El Pucela los primeros minutos salía con intensidad, un partido espléndido para  los de Sergio hicieron una muy buena parte mientras los del Betis lo intentaban con Marc Bartra las primeras aproximaciones hacía el portero Masip, pero el Betis se iba desinflando fue plano, sin profundidad, previsible. Incapaz de hacer daño a un Valladolid bien plantado. Ante un equipo que defiende tan bien, era un regalo el planteamiento ofensivo del equipo de Setién.

Mal partido del cuadro verdiblanco, incapaz de generar ocasiones de verdadero peligro. Noche para olvidar la del Real Betis. El conjunto verdiblanco ha perdido ante el Real Valladolid en un mal partido de los futbolistas dirigidos por Quique Setién. Tras el pitido final, bronca de los espectadores que han asistido al Benito Villamarín. El público no ha dudado en expresar su enfado por el juego de los verdiblancos, un equipo sin capacidad para superar las barreras planteadas por el rival y con escasa iniciativa individual. 

Mucho se ha hablado ya sobre el asunto de la posesión acumulada por el Betis en la mayoría de sus partidos. El equipo de Setién tuvo el balón más tiempo que su rival en la primera parte, pero el Valladolid hizo un mejor trato del esférico. De hecho, hubo momentos en los que encadenaron con soltura varias posesiones largas.

Con las ideas bien claras, el cuadro dirigido por Sergio González ganó muchos de los duelos abiertos en el centro del campo. Sólo Canales era capaz de salvar con habilidad y verticalidad la línea rival. Con el paso de los minutos se fue comprobando que el Betis no estaba nada cómodo. No hubo peligro real en el área de Masip. 

El Real Valladolid hizo su partido y sorprendió de inicio al Real Betis. Y lo hizo porque puso en aprietos el talento de los de Quique Setién desde el minuto uno del choque. Los Canales, Inui, Boudebouz y compañía no lo veían claro y poco a poco se desesperaban. Y bajas importantes como Guardado, Joaquín y Tello pensando en el partido del jueves en San Siro y ante el Milán

El delantero Loren mientras se paseaba buscando huecos inexistentes y cuando los encontraba, eran sus compañeros quienes no le encontraban. El resto, en la tónica del equipo. Los primeros minutos de juego no fueron de áreas. Solo un remate con la derecha desde fuera del área que se fue alto y desviado y una aproximación de Francis se le recuerda a un Real Betis sin ideas.

Después de tantos minutos así llegó el tanto del Pucela en una contra y tras una pérdida en el centro del campo del cuadro local. Una jugada de Toni por la izquierda y un gran desmarque de Ünal que se llevó a dos defensas para dejar solo a Antoñito acabó con el gol de este último para poner el 0-1 de un disparo cruzado con la diestra.  El '18', en un partido muy especial para él, se coronó como gran protagonista del duelo al marcar su primer gol en la élite y su primer tanto como blanquivioleta. Y así llegaron al descanso con ventaja. 

El Real Valladolid la amplió con creces en el segundo acto. El Real Betis seguía siendo el dominador de balón pero no del partido. La sublime lectura de Leo Suárez entre líneas, el incontestable trabajo de Enes Ünal y la verticalidad de Antoñito, además de la calidad de Toni Villa, hacían mucho daño a la defensa verdiblanca.

El conjunto andaluz buscó meter una marcha más al partido en busca de la igualada. En el 49 del partido Kiko Olivas tenía que abandonar el terreno de juego por lesión y le harás más pruebas para ver que tuvo que ser sustituido por Borja.

El Real Betis lo intentaba de todas las maneras haciendo recular al Pucela prácticamente en su área pero no sorprendía. Solo las incursiones de Sidnei hacían saltar las alarmas, era lo que se salía de la norma. En el 81, Boudebouz tuvo el empate con un disparo de falta que se fue por poco pero nada iba a evitar la victoria pucelana. Además, Miguel iba a debutar en el 91 sustituyendo a Ünal en un bonito gesto del entrenador.

En la segunda parte los verdiblancos tampoco encontraron el camino de la portería contraria, pues aunque llegaron a pisarla en más ocasiones, siempre pecaron de inocencia o indecisión en la hora del remate final. Los cambios introducidos por Setién no arreglaron gran cosa y el paso de los minutos fue un quiero y no puedo, reflejo de la impotencia de los verdiblancos.