Después de la remontada conseguida en Vallecas, los de Ernesto Valverde afrontaban el reto de consolidar la buena racha conseguida en territorio europeo. Con el Inter de Milán de Luciano Spalletti en el horizonte, el objetivo no era otro que el de conseguir los tres puntos en el Giuseppe Meazza para afrontar los últimos partidos de la fase de grupos de la mejor forma posible y ocupar el primer puesto para encarar el próximo sorteo como cabeza de serie junto a esos titanes europeos que año tras año pelean por seguir manteniéndose a flote en la competición continental. Con confianza e ilusión por imponer la autoridad que ya consiguieron demostrar a domicilio y con Leo Messi como espectador, el equipo saltaba al césped con un once titular en el que Ousmane Dembélé ocupaba el puesto con el que se había alzado Rafinha Alcántara durante los últimos compromisos. A pesar de las ausencias y el factor cancha, el monólogo tuvo un claro protagonista que se vio igualado por las dotes de capitanía que demostraba Mauro Icardi a la hora de la sentencia final.
Una primera parte con una firme candidatura
Ambos titanes europeos se daban cita en la jornada 4 de la fase de grupos de la máxima competición continental después de haberse visto las caras hace apenas dos semanas. Con todos los efectivos y la máxima preparación, los líderes de la batalla táctica imponían sus planteamientos a pie de campo para echar una candidatura firme. Por su parte, el local, Luciano Spalletti apostaba por un equipo en el que el que fuera lateral derecho del Atlético de Madrid, Šime Vrsaljko, asumía su primera titularidad como integrante de I Nerazzurri después de haber llegado cedido y siendo buen conocedor de las armas que los azulgranas suelen sacar en todos los partidos que disputan. Pero las principales novedades aparecían en la escuadra visitante, con Ernesto Valverde a la cabeza, que apostaba por Ousmane Dembélé para suplir a un Leo Messi que, aunque finalmente fuera descartado por no haber recibido el alta médica, aterrizó junto a la expedición culé en territorio italiano.
Con una buena salida de balón, los visitantes fueron imponiendo su autoridad a pie de campo, teniendo enfrente a un Inter de Milán que apostó por los contragolpes durante buena parte del partido para sorprender. Entre las buenas recuperaciones llevadas a cabo y la posesión del esférico, los de Ernesto Valverde no paraban de intentar aprovechar las oportunidades que se les presentaban para tomar ventaja en el marcador, pero el infortunio de Luis Suárez y las intercepciones de la zaga defensiva del conjunto local frenaron la estampida en seco, salvando a Samir Handanovič, que bajo palos neutralizó la presión.
Por su parte, el conjunto local reaccionaba con buenas acciones individuales protagonizadas por un Matteo Politano que puso el peligro en la zaga defensiva del conjunto catalán junto a Mauro Icardi y Radja Nainggolan entre otros.
De la superioridad a la igualdad
La primera oportunidad de los visitantes en la segunda parte llegaba de la mano de un Milan Škriniar que remataba un disparo de falta efectuado por Šime Vrsaljko, finalmente despejado por la zaga defensiva azulgrana.
Ante los contragolpes liderados por Matteo Politano y Matías Vecino, los visitantes tuvieron que cerrar espacios, ya que comenzaron a notar el peligro ofensivo de los italianos. Ante la posibilidad de que los de Luciano Spalletti se adelantaran en el marcador, habiendo tenido errores en la cobertura defensiva, Ernesto Valverde reaccionaba con dos cambios mediante los cuales incorporó revulsivos en el ataque y en la medular. Con Arturo Vidal en el campo, las recuperaciones volvieron a tomar color, teniendo en cuenta que la entrada de Borja Valero había convertido al Inter de Milán en un equipo más competente en el centro del campo. Los locales comenzaron a mover el balón con mejor criterio y los visitantes habían dado un paso atrás y no veían posibilidades de salir a la contra hasta que Malcom Oliveira salía para reemplazar a Ousmane Dembélé y debutar tras haber jugado cuatro partidos oficiales con la elástica del Fútbol Club Barcelona en la Liga de Campeones y haber sido titular en el partido de ida de los dieciseisavos de final de la Copa del Rey.
Con jugadas trianguladas, llegaba el primero al marcador. Era el extremo brasileño el que lo hacía pillando un buen balón en la frontal del área y disparando con la zurda. De forma reivindicativa, aprovechaba la confianza que el técnico cacereño le había dado a pie de campo.
Mauro Icardi dictó la sentencia definitiva
El delantero argentino demostró sus dotes de capitanía poniendo la igualdad en el marcador y batiendo a Marc-André ter Stegen haciendo una ruleta en el área que sorprendía a la zaga defensiva del conjunto visitante. El Giuseppe Meazza estallaba de júbilo y con el pitido final, ambos titanes europeos se repartieron puntos más que esenciales.
Con este resultado, los italianos sumaban un punto más para hacerle competencia al resto de equipos, quedando en segunda posición con siete puntos, a tres del líder, el Fútbol Club Barcelona y con el PSV Eindhoven como colista.