Otro empate más y ya van cinco seguidos y un total de diez en lo que va de temporada. Un auténtico regalo si toca jugar a la quiniela, una X fija. Jugar, poco se jugó, que es lo que suele ocurrir cuando toca visitar la Catedral y más aun si el duelo es entre equipos grandes, eso sí, en horas muy bajas. Ambos han vivido épocas mucho mejores. 

Si uno lee en el periódico que Athletic y Valencia se enfrentan en San Mamés seguramente vaya corriendo a encender la televisión pero si decide revisar la tabla clasificatoria y percibe que ambos están coqueteando con los puestos de descenso puede que cambie de idea. Posiblemente pierda algo de interés en ver el duelo si ha sido un aficionado tan valiente de ver sus últimos partidos: tanto vascos como valencianos dejan excesivas dudas, no convencen y no tienen una idea de juego.

Ambos equipos solo han saboreado la victoria en liga en una ocasión y andan a años luz de las expectativas exigibles a plantillas como esas. Salió Berizzo con un centro del campo muy físico dispuesto a batallar contra hombres fuertes como Geoffrey Kondogbia o Francis Coquelin. El trivote rojiblanco compuesto por Dani García, Mikel Rico y Mikel San José hacía intuir por qué derroteros se iba a desenvolver el choque.

Por su parte, Marcelino colocó a Ruben Vezo en el lateral derecho y a Coquelin en el costado zurdo para trabajar con Gayà en tapar las subidas de Ander Capa. El francés siempre generoso en el esfuerzo defensivo. Michy Batshuayi mantenía la titularidad tras su gol en Suiza en detrimento de Kevin Gameiro

Poco fútbol y mucho contacto en una intensa y poco vistosa primera parte donde Undiano Mallenco se echó la mano al bolsillo en cuatro ocasiones para amonestar a Capa por los locales y a Vezo, Soler y Batshuayi por los visitantes. Este último sería el que tuvo la ocasión más clara de la primera mitad con un mano a mano que no supo resolver. El belga desperdició una ocasión de oro y ni intimidó a los leones. 

Era Kondogbia quien lo intentaba desde larga distancia con su zurda pero lo hacía sin fortuna en el minuto 25 de juego. Sin noticias de Rodrigo Moreno ni de los delanteros ya que los protagonistas de la obra eran los mediocampistas. Resultado gafas al descanso ya que no hubo motivos para cambiarlo. 

Hombres como Iñaki Williams, Daniel Wass o Kevin Gameiro tratarían de agitar el choque en la segunda parte pero serviría de bien poco ya que seguía predominando el físico, el choque y los duelos aéreos, donde los reyes son Aduriz y Raul García, a la calidad y el juego fluido. Si alguien trató de llevar el partido a su terreno y de imponer su calidad fue el Valencia, aunque lo hizo tan tímidamente que jugadores como Parejo o Soler pasaron desapercibidos.

Tras una prolongación en una jugada a balón parado Gameiro remachaba en boca de gol el que hubiera supuesto el 0-1 pero el VAR lo anuló por fuera de juego. Parece que nada está de cara para los valencianistas este año.

Sin respuestas a qué ocurre en el Valencia ni soluciones a la cantidad de problemas que hay. Las tablas de San Mamés demuestran que el Valencia compite pero no es suficiente, siguen faltando cosas. El martes ante el Ebro, una oportunidad para ganar confianza y dar descanso a futbolistas que parecen bloqueados.