Cuando todo marcha como la seda, a ver quién es el valiente que propone llevar a cabo una permuta táctica, pues ya lo dijo Rafael Nadal, si algo funciona no lo cambies. Ahora bien, como todo se impregne de oscuridad, atrevido es también aquél que no decida mover una pieza para remediar el asunto. El aficionado al fútbol es soberano y sabe más que cualquiera, incluso que los entrenadores -aunque están día a día con los jugadores y saben un poco de esto, no entienden.
Durante la primera vuelta el Sevilla FC, prácticamente en el pináculo de su rendimiento, encontró todo un filón en su banda derecha con Lucas Ocampos y el gran capitán, Jesús Navas. Todos esbozaban una sonrisa que abarcaba el rostro al completo y a quien se le ocurriera ya no solo ejecutar, sino plantear un cambio, era acusado casi de ‘herejía’ y de desconocedor de la materia futbolística. El carril diestro hacía las delicias de la hinchada hispalense y además aplacaba los errores de su homólogo zurdo, que nunca ha llegado a convencer por tener que depender un hombre como Nolito.
Pero llegó enero y por ende el bajón de juego que muchos advertían por ser un ‘clásico’ del equipo, lo cual hizo a todo el plantel incapaz de rendir en este Sevilla. Ante tan manido argumento se llega al punto en que las soluciones, lejos de pedirse, se exigen tanto al cuerpo técnico como a la dirección deportiva. De hecho, las peticiones del sevillismo fueron atendidas -pues como hemos dicho, todos saben más que los profesionales de esto- al cambiar la demarcación de Ocampos e incorporar a Suso. Tal movimiento ha provocado que el argentino cambie de banda en favor del gaditano.
Por aclarar, los costados quedan con Suso en la derecha y Ocampos en la izquierda. Por lo tanto, todos satisfechos por intentar corregir las fallas tácticas y por moverse en el mercado invernal. ¿Pero cuál es el problema? Durante un tiempo, el argentino estuvo sin ofrecer su habitual nivel tras volcarse sobre el costado izquierdo, por lo que las críticas se hicieron notar nuevamente. Pero las piezas de este complejo puzle encajaron y se disiparon los malos espíritus.
¿Ha dado con la tecla Julen?
Con el ex del Milán en la derecha junto a Navas todo es diferente. Mientras que con Ocampos era explosividad, con Suso todo es más pausado. Su zurda y el ser tan ágil le permiten moverse prácticamente con libertad de afuera hacia adentro, surtiendo muchos balones al espacio, al área y a la banda para el de Los Palacios. La izquierda es absoluta velocidad y descaro. Ocampos ha vuelto al sitio donde mejores réditos dio en el Olympique de Marsella. A eso hay que sumarle el factor Reguilón, un chico joven con ganas de comerse el mundo, por lo que es previsible que a base de correr y sortear rivales se entiendan.
Los flancos de Lopetegui han quedado muy compensados con técnica y rapidez a partes iguales. Pero lo más importante es que mediante continuos experimentos, el técnico sevillista ha encontrado la fórmula para el buen juego en ambas bandas.