Ante la expectación de unas 500 personas que abarrotaban la zona de tribuna del Camp Nou y bajo un sol que irradiaba en la ciudad condal, el futbolista ghanés Kevin Prince Boateng fue presentado este martes como nuevo refuerzo del FC Barcelona para ocupar la zona de ataque. El mediático fichaje azulgrana, que zanja de una vez por todas el debate sobre el recambio de Luis Suárez, aparecía pasadas las doce del mediodía en el palco, acompañado por el presidente Josep Maria Bartomeu y miembros de la junta directiva acomodado con sus mejores galas, haciendo encender al unísono los teléfonos móviles y cámaras del público y periodistas.

Minutos antes, la misma imagen se había llevado a cabo en los despachos, donde el extravagante fichaje culé firmaba oficialmente su contrato confirmando los rumores que han envuelto la actualidad azulgrana en las últimas horas. Muchos han sido los nombres que que han llamado a la puerta de una de las posiciones más exigentes en Can Barça, pero finalmente el escogido ha sido el mediático punta exmilitante del Sassuolo italiano. Valorado por su garra, de la cual presumen jugadores como el propio Arturo Vidal, el nuevo ariete culé se pone a las órdenes de Ernesto Valverde con el objetivo de dotar a la delantera de oxígeno y calidad, que a los 32 años se mantienen en este trotamundos. No solo reconocido por sus formas sobre el terreno de juego, el experimentado futbolista llega a Barcelona con un expediente que reluce más allá del verde, habiéndose involucrado en alguna que otra polémica. Sin embargo, tras su paso por las grandes ligas, el africano ya ha demostrado de  los credenciales que lo acreditan para poder formar parte de la delantera azulgrana.

Dentro de los parámetros que exigía el club en la búsqueda por el sustituto de Munir el Hadaddi, Boateng ha aparecido a última hora en las quinielas, situándose como un relevo con experiencia en la Liga y de coste económico. Boateng, que llega cedido por el coste de un millón de euros, con una opción de compra de 8 millones de euros, presume de haber jugado en cuatro de las  grandes ligas europeas: España (militó en Las Palmas hace dos temporadas), Inglaterra, donde vistió la zamarra del Portsmouth y el Tottenham, Alemania, donde jugó con el Hertha de Berlin, el Schalke 04 y el Eintracht Frankfurt, y en Italia, donde ha vivido su última aventura en el Sassuolo, y donde vistió los colores del Milan.

Con el dorsal 19 a la espalda, sustentando el nombre de "Prince", Boateng saltaba al verde del panteón azulgrana viendo cumplido el sueño de vestir la zamarra de un histórico del fútbol europeo. No era la primera vez que pisaba el césped del Camp Nou, pues ya había visitado la cancha azulgrana con el Las Palmas en la 2015/2016 y con el AC Milán, en los recordados enfrentamientos en Champions League de la temporada 2011/2012.  Al son del que será a partir de ahora su himno, salió el jugador africano bajo los aplausos de los aficionados concentrados en la parroquia culé minutos antes de arrancar la ceremonia vestido por primera vez con la zamarra azulgrana, dirigiéndose al centro del campo donde le esperaba una atractiva puesta en escena. Los tradicionales toques de balón servían como carta de presentación del sonriente futbolista, que posaba más tarde delante de las cámaras mostrando su ilusión por vestir los colores azulgrana. Bajo otra calurosa ovación, el aclamado fichaje se despedía de la que será su afición al menos para lo que resta de temporada camino a vestuarios.

Tras la puesta en escena en el campo, el ghanés atendía a los medios de comunicación acompañado por los directivos Jordi Mestre y Eric Abidal, haciendo sus primeras declaraciones como culé. En la sala de prensa Ricard Maixenchs, el refuerzo invernal se mostraba satisfecho por su incorporación al FC Barcelona: "Estoy muy contento de estar aquí. Quiero triunfar y ganarlo todo", dando pie a las preguntas de los medios.