España no pudo empezar peor la Eurocopa Sub-21 de Italia. Ante la anfitriona y el rival más fuerte del grupo A, el equipo de De la Fuente sufrió una dura derrota (3-1) en su debut que le coloca en la última posición de la tabla. 

Dani Ceballos fue el mejor de la Selección Española e Italia se encargó de desactivar al centrocampista y a sus compañeros con un juego violento que encontró la permisividad constante del árbitro. Federico Chiesa fue el hombre del partido, con dos goles y liderando el ataque italiano, y el VAR sentenció a España señalando un penalti transformado por Pellegrini

La victoria de Polonia sobre Bélgica (3-2) y la diferencia de dos goles en el resultado final obligan a España a ganar los próximos dos partidos y, a ser posible, con goles. 

De tú a tú, con el balón y sin él

Con el estadio Renato Dall'Ara repleto de unos italianos anfitriones y eufóricos se dio inicio al encuentro. Las gradas subían los decibelios mientras ambos equipos se asentaban sobre el campo sin un dominador claro sobre el balón. Pero Dani Ceballos, decidido a dar el primer golpe sobre la mesa, recibió la pelota en la frontal y en tres toques lanzó un misil a la escuadra inalcanzable para Meret. España conseguía adelantarse en el marcador en el minuto 8

La respuesta de Italia fue inmediata, pero no en forma de juego. El gol de Ceballos no le sentó nada bien a Calabresi y el lateral propinó una patada vengativa al sevillano con los tacos por delante. Primera amarilla del partido e inicio de una cacería sin escrúpulos de los italianos que se prolongaría durante el resto del encuentro. Entre manotazos y patadas, España siguió buscando la portería rival a través de la mente brillante de un Ceballos en su salsa y de un Carlos Soler peligroso, pero sin encontrar fortuna en dos disparos. 

Superada la media hora de juego, Italia dio tregua a su persecución y probó por primera vez la portería de Unai Simón, a través de los pies de su capitán Mandragora. El primer aviso se marchó por encima del larguero, pero la Azzurra adelantó líneas y a la segunda no perdonó. En el minuto 36, Federico Chiesa recibió en banda, encaró y superó a Aguirregabiria en velocidad y aprovechó el error de Simón, quien se olvidó de cubrir el primer palo.

A pesar del juego violento de los locales, los caprichos del destino decidieron retirar a Zaniolo del terreno de juego por lesión en el minuto 41. Se animó Italia en la recta final, pero España resistió a la insistencia de Chiesa y Moise Kean y el marcador se fue con tablas al descanso. Durante el intermedio, la agresividad italiana se cobró a su primera víctima y Fabián tuvo que ser sustituido con molestias por Mikel Merino

Italia aprovecha su efectividad

El segundo tiempo supuso una continuidad del primero. La Selección Italiana prosiguió con su dureza y ambos combinados luchaban de tú a tú, con ocasiones en cada área. En el minuto 60, Kean cedió su sitio a Cutrone para refrescar el ataque y el efecto fue inmediato. En un barullo en el área peleado con garra por el delantero del AC Milan, el balón quedó muerto para que Chiesa diera la vuelta al partido en el 64' marcando a placer y sumando el segundo tanto en su cuenta personal

De la Fuente, en busca de empatar el partido, dio entrada a Fornals por Zubeldia. El nuevo centro del campo, completamente renovado con la excepción de Ceballos, consiguió recuperar el dominio del partido y encerrar a Italia atrás. Pero un agarrón de Soler a Pellegrini dentro del área acabó en penalti tras la revisión del árbitro en el VAR. El mismo se encargó de ejecutar y no desperdició la ocasión. Con una paradinha, dejó vencido a Simón y sentenció el partido. 

En el 85' Rafa Mir sustituyó a un Oyarzabal desconectado e irreconocible, como última bala para intentar igualar el partido. La Selección Española se lanzó al ataque, pero Italia aguantó sin grandes problemas el resultado y la contienda finalizó con 3-1 en el marcador.