba. A partir de ahí, el encuentro solo tuvo un protagonista, el Mérida, el juego planteado por su entrenador les estaba siendo muy eficaz y muy dañino para el fútbol que intentaba jugar el Llerenense, el cual se dejó llevar por la incertidumbre y los nervios, y dejó al Mérida ser dueño y señor del encuentro, claro ejemplo de esto sería las múltiples ocasiones de las que gozaría de nuevo el delantero romano Cristo, clara referencia del ataque visitante, pero que no fue capaz de perforar de nuevo las redes de la portería local, a pesar de las múltiples ocasiones de las que dispuso. A pesar de intentarlo una y otra vez, los fallos cometidos por el ataque visitante, y los aciertos realizados por la defensa local, provocaría que marcador no se moviera, permaneciendo el empate a dos.

Tal y como terminó el partido, el Mérida puede estar orgulloso del juego desplegado durante la segunda parte, mientras que, de la primera, deberían intentar sacar y solucionar los errores cometidos para que no vuelvan a suceder en futuros partidos. Por su parte el Llerenense ha aprendido de la peor forma que los partidos de fútbol duran noventa minutos, y al igual que puedes realizar una gran primera parte, también puedes perjudicar el trabajo realizado sino eres capaz de mantener esa dinámica durante la segunda mitad. Con este empate ambos equipos se llevan más errores de los que aprender que puntos a sumar a su casillero, lo cual es algo que tienen que tener en cuenta si quieren cumplir sus objetivos al final de temporada.