Mala suerte

Comenzó fuerte el conjunto de Joaquín Caparrós, que salía con 2 bajas (o incluso 3) de vital importancia, pues la lesión de Vaclik, sumado a la sanción de Soriano, hacía debutar al portero canterano Javi Díaz, que no tuvo mala actuación, aunque el Valencia CF no obtuvo muchas oportunidades de gol. Las otras 2 bajas fueron la de Sarabia y André Silva, y el conjunto hispalense salía con un once calcado al que salió en Barcelona frente al RCD Espanyol, con el cambio en la portería y Munir en el puesto del luso.

El centrocampista francés Amadou fue el más activo de los locales en los primeros minutos de partido, su potencia de zancada le hizo disfrutar de varias jugadas entrando desde segunda línea, pero su desacierto en el área rival frenó un cambio en el marcador.

El conjunto sevillano cayó por su propio peso cuando en la primera ocasión para los visitantes, Gabriel Mercado se lesionaba de la rodilla al defender a Gonçalo Guedes, los minutos que pasó fuera del terreno de juego hasta que se produjera el cambio en la zaga con la entrada de Sergi Gómez, fueron determinante para el conjunto de Marcelino, que se hizo con la posesión del balón y no solo freno los ataques sevillistas, sino que hizo el partido suyo, donde apenas aparecían ocasiones de agrada para ninguno de los dos equipos sobre el terreno de juego.

El mejor de los sevillistas hasta el momento fue Wissam Ben Yedder que desde una posición más de media punta, a través de su conducción y regate trató de dar salida al balón y sorprender entre líneas, los peores fueron Gonalons, que perdió muchos balones y Promes que dudó en muchas de las ocasiones que tuvo.

Pero el drama en Nervión estaba aún por aparecer, pues Banega en una posición de volante derecho muy incómodo para él, donde tenía que ayudar a cubrir las subidas de Gayá, acabó en un derribo inoportuno de Banega al tratar de barrer un centro, pero llegó tarde y el trencilla concedió penalti para los valencianos en el último minuto de la primera mitad.

Dani Parejo fue el encargado de finalizar la pena máxima, tras engañar al joven debutante hizo el 0-1, e inexplicablemente se llevó la mano a la oreja en la celebración haciendo un feo gesto contra la afición sevillista que solo trataba de hacer lo oportuno de ese momento, desestabilizar al centrocampista rival con silbidos.

No había forma de dar la vuelta

La segunda parte comenzó con el cambio de sistema del Sevilla, salió del terreno de juego Amadou dando paso a Franco Vázquez que hizo retroceder su posición a Banega y así salir de mejor forma desde la posición central del juego.

Pero pese a que el partido se convirtiera en un correcalles, la vaga actuación de los jugadores atacantes del conjunto andaluz no fue suficiente para darle una buena ocasión de gol para los sevillistas, poco minutos más tarde Caparrós daba entrada a Bryan Gil por Promes, y el joven canterano trató de desequilibrar, pero fue insuficiente. Las mejores ocasiones para dar la vuelta fueron un cabezazo a bocajarro de Franco Vázquez que se marchó rozando el larguero y en el minuto 89 un tiro cruzado de Ben Yedder que no encontró portería.

Pero la falta de puntería sevillista no fue lo único determinante, sino de nuevo la actuación de González González fue un lastre para el club hispalense, que es el que más partidos ha perdido con este árbitro (hasta en 18 ocasiones), no sólo fue dispar en la señalización de faltas entre ambos equipos, sino además no señaló penalti en el derribo de Gayá sobre Gonalons en el minuto 93, ni siquiera tras revisión del VAR, pese a ser claro el derribo del español que desafortunadamente caía sobre los gemelos del centrocampista luso.