Bajo palos, Cañizares

El dragón, se convirtió en una leyenda mucho tiempo antes de retirarse, en Valencia encontró su sitio y no se marchó en una década. Su nombre estará marcado en Mestalla para siempre. 

 Bajo palos, Cañizares
Foto: PlazaDeportiva 
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Por Miguel Martínez

Bajo palos, Cañizares. La cantidad de periodistas que han repetido esta frase durante una década no pueden contabilizarse. Decir que es el mejor portero en la historia del Valencia es subjetivo, pero hay argumentos más que suficientes para pensarlo. Con él en portería, el conjunto de la capital del Turia vivió su época más dorada al conseguir dos ligas, dos Copas del Rey, una UEFA, una Supercopa de España, una Supercopa de Europa y una Intertoto

Llegar y besar el santo

Tras pasar por el Celta de Vigo, fue repescado por el Real Madrid y allí se mantuvo durante cuatro temporadas. Sin embargo, en la capital de España no logró nunca ser titular indiscutible, por lo que decidió buscar otros retos y finalmente, decidió escoger Valencia como su nueva casa. El  de Puertollano (Ciudad Real) aterrizó en Manises en 1998. Llegó a Valencia buscando reivindicarse y darse a conocer como uno de los mejores porteros de la liga. Poco le costó. 

Llegó como sustituto del retirado Andoni Zubizarreta, y se puede decir, que cubrió con creces su puesto. La primera temporada con Cañete en portería, no empieza de la mejor manera, pero finalmente el Valencia logra darle la vuelta a la situación y termina consiguiendo su sexta Copa del Rey, la Intertoto y entrar por primera vez a la Champions League

Parte del éxito de aquella plantilla lo tuvo su técnico, Claudio Ranieri. El italiano dotó al equipo ché de una identidad propia, algo que nunca se ha marchado del todo: el contragolpe como mayor arma ofensiva y una defensa férrea. «Ranieri puso la primera piedra del Valencia campeón», afirmó el propio Cañizares en una entrevista reciente para la Cadena Cope

Primero París y luego Kahn 

Al acabar la temporada, Ranieri se marchó al Atlético de Madrid y vino Héctor Cúper. Con el mismo bloque campeón, el Valencia logró la Supercopa de España y llegó a dos finales de Champions League consecutivas que, tristemente, no logró sumar a su palmarés el "1" valencianista. 

Aunque París fue un duro golpe para el aficionado ché, no se puede comparar con el recuerdo que dejó un año más tarde la tanda de penaltis ante el Bayern de Münich en Milán. El Valencia, llegaba a la final con experiencia previa y con los errores aprendidos, sin embargo, once metros separaron a la orejona de Mestalla. Imborrable la imagen de Cañizares llorando con Kahn abrazándolo. 

Foto: UEFA
Foto: UEFA

La temporada 2000-2001,acabó posicionando al cancerbero valencianista en el mejor equipo del año, según la propia UEFA. Sin embargo, acabó de la peor manera posible con el conjunto de Cúper; perdiendo el cuarto puesto de liga en la última jornada, tras perder tres partidos seguidos ante Deportivo, Barcelona y Real Madrid. Pese a todo, los éxitos del conjunto ché no terminaron. 

Foto: UEFA
Foto: UEFA

Las ligas con Benítez

Y tras esa temporada, Cúper se fue y llegó Benítez, un entrenador que acababa de conseguir que el Tenerife subiese a la máxima categoría del fútbol español. Sin mucha experiencia, se hizo cargo de un conjunto repleto de grandes estrellas y con trabajo, consiguió que el murciélago volviese a volar muy alto. 

Ganaron la liga en una de las temporadas más apasionantes de la historia del Valencia, ya que era enero y el Valencia estaba a siete puntos del líder, el Real Madrid. «Cuando me dijo que íbamos a remontar y que acabaríamos ganado la liga, le dije que estaba loco», ha comentado en múltiples ocasiones Cañizares, pero la locura se hizo realidad. El Valencia volvía a conseguir un titulo liguero 31 años después. 

Foto: Superdeporte
Foto: Superdeporte

Esa liga fue la primera, y al parecer no había tenido suficiente, por lo que tras un año de transición, repitió. Con Benítez en la capital del Turia, el de Puertollano levantó dos campeonatos nacionales, una Copa de la UEFA, fue dos veces Zamora (2001-2002 y 2003-2004) y se ganó ir al Mundial de Corea de 2002, el cual no pudo jugar por una fisura en el tendón de un dedo del pie. 

Una mala etapa no puede opacar el mito

Después de tales éxitos, el Valencia se desinfló y poco quedaba de aquel equipo bronco y copero. Tras Benítez volvió Ranieri, pero el rendimiento ya no fue el mismo de antes, por lo que el equipo necesitaba aire fresco y se apostó por un técnico que ya conocía la casa como  Quique Sánchez Flores. 

Los tres años que estuvo el técnico madrileño al frente del conjunto de Mestalla, Cañizares siguió siendo amo y señor de las redes del antiguo Luis Casanova; además, fue renovado el 15 de febrero de 2007 hasta el verano de 2009. 

Todo parecía ir como la seda, pero llegó el fatídico día. La madrugada del 28 al 29 de octubre de 2007, Quique Sánchez Flores es cesado como entrenador valencianista y el conjunto blanquinegre, apuesta por Ronald Koeman como nuevo dueño del banquillo. 

El holandés cogió a un equipo cuarto en la clasificación, y lo alejó de ellos acercándolo a los puestos de descenso. Ganó una Copa del Rey, sí, pero realizó algo que los aficionados chés no olvidarán jamás: Miguel Ángel AnguloDavid Albelda y el propio Cañizares fueron apartados del equipo. 

Foto: AS
Foto: AS

La decisión de que el club de tu vida avale la decisión de su entrenador de separarte de la plantilla fue algo inexplicable para el propio Cañete, tal y como comentó en la rueda de prensa de la que sería su despedida. Pero la historia del guardameta con el Valencia no podía acabar así. 

Después de ganar la Copa del Rey ante el Getafe, el conjunto de la capital del Turia perdió 3-0 en Bilbao y Koeman fue despedido, relevándole Voro. Con este en la banqueta, Cañizares recuperó la titularidad que le había arrebatado Timo Hildebrand, y consiguió disputar sus últimos partidos con la camiseta ché.

El 18 de mayo de 2008, pisó por última vez Mestalla con la elástica valencianista como jugador profesional, pero la ovación que recibió estuvo a la altura de lo que significó para el club. No se iba Santiago Cañizares, se marchaba una leyenda. 

 

39.397 minutos jugados, 442/445 partidos de titular, un porcentaje de victorias del 52%, 4 y ocho títulos lo avalan. Poco más que decir. Valencia es para Cañizares un lugar feliz y Cañizares es para los valencianos parte de su felicidad.