El Real Valladolid recibió el varapalo más duro de lo que va de liga en casa del Huesca. Los oscenses derrotaron por 4-0 a un Real Valladolid sin alma, sin intensidad y sin nada de lo mostrado en el anterior encuentro en casa frente al Celta. Sergio confía en que esta sea “la excepción que confirme la regla” de una temporada en la que el equipo viene mostrándose “sólido” y “regular”. “Ellos querían ganar, se jugaban la vida y nosotros hemos pensado que con una frecuencia más baja podemos ganar. Es el error y un baño de realidad”, dijo.

Primeramente el míster definió el partido como un “desbarajuste” entre “un equipo que se juega la vida y otro que pensaba que la victoria del otro día (ante el Celta) le daba un colchón para jugar aquí sin esa intensidad, agresividad y competencia” que suele tener.

“Ellos nos han ganado los balones divididos, los aéreos… Es verdad que en la primera parte hemos estado más equilibrados y hemos tenido ocasiones para adelantarnos, pero el 1-0 ha llegado tras un error flagrante y en esos primeros minutos de la segunda parte hemos estado desconectados”, añadió.

El técnico catalán no quiso excusarse de la contundente derrota y lamentó que la imagen dada por el Real Valladolid “no” refleje la talla del equipo. “Creo que los jugadores no se merecían este castigo. Llevaban una temporada muy regular y me quiero quedar con que sea la excepción que confirma la regla. Ellos se han mostrado sólidos y sus goles son errores claros nuestros. Confío en que todo se haya acumulado hoy y en los próximos partidos recuperemos nuestra solidez”, anotó.

Por último, el preparador vallisoletano destacó el “hambre” mostrado este viernes por su contrincante en su afán por acercarse a los puestos de salvación, aunque subrayó que su equipo ha “facilitado en demasía” y, hasta el 3-0, la diferencia parcial en el electrónico atendía más a “deméritos” blanquivioletas.