Ante un incansable Sevilla logró el Barça de Lluís Cortés forjar su primera victoria fuera de casa de la temporada y marcharse al parón de selecciones como líder en solitario de la Primera Iberdrola. No fue fácil conquistar el estadio que hace honor a uno de los históricos del sevillismo, y que desde el primer minuto transmitió ese espíritu competitivo que caracteriza al portador de su nombre, Jesús Navas, a sus chicas. Al contrario, el incesante empeño del equipo dirigido por Cristian Toro puso contra las cuerdas a la escuadra más valiosa del campeonato femenino, y a punto estuvo de privarle de los tres puntos.

Jenni Hermoso adelanta al Barça en un inicio igualado

Apoyadas en su máxima artífice, la delantera Jenni Hermoso, las chicas de Lluis Cortés lograron resistir a una intensa presión del conjunto de Cristian Toro, que cumplió con creces el deber de cerrar las opciones ofensivas culés. Noqueó el conjunto hispalense las bandas azulgrana, haciendo que Mariona y Graham Hansen no tuvieran ese protagonismo del que gozan normalmente al frente de su equipo, y logró contrarrestar el potencial goleador del actual líder del campeonato liguero. Con este guión, el Barça se limitó a no jugar con fuego y a dominar el partido a través de la posesión, desistiendo de esa velocidad atronadora que lleva por bandera.

El Barça se limitó a defenderse con la posesión ante el gran planteamiento sevillista

Fue entonces, cuando el reloj señalaba el ecuador de la primera mitad, cerca de la media hora, apareció la velocidad de Graham Hansen que tanto se estaba echando a faltar, que lograba encarar en una jugada marca de la casa. No fue para nadie, però en un trance que ya hemos visto por parte de las de Lluis Cortés, Mariona recogía el balón para cederlo a la omnipresente Jenni Hermoso, que goleaba una vez más para adelantar a su equipo.

Oshoala desatasca el triunfo culé

El gol no hundió ni mucho menos las esperanzas sevillistas. En absoluto, las chicas de Cristian Toro creyeron de sus posibilidades más que nunca, y apretaron los dientes tras el descanso.Si en el primer tiempo veíamos a un conjunto aguerrido, cerrado atrás, en la segunda mitad fueron las locales las que dieron un paso adelante para meter miedo a su rival con la intensidad como bandera. Gozó entonces el Sevilla de más juego y ocasiones que un Barça incómodo sobre el césped, y que necesitaba un gol como agua de mayo.

La tecla de Asisat Oshoala, que salió desde el banquillo, iba a ser el revulsivo perfecto para el elenco de Lluis Cortés, que veía en el tramo final como el partido se iba igualando y los temores de otro tropiezo, el segundo fuera de casa, empezaban a adientrarse en el cuerpo de las azulgrana. Ganó músculo y gol el Barça con el ingreso de la nigeriana, que en el minuto 87, dictaba sentencia para corroborar el liderato culé antes del parón liguero.