Zubieta es una mina de oro. O de diamantes. La cantera txuri-urdin no deja de sacar jugadores para abastecer al primer equipo, y de qué manera. El pasado viernes, la Real se impuso en San Mamés con hasta nueve canteranos. Todos hicieron un gran partido, pero hubo un nombre que sobresalió por encima del resto. Este no es otro que el de Luca Sangalli.

El centrocampista, reconvertido en interior derecho en el esquema de Garitano, ha caído de pie en Primera División. De momento ha jugado la mitad de los partidos, acumulando 264 minutos. Eso sí, hasta el viernes no había saboreado una victoria. Ante el Eibar, donde su equipo cayó derrotado en el último minuto, disputó todo el encuentro. 

En el estreno del nuevo Anoeta jugó los últimos diez minutos, donde tampoco consiguió sumar puntos. Frente al Rayo, de nuevo, completó los 90 minutos y dio una asistencia, pero la Real no culminó la remontada y se quedó en un empate. 

Tras quedarse sin jugar ante el Valencia, Garitano le dio entrada en San Mamés. Sangalli, lejos de amedrentarse por el escenario, respondió con creces. Lo primero que hizo fue forzar una amarilla para De Marcos. Sus constantes arrancadas por la banda derecha supusieron una pesadilla para Yuri, y el canterano terminó provocando dos tarjetas más.

Un pulmón con llegada

En defensa, trabajó como el que más, se sacrificó y se vació en el campo, una ayuda que agradeció Gorosabel. Pero, además de todo esto, fue determinante en el resultado. Primero luchó un balón en el área jugándose el físico y recibió una patada en la cabeza de Íñigo Martínez. A pesar de no verlo el árbitro en primera instancia, el VAR instó al árbitro a verlo repetido y este rectificó.

Tras el empate de Muniaín, llegó la inmensa alegría de Luca. En un balón que Zubeldia se llevó con ímpetu en la banda derecha, el lugar de Sangalli, este apareció en el área para rematar a gol el pase de su compañero y rubricar su partidazo. 

Tras pasar por todas las categorías formativas de la Real, Luca llegó al juvenil, donde disputó la UEFA Youth League. En aquella generación, donde estaban también Guridi, Capilla, Gorosabel, Odriozola y Bautista, destacaban su nombre y el de Merquelanz.

Ambos realizaron una gran campaña con el Sanse el año pasado, pero vieron frenada su progresión por sendas lesiones. A pesar de ser un destacado del segundo equipo en las últimas campañas, Eusebio prefirió a otros compañeros en lugar de a Sangalli. Ahora, se ha recuperado y se ha hecho un hueco en el equipo. Una nueva joya de la factoría Zubieta que seguro dará muchas alegrías en Anoeta.

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